Cuando el expresidente Jimmy Carter celebró su aniversario de bodas en Segovia

El expresidente Jimmy Carter llegó el 6 de julio de 2010 y su presencia durante varias horas en la provincia de Segovia se hizo notar. No por afán de protagonismo, sino por la seguridad que acompañaba al que fuera uno de los hombres más poderosos del planeta en la segunda mitad del siglo XX. Pero eso no impidió que Carter realizase el recorrido tan habitual que realizan cientos de miles de turistas cada año en Segovia.

Decidió comer en el mesón Cándido, a los pies del Acueducto, un establecimiento que ya había visitado con anterioridad. Lo hizo en la terraza, pese al calor de julio en Segovia y las miradas de segovianos y turistas que reconocieron al expresidente estadounidense. Junto a su esposa, comió una ensalada, ancas de rana y judiones de La Granja de San Ildefonso. Todo ello en un ambiente agradable y atendiendo a las peticiones de fotografías de varios curiosos.

Tras la comida a los pies del Acueducto, Carter caminó por las calles del centro de Segovia. Subió por la Calle Real y se paró en la centenaria librería Cervantes. Guillermo Herrero, el dueño de la librería, no estaba aquel día en el establecimiento, pero sí su padre: «Entró y no lo reconoció. No supo que era Carter hasta que minutos después entraron los periodistas a preguntar qué había comprado», recuerda Herrero.

El expresidente estuvo alrededor de diez minutos en el establecimiento y se interesó por los peones que la librería muestra en el escaparate, uno de sus productos más originales. No solo se interesó por este popular juego del siglo XX, sino que adquirió dos. Uno de ellos se lo regaló a uno de los escoltas de su equipo. Su mujer Rosalyn, por su parte, se llevó de la librería Cervantes un pequeño estuche de pinturas.

No acabó ahí la visita de los Carter a la provincia de Segovia, ya que tras completar su paseo por el centro de la ciudad se dirigieron a otra parada habitual de los turistas: el Real Sitio de San Ildefonso. En el municipio segoviano situado a las faldas de la sierra de Guadarrama fueron recibidos por el entonces alcalde, José Luis Vázquez, y pudieron visitar el Centro Nacional del Vidrio para conocer las piezas expuestas.