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Las farmacias de los pueblos, cruciales para la detección de casos de violencia machistaEl personal de las farmacias comunitarias desempeña un papel crucial para ayudar a las mujeres que sufren violencia de género, tal y como pone de ... manifiesto el protocolo de actuación firmado por el Consejo General de Colegios Farmacéuticos con el Ministerio de Igualdad y ratificado por la presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Segovia, Marta Ruano.
Lo más habitual es que las mujeres que sufren violencia de género acudan con mayor frecuencia a los servicios sanitarios, por lo que también lo harán con más frecuencia a sus farmacias, que se establecen como puntos seguros, en los que además existe cercanía y confianza con los pacientes.
Detectar un posible caso de violencia de género es una tarea complicada, que requiere cierta sensibilización y formación específica, con la que cuentan los farmacéuticos desde hace años. Ya en 2017, el Consejo de Colegios Farmacéuticos de Castilla y León firmó un convenio de colaboración con la Dirección General de la Mujer y la Gerencia de Servicios Sociales de Castilla y león, a través del cual los trabajadores de las farmacias reciben una formación presencial. El documento recogía una serie de protocolos que el farmacéutico utiliza para la prevención, la protección y la sensibilización en materia de violencia de género.
Tres años después, en 2020, la pandemia y el confinamiento hicieron que muchas mujeres tuvieran que sufrir la violencia de género en silencio y sin ayuda. De nuevo surgieron las farmacias para ayudar, a través de una campaña que se denominó 'Mascarilla 19', que surgió en los colegios farmacéuticos de Canarias y que se adaptó también en Castilla y León, de manera que una mujer maltratada en el momento del confinamiento, que no podía salir a la calle nada más que en determinados momentos, podía acudir a la farmacia sin causar sospecha ante el maltratador.
«Si una mujer se sentía maltratada social, física o psicológicamente, podía acudir a una farmacia y pedir una mascarilla 19, clave con la que la farmacia activaba todo el protocolo de atención establecido y ponía los mecanismos para la protección de violencia de género a esa mujer que estaba pidiendo ayuda», explica Ruano. Con esa sencilla contraseña, se ponía en marcha un aviso al 112.
En el medio rural se produce además una máxima vulnerabilidad, porque las mujeres víctimas tienen serias dificultades para acceder a recursos especializados. Por ello, todas las farmacias del país están unidas en una Red de Farmacias contra la violencia de género. Son 22.173 establecimientos. Todos los existentes. Un protocolo de actuación permite a las farmacias activar mecanismos para ayudar a la mujer maltratada y asesorarla. «Colaboramos y sensibilizamos en materia de violencia de género», apunta la presidenta de los farmacéuticos de Segovia.
El protocolo aborda distintas cuestiones, desde qué es la violencia machista o qué factores contribuyen a su detección, hasta cómo se debe tratar a una víctima y actuar al tener conocimiento de un caso. También se especifica cómo comportarse si el presunto maltratador está delante, a qué recursos especializados se puede derivar a las mujeres y a sus hijos, pues no hay que olvidar que en muchos casos ellos son también víctimas o testigos, e incluso cuándo se debe llamar a la policía.
Las farmacias disponen asimismo de unas guías que incluyen los recursos y herramientas para prevenir y erradicar la violencia de género. Se trata de unos documentos de bolsillo con información de servicios generales, como asesoramiento jurídico o apoyo psicológico, «en los que se incluye toda la información para una mujer víctima», incluidos los teléfonos y las posibles ayudas que se pueden tener. Están disponibles en las farmacias y los profesionales las pueden entregar a las personas cuando se detecta que pueden necesitar ayuda.
Otro de los programas para ayudar contra la violencia de género desde las farmacias es el que da soporte a las mujeres que realizan el Camino de Santiago solas, para que si se sienten acosadas o víctimas de violencia, pueden acudir a las mismas a pedir ayuda.
Al final, la farmacia es algo más que un establecimiento sanitario. «Es un punto de confianza y de cercanía para los pacientes. Cada farmacia establece unos lazos especiales con los pacientes y creemos que es un sitio idóneo para practicar muchas políticas a favor de la sociedad», señala Ruano.
La red de farmacia, en el modelo español, «es una conquista social de nuestro país, de toda la ciudadanía, porque es un modelo que es muy cercano», asegura Marta Ruano. «Además, tiene una gran capilaridad, porque llega a casi toda la población y con gran profesionalidad». La red la forman más de 22.000 farmacias, con más de 55.000 farmacéuticos que hacen que el acceso al medicamento llegue en las mismas condiciones a todos los ciudadanos, tanto el que está en el centro de una gran ciudad como el que está en el pueblo más recóndito.
El modelo de farmacia española, además de motor de cohesión social, es un activo social y sanitario, y un motor de empleo, porque genera más de 90.000 puestos de trabajo directos en todo el territorio nacional y empleos cualificados. El 75% de ese empleo es femenino y además joven, con una media de edad de 49 años.
El farmacéutico es un profesional social, asistencial y digital, «porque también hemos permitido el acceso a la receta electrónica en igualdad de condiciones en todo el ámbito nacional». La pandemia evidenció el rol profesional y social que tienen, demostrando ser capaces de mejorar la salud y la calidad de vida de los ciudadanos, no solo a nivel de acceso al medicamento, sino también a efectos de información, de prevención, de cercanía y sensibilidad con las personas vulnerables. «Como colectivo, somos conscientes de lo que puede llegar a hacer la farmacia en beneficio de la sociedad y de la contribución que tenemos dentro del ámbito social, y como profesionales accesibles y cercanos a los ciudadanos, tenemos una posición privilegiada para influir en estrategias sociales y canalizar el trabajo de los profesionales farmacéuticos a favor de la sociedad, situando siempre a las personas y sus derechos en el centro de acción», destaca la representante de los farmacéuticos segovianos.
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