Una exhibición de trabajo, esfuerzo y compromiso para romper el maleficio

Dani Segovia no es Diego Gómez. No empuja en la presión como el de Trescasas, pero suple la falta de potencia con inteligencia. Se coloca bien y tapa la salida de balón natural del central al mediocentro. A partir de ahí, entra en juego el centro del campo. De la Mata, Hugo Díaz y Manu dieron una exhibición de morder al rival. De estar encima y de no dejar que el jugador con balón pueda darse la vuelta y mirar de cara a la portería a Carmona. De jugar al límite de la falta para robar la pelota o, al menos, provocar el fallo del rival.

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Una presión que solo es posible si por detrás los defensas también ganan duelos. Y en eso Juan Silva es un futbolista espectacular. Ya sea en anticipación, a la carrera o en espacios cortos, el lateral argentino es un animal competitivo capaz de dejar seco a un jugador como Tana con experiencia en Primera División. Pero Silva no es el único que brilló en defensa. David López y Sergi Molina dieron otra gran versión en su segundo partido juntos en el eje de la zaga. Pero es como si llevasen toda la vida juntos. Por si acaso, Abel Pascual demostró tras salir en la segunda parte que no se le ha olvidado defender durante los tres meses que ha estado alejado de los terrenos de juego. Bendito problema tiene Ramsés para elegir dos centrales titulares en el último tercio de competición.

El que parece ofrecerse como una solución al problema que podía tener la Segoviana en el centro del campo es Hugo Marcos. El lateral derecho, probado por Ramsés en la medular en determinadas ocasiones, dio ayer un paso al frente en la segunda parte para reclamar al técnico gimnástico los minutos en la zona ancha del terreno de juego que disfrutó Ivo en la primera parte de la temporada. Otro buena noticia para un equipo que volvió a brillar en lo colectivo.