Un estudio pionero revela el menor impacto sanitario y emocional de la covid en las mujeres rurales

El coordinador científico de los proyectos de investigación de la Femur, Carlos Valiente, ha desgranado las conclusiones de la consulta y del análisis de los datos obtenidos durante el año pasado, cruzados con factores sociodemográficos y sobresaliendo la influencia de la edad y otros descriptores de la salud. En este sentido, «se han evaluado los niveles de ajuste emocional y la sintomatología depresiva que presentaban las mujeres» que han participado en la consulta. Y una de esas conclusiones, la principal en lo que atañe al objetivo que se había planteado de detectar cómo ha influido la irrupción de la pandemia en la vida de las mujeres rurales de España, pone de relieve que esta población se ha visto afectada en un menor grado por la covid y por sus efectos, deduce Carlos Valiente.

El 13% de las mujeres preguntadas respondió que había padecido la enfermedad. Además, casi el 46% de la muestra reconoció que ha tenido familiares infectados e incluso ha tenido que lamentar el fallecimiento de seres queridos. Si se tiene en cuenta que el contexto social y demográfico en el que viven estas mujeres es el de un pueblo, «donde cualquier cosa que sucede tiene un mayor impacto al ser un ámbito más reducido que el de una ciudad, donde se diluyen más», los datos demuestran «una notable menor incidencia de la covid-19 en las mujeres rurales».

El también director del Instituto Clínico y de Investigación Interdisciplinar en Neurociencias explica este menor padecimiento en la influencia que ejerce el modo de vida de la población femenina que reside en los pueblos, ya que tiene adquiridos unos hábitos que «favorecen unos estilos de vida más saludables», a lo que se une «un inmenso respeto por la enfermedad, incluso a nivel proactivo como cuando grupos de mujeres rurales se pusieron a fabricar mascarillas» en las primeras andanadas de contagios.

Asimismo, otra de las conclusiones que sonsaca Carlos Valiente de este estudio es que las mujeres rurales disfrutan de una «mayor satisfacción vital que la que se podía esperar». Como subrayó la presidenta de Femur, Juana Borrego, este colectivo «es un ejemplo de resiliencia», como ha quedado demostrado al encarar una crisis sanitaria tan singular como profunda y grave.

Los datos de la encuesta arrojan en uno de sus capítulos que el 19% de las mujeres participantes en la investigación presentaban un nivel alto de depresión, frente al 39% que arrojaba un grado calificado como bajo. En el resto de casos, los parámetros analizados eran normales.

«Las mujeres rurales estaban aprendiendo a emprender, a ser dueñas de sus vidas y proyectos, a apostar por una formación de calidad, a ser independientes... y cuando estaban alcanzando un pleno empoderamiento, llegó la pandemia», ha relatado la presidenta de la federación nacional. La alerta sanitaria hizo que las mujeres rurales también pararan momentáneamente y «tuvieron que asumir ciertas tareas que incrementaban su trabajo dentro y fuera del hogar, ya que, además de sus tareas cotidianas, fueron las responsables de velar por la salud física y emocional de toda la familia», ha expuesto Juana Borrego al afirmar que la covid-19 ha servido para afianzar el «espíritu innovador» de la federación en singular y de las mujeres rurales en general.

En este sentido, el doctor Valiente se ampara en los resultados del estudio nacional presentado este viernes en Segovia para hacer hincapié en que este segmento de población rural ha demostrado con la pandemia «una mejor estabilidad emocional y unos menores niveles de sintomatología depresiva». Este bienestar vital va de la mano de «una mejor regulación cognitiva, conductual y emocional, así como de unos elevados niveles de atención plena como tendencia disposicional o estilo de vida sin necesidad de tratarse de personas que practican técnicas terapéuticas» como puede ser el 'mindfulness', citado en varias ocasiones por el especialista durante su explicación del estudio.

O dicho de otro modo, las mujeres rurales consultadas en la encuesta pusieron de manifiesto una capacidad mayor para gestionar la situación pandémica con sus propias herramientas y recursos, lo que evidencia «una impactante resiliencia y autonomía personal».

Valiente completa las conclusiones al ratificar que la mejor actitud ante la crisis sanitaria de las mujeres rurales «se vio reforzada cuando contaban con trabajo o actividad profesional». Por lo tanto, esa estabilidad emocional ante los embates del coronaviris es mayor cuanto mayores son la autoestima, las relaciones sociales o la autosufiencia económica por el hecho de trabajar.

El presidente del Colegio Oficial de Médicos de Segovia, Graciliano Estrada, ha aplaudido la investigación llevada a cabo tanto por el interés propio del estudio como por la metodología. La institución profesional, que tiende una mano y brinda su apoyo a iniciativas investigadoras, saca pecho por el trabajo que desarrolla la Fundación Científica, que «ha duplicado el número de ayudas y becas a la investigación», ha destacado el presidente colegial.