
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Cada vez hay más puertas cerradas en el mercado laboral provincial. La oferta decae y las oportunidades se reducen. La dificultad para encontrar un ... hueco aumenta. A lo largo del primer trimestre del año ha quedado demostrado que la crisis sanitaria lo es también económica. La búsqueda de un empleo por parte de los segovianos que no tienen trabajo se ha complicado. La inactividad, en términos puramente laborales, crece. Así lo han puesto de manifiesto los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes a la Encuesta de Población Activa del periodo de que va desde enero hasta marzo. En este primer cuarto del ejercicio en curso hay 800 parados más en la provincia que los registrados en la consulta del trimestre anterior; aunque la variación interanual disminuye y se queda en cien empleos perdidos durante el año marcado por la pandemia.
Pero donde el estallido del coronavirus y su onda expansiva económica deja los mayores destrozos es en la tasa de actividad. O mejor dicho, en la inactividad. Entre enero y marzo, 54.700 segovianos han declarado no estar trabajando, aunque más de 6.000 sí estén dispuestos a trabajar. Es lo mismo que decir, por ejemplo, que todos los empadronados de la capital segoviana y de Valverde del Majano juntos no llevan dinero a casa porque no tienen una nómina. O si lo prefieren, la población activa de la provincia consta de 129.000 ciudadanos de más de 16 años. Pues bien, más del 42% no tiene trabajo.
Dentro de este colectivo de inactivos, se dispara el grupo de personas que han tenido que abandonar sus colocaciones para ayudar en casa; o que, aquejados por el virus y sus secuelas, se han dado de baja en su labor; o que han sido prejubilados en los procesos de regulación aplicados por empresas, o que desarrollan sin remuneración trabajos sociales o actividades benéficas. Estos 'otros' segovianos del grupo de los inactivos se han multiplicado en un año casi por once. Han pasado de 600 a 6.300 en los meses de la covid-19. Mucho tienen que ver las restricciones a la movilidad que les han impedido salir de la provincia a encontrar un puesto de trabajo.
Nunca antes en los registros históricos del INE, que se retrotraen a 2002, había habido en la provincia esta bolsa de 'otros' colectivos sin trabajo, de la que las estadísticas oficiales excluyen a estudiantes, jubilados, antiguos empleados que sufren una incapacidad permanente o personas que se dedican a las labores del hogar.
La EPA también descubre que durante el año de la pandemia hay menos segovianos inactivos por estudios (1.100 menos); menos personas carentes de trabajo por haber alcanzado la edad legal de la retirada (1.200 menos que hace doce meses); menos dedicados a las labores domésticas (1.700 menos a lo largo del año), y menos retirados por sufrir una incapacidad permanente (800 menos desde el primer trimestre de 2020).
Hay que tener en cuenta que la población en situación de inactividad laboral, según los conceptos que maneja la investigación que periódicamente le va a cabo el Instituto Nacional de Estadística para definir los datos de la EPA de cada trimestre, no es la que está en paro. La diferencia estriba en que los parados están desempleados, pero disponibles para trabajar y en busca activa de un puesto. Esta definición incluye fundamentalmente a los demandantes inscritos en una oficina pública o privada de empleo, pero también a quienes, por ejemplo, han participado en una prueba o entrevista en un proceso de contratación.
Los segovianos parados en el primer trimestre del año, según la Encuesta de Población Activa, son 7.200, que son 800 más que los registrados de media en los meses de octubre, noviembre y diciembre, lo que supone un incremento del 12,5% entre el final del año pasado y el principio del ejercicio actual. La variación interanual es más moderada. Entre los primeros trimestres de 2020 y 2021 el incremento de la cifra de parados es de cien, lo que equivale a una subida del 1,4%.
La cara de la moneda (al menos numérica) de un arranque de curso negro para las oportunidades laborales, que brillan por su ausencia, es que Segovia tiene la tasa de paro más baja de la comunidad autónoma, con el 9,6% de la población en edad de trabajar, cuando la media regional es del 12,4%. En el extremo opuesto se sitúa Salamanca, castigada con una tasa de paro del 16,2%.
Que la provincia presuma del menor porcentaje de población activa parada implica que tampoco hay tanto trabajo que ofertar. Por sectores, casi todos padecen descensos en sus cifras de ocupados. En total, hay 1.600 menos que doce meses atrás; pero el desplome es más inquietante con respecto a la recta final de 2020, ya que en enero, febrero y marzo la sangría es de 8.300 colocaciones.
La agricultura ha perdido 1.600 si se compara el primer trimestre de este curso con el mismo periodo del anterior. Peor es la situación en la industria, que se deja 2.500 empleos. La construcción es la que menos nota el efecto de la covid y ve reducida su bolsa de ocupados en 400 personas. Por contra, los servicios (hostelería y comercio primordialmente), que copan el 69% de los trabajos, ganan 1.700 ocupados en un año.
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