La falta de un dispositivo especial impide disolver un botellón con cientos de personas en Carbonero el Mayor

La subdelegada del Gobierno en Segovia, Lirio Martín, lo confirma, aunque con importantes matices. «No ha habido ningún requerimiento por parte de la alcaldesa. En ningún momento. No ha habido ninguna junta de seguridad ni ningún dispositivo especial con motivo de las 'no fiestas. Es responsabilidad de los alcaldes y alcaldesas hacer esos requerimientos. Si nos llaman, nos ponemos a ello», explica la máxima representante del Gobierno central en la provincia, que añade que el resto de grandes municipios de Segovia sí que ha pedido a la Subdelegación del Gobierno una junta de seguridad especial para tratar de prevenir aglomeraciones de jóvenes.

María Ángeles García, por su parte, sostiene que durante los días previos sí que mantuvieron conversaciones con la Guardia Civil del municipio en previsión de posibles concentraciones con motivo de las 'no fiestas'. «Lo que dice la alcaldesa es opinable», rebate la subdelegada.

El resultado fue un botellón, con cientos de personas en la Plaza Mayor, que se alargó durante toda la madrugada. Aunque el ocio nocturno está cerrado, sí que hay libertad de reunión. Sin embargo, ésta se debe realizar con mascarilla, aunque sea al aire libre, cuando no resulte posible mantener una distancia mínima de 1,5 metros entre las personas. Una situación que no se daba en las aglomeraciones de este fin de semana a tenor de las fotos y vídeos que han circulado por las redes sociales y que también han llegado hasta la Subdelegación del Gobierno. «Son imágenes totalmente reprochables e injustificables», insiste Martín.

La alcaldesa de Carbonero el Mayor defiende la actuación del Ayuntamiento. «No hemos organizado ni publicitado nada», insiste sobre unas 'no fiestas' en las que afirma que de forma oficial tan solo constaban de una misa y de un concierto de Raya Real con aforo limitado.

El problema, señala García, radica en la espontaneidad con la que se producen estas aglomeraciones. «No sabíamos si se iba a presentar gente, pero es algo que ha pasado en todos los pueblos», afirma. «En cuestión de minutos se junta un montón de gente sin saber bien cómo», añade la regidora, que si bien reconoce que pueden estar en la calle libremente, no está permitido ni el botellón ni permanecer en grupos sin mascarilla sin guardar la distancia de seguridad. «Estamos preocupados y esperando que no pase nada», afirma sobre posibles brotes u otro tipo de incidentes.

Precisamente por ese motivo, al haber visto el aspecto que presentaba la Plaza Mayor en la noche del sábado, se llamó a la Guardia Civil. «Nos dijeron que no tenían efectivos suficientes para disolver el botellón», comenta. Una situación que la subdelegada del Gobierno achaca a la falta de un dispositivo especial. «Se atendió como si fuera una situación puntual. Sin un operativo especial», explica Martín. En este sentido, indica que es la Guardia Civil la que decide «cómo y de qué manera» interviene en cada momento dependiendo las circunstancias de la situación. Y aún así, reconoce que «no hay Guardia Civil suficiente para intervenir con toda la juventud segoviana». «Se interviene cuando hay necesidad», continúa.

Las imágenes del botellón en la noche del sábado pusieron en alerta ante la previsible celebración, este lunes, del vermú que durante los últimos años había concentrado cada vez a más gente en Carbonero el Mayor. «Por la mañana nos avisaron varios vecinos», indica Martín, quien insiste en que tampoco en este caso ha habido un requerimiento por parte del Ayuntamiento de la localidad a la Subdelegación.

Pese a las advertencias vecinales, ayer cientos de personas volvieron a participar en un botellón en Carbonero el Mayor. No fue en el centro del municipio, como acostumbraba a ser durante los últimos vermús de las fiestas, sino a las afueras de la localidad. Y la imagen volvió a ser muy parecida a la del sábado. Música, alcohol y pocas mascarillas ante la vigilancia de la Guardia Civil a cientos de metros. Según ha indicado la subdelegada del Gobierno a última hora de este lunes, el botellón finalmente ha sido disuelto por la Guardia Civil «sin incidentes».

«Hasta traen su propia música», señala María Ángeles García sobre este tipo de aglomeraciones. Descarta, por lo tanto, que el Ayuntamiento o que algún establecimiento hostelero del municipio haya contratado cualquier espectáculo. «De hecho, los principales perjudicados de todo esto son los hosteleros del pueblo», indica la alcaldesa.

Pero Carbonero el Mayor no ha sido el único municipio que este fin de semana ha sido escenario de botellones. Turégano, que también debería celebrar en estas fechas sus fiestas patronales de no ser por la pandemia, también recibió el sábado la visita de un buen número de jóvenes dispuestos a pasar una noche de fiesta. Y es que, como ocurría antes de la covid, a los botellones en estos pueblos acuden «en su gran mayoría» jóvenes de otras localidades.

También ha sido el caso de Escalona del Prado. Su alcaldesa, Felisa Montarelo, explica que durante estos días «no ha habido ningún problema». Se han celebrado actividades, como un monólogo, dentro de la semana cultural de la localidad, o actuaciones de Titirimundi. «Todo ha estado controlado», comenta la regidora.

Montarelo se refiere a las actividades organizadas por el Ayuntamiento. No se muestra tan segura sobre posibles botellones. «Es verdad que hubo ambiente en la zona de las peñas. Incluso unos se disfrazaron de la Guardia Civil y alguno salió corriendo», reconoce la alcaldesa, quien considera que apenas hubo gente llegada desde otras localidades. Preguntada por si teme algún brote de esas pequeñas aglomeraciones, afirma: «Es un problema de ellos. Ya son mayorcitos».

Pese a imágenes como las vistas estos días en Carbonero el Mayor, Turégano o Cuéllar (donde el alcalde publicó un bando rechazando las aglomeraciones), la mayor parte de las intervenciones de la Guardia Civil relacionadas con el ocio nocturno este verano no han sido por incumplimientos de la normativa anti-covid (109 propuestas de sanción desde el 15 de junio hasta el 31 de agosto). Aunque la Subdelegación del Gobierno indica que ha habido bastantes salidas motivadas por botellones o fiestas en casas, 248 de las propuestas de sanción realizadas vinculadas con el ocio nocturno han sido por la tenencia o el consumo de drogas.