Algunos de los ejemplares hallados muertos hace dos semanas. el norte

La falta de oxígeno por la sequía, causa de la mortandad de peces en Juarros de Voltoya, en Segovia

Miles de ejemplares fueron recogidos del embalse, entre ellos barbos de gran tamaño y carpas de entre nueve y diez kilos

Sábado, 21 de agosto 2021, 08:20

El análisis de las muestras de agua tomadas del embalse de Juarros de Voltoya a raíz de la mortandad que afectó hace dos semanas a miles de peces determina lo que se sospechaba desde un principio. La desoxigenación de la masa hídrica está detrás de ... estas muertes. La causa de la falta de oxígeno se encuentra, a su vez, en el «fuerte estiaje» que padecen algunos cauces a estas alturas del calendario debido a la combinación de la falta de precipitaciones y del intenso calor que ha soportado el medio natural provincial en determinadas fechas de la primera mitad del presente mes de agosto, según la información facilitada por el Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León en Segovia, una vez conocidos los resultados de los análisis hechos por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) y Sanidad.

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La suma de condiciones adversas en un verano que hasta este mes no se había mostrado demasiado caluroso ha propiciado la desoxigenación de la masa de agua del embalse de Juarros de Voltoya, su bajada de nivel y, como consecuencia, el hallazgo de miles de ejemplares muertos, del que se dio aviso de inmediato al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil en la provincia.

Testimonios de aficionados pescadores que tienen en este punto uno de sus lugares de referencia señalan que la mortandad ha afectado tanto a peces pequeños como a otros más grandes barbos. Entre los cadáveres que se recogieron en contenedores había, por ejemplo, barbos de hasta dos kilos de peso. Los pescadores llaman la atención también sobre el desastre que ha significado este episodio en cuanto la afectación sobre la especie más atractiva que brinda el embalse de Juarros de Voltoya para estos aficionados, que es la carpa, de la que se han retirado ejemplares de entre nueve y diez kilos, como lamentan algunos pescadores habituales en la zona.

Las labores para sacar los cadáveres del agua se alargaron durante distintas fechas de la pasada semana. La enorme cantidad de peces muertos obligó a usar en estas labores contenedores de gran capacidad, de hasta cinco toneladas.

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