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Los Reyes de Oriente volvieron a exhibir su magia para multiplicarse y visitar cada rincón de la provincia de Segovia. No faltaron a su cita de cada 5 de enero para regalar sonrisas, dulces y desplegar una estela brillante y coloreada de ilusión entre mayores y más jóvenes. Los cortejos de Sus Majestades desafiaron las inclemencias meteorológicas y sortearon las adversidades para llegar a tiempo a los municipios donde les aguardaban ansiosas las legiones de niños que anhelaban saludar a Melchor, Gaspar y Baltasar. Los Reyes Magos atendieron las peticiones de los infantes, que también soportaron gracias al abrigo de la fantasía el frío y la lluvia que en muchos momentos intentaron deslucir –sin conseguirlo– las recepciones con las que los pueblos abrazaron su llegada.
Los séquitos reales recorrieron la provincia durante las horas previas a la noche más mágica, antes de que los propios Magos de Oriente y sus ayudantes depositaran los presentes en cada casa para cumplir los deseos expresados en las cartas que les han hecho llegar.
En su ruta por el territorio segoviano vivieron en Cuéllar una intensa jornada desde por la mañana cuando visitaron y entregaron roscones a usuarios y trabajadores de los centros de mayores. Tras un descanso para reponer fuerzas, ya por la tarde, sus majestades se subieron a sus carrozas, que simulaban tres grandes camellos, para comenzar su recorrido por la localidad acompañados por los miembros de las Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de los colegios San Gil, Santa Clara y La Villa, quienes, junto con sus hijos, realizaron las labores de pajes.
Las cabalgatas siguieron la estrella que les guió hacia un sinfín de escalas en lugares como El Espinar, el Real Sitio de San Ildefonso, Torrecaballeros, Fuenterrebollo, Prádena, Sacramenia, Fuentesaúco de Fuentidueña, Fuentepiñel, Torrecilla del Pinar, Fuente el Olmo de Fuentidueña, San Miguel de Bernuy, Sebúlcor, Espirdo, Riaza, Boceguillas, La Lastrilla, Valverde, Coca o Palazuelos.
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Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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