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La San Silvestre recupera su nombre original y cambia de recorrido, pero amenaza con tener al mismo tirano: Alejandro Domínguez, el chico de 17 años de Trescasas al que le queda pequeña su generación y que no esconde el sueño de ser olímpico en Los Ángeles 2028. Lleva un mes con un constipado que no se termina de pasar, pero no hay excusas: «Las piernas van increíbles». Avisa que quitar un kilómetro –pasa de cinco a cuatro– le beneficia porque es el más rápido de los aspirantes y le da igual que pase por unas calles u otras. «Es la San Silvestre, hay que disfrutarla como sea».
Su cara se ilumina cuando recuerda el triunfo del año pasado tras no haber podido participar otras ediciones por no tener la edad mínima. «Fue increíble el ambiente, los ritmos, todo lo que hice». Aunque conocía a las revoluciones a las que puede ir, se sorprendió a sí mismo. «Quedar entre los tres primeros, sí, pero ganar… Como no sabía muy bien el circuito, me sorprendió aún más ganar con cierta diferencia».
Su identidad es constancia, disciplina y motivación. «Implicarse mucho. He vivido momentos muy bonitos, me hace feliz. Ya es parte de mi día a día y no lo quiero cambiar». Por eso la entrevista tiene lugar en plena Tardebuena, mientras sus amigos están de fiesta. «Hace frío, para no ponerme malo». Su padre, Rufino Domínguez, refrenda el carácter: «Los estudios y el atletismo van de la mano». Entrena seis días a la semana –sesiones de aproximadamente una hora y cuarto– para un total de unos 60 kilómetros, poco. «De los que corre la San Silvestre, soy de los que menos hace. Hay gente con 90 o más de 100». Cada cual tiene su fórmula. «Mejor calidad que cantidad». En Nochebuena hizo dos bloques de 1.500 metros + 1.000 + 1.000: siete kilómetros a un ritmo aproximado de 2:50 minutos cada uno. Sin dolor. «Hoy ha sido tranquilo, duermo perfectamente». Lo combina con rodajes más 'lentos' –una hora a un ritmo de 4:15– aprovechando el privilegiado entorno de la Cañada Real.
Explica su mejora respecto al año pasado en la mentalidad. «Como estoy en segundo de Bachillerato, tengo que estar más centrado, tanto en el atletismo como en los estudios. Es un curso difícil, te juegas el futuro». Su intención es estudiar magisterio y no salir de Segovia, así que los vecinos de Trescasas seguirán observado cómo crece el chaval que lleva toda la vida corriendo por sus calles. «Si un día tengo examen, corro en el pueblo, pero siempre entreno».
Porque toca competir. Tras despedir 2023 en el podio de la Plaza Mayor, preparó el campeonato de España de Cross de Getafe y fue tercero sub-18. Porque con ese motor, vale para todo, también para alguna carrera de montaña. Preparó después la pista cubierta, pero un constipado le apartó de la corona nacional en Sabadell: por mucho que corran las piernas, el organismo manda. «Me destrozó, qué se va a hacer, son cosas que pasan. Te toca estar en casa todo el día sin moverte; si no tienes fiebre, a entrenar». Y si el termómetro sube, en casa. «Para entrenar mal…» Calidad.
En pista al aire libre llegó su mejor versión, en 2.000 obstáculos, una modalidad reducida respecto a la distancia olímpica de los 3.000 debido a la edad, pues logró en Pontevedra la mejor marca mundial del año sub-18 con 5:40. Era el favorito para el Campeonato de España de Málaga, en el que aspiraba a una de las dos plazas para el Europeo. Iba en cabeza, pero se cayó a falta de una vuelta al saltar el primer obstáculo. «No sí me despisté, no lo quería dar más vuelta». Siguió, acabó tercero y fueron los dos primeros: prevaleció el puesto sobre su marca. Lo pasó mal porque el Europeo lo ganó uno de ellos con una marca 'pobre' (5:46) en comparación con la suya. Pese al traspiés, ama la disciplina. «Es muy divertido saltar los obstáculos y la ría». Una prueba para la que ha nacido, por su envergadura y su fuerza de salto.
Pese a la adicción a correr, toca descansar. Tres semanas para jugar al fútbol o al vóley. «Nunca viene mal, hay veces que la cabeza está un poco saturada». Y empezó con ganas la nueva temporada de cross en otoño: ha ganado los cinco que ha competido en su categoría, sub-18: Amorebieta, Atapuerca, Alcobendas, Cantimpalos o Venta de Baños, el último. Su estado de forma le llevó a subir una categoría en Itálica (Sevilla) en busca de una de las cuatro plazas sub-20 que había en juego para el Europeo. «Podía ser campeón de España, pero quería intentarlo». Una prueba de su ambición. Fue noveno, pero ganó a muchos corredores dos años mayores que él.
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Luis Javier González
La San Silvestre no será un camino de rosas porque acaba de tener una concentración en Sevilla con los talentos del atletismo que aspiran a ser internacionales sub-20. Ya lo hizo el año pasado y ganó, pero su calendario no da respiro: Hoy tiene series y viaje a Segovia. Sin excusas, está apuntado y saldrá, «pase lo que pase». Avisa que la subida por Padre Claret será «bastante dura» y que se volará después. «Por la antigua cárcel no va a haber mucho ambiente, pero por debajo de las luces va a ser muy bonito; y San Juan también». Sitúa como gran rival a Rafa Rodríguez, ganador en 2022, su compañero del Sporting Segovia, cuyo uniforme vestirá por última vez tras 11 años en el club. «Ha sido mi familia, desde que me empecé me han querido mucho y me han apoyado».
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Pedro Resina | Valladolid
Fermín Apezteguia y Josemi Benítez
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