La noticia de su muerte corrió como la pólvora por el WhatsApp de sus exalumnos de los Maristas. Había fallecido Andrés Rodao Olmos.
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No ha muerto de covid-19, como pudiera pensarse. Fuentes del Obispado de Segovia confirman que la prueba ha dado negativo y que el sacerdote sufría otras dolencias. Rodao vivía desde hace cinco años en la residencia sacerdotal de la capital segoviana.
Nacido en Armuña hace 90 años, don Andrés era un hombre de trato afable –familiarmente vinculado al célebre periodista y poeta cantalejano José Rodao (1865-1927)– y muy conocido por su actividad docente como profesor de Literatura y Filosofía en el colegio Nuestra Señora de la Fuencisla, de los Hermanos Maristas, primero en el centro de la calle de San Agustín, 1 y después en los altos del Pinarillo. Numerosas promociones de estudiantes segovianos pasaron por sus clases y hoy le recuerdan con cariño. Fue vicario de la diócesis durante años y responsable de la relación con las congregaciones de religiosas de clausura. El obispo de Segovia Ángel Rubio propuso a Rodao hace seis años como Capellán de Su Santidad, título honorífico que solo reciben los sacerdotes a petición del obispo. Este es el único título que respetó la abolición de las distinciones dentro de la Iglesia promovida por el papa Francisco. En 2007, año en que se conmemoró el centenario de la Procesión de los Pasos, la Junta de Cofradías de la Semana Santa de Segovia concedió al sacerdote segoviano el título de Cofrade de Honor.
Sus restos mortales fueron incinerados este sábado. El Obispado celebrará el funeral cuando las circunstancias lo permitan.
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