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La dependencia del turismo de Segovia ha hecho que la gran mayoría de bares y restaurantes de la ciudad hayan pospuesto su reapertura hasta que se permita la movilidad entre provincias, en la fase 3, con la intención de tener clientes de otros lugares del país. De hecho, son muchos los establecimientos hosteleros –y también los comercios– que reciben la mayor parte de sus ingresos por parte del turista, ya sea nacional o internacional.
En el caso de los hoteles la dependencia del turismo es todavía mayor. Casi absoluta. Por eso, y pese a que tienen permitido abrir desde el pasado lunes, la gran mayoría de los hoteles de la ciudad ha decidido permanecer cerrados a la espera de que pueden llegar turistas de otros lugares. Pero eso no significa que todos los hoteles estén cerrados. En la provincia también hay hoteles que llevan abiertos durante todo el estado de alarma al ser declarados por el Gobierno servicios esenciales.
Uno de ellos es la Hostería Natura, situada en el recinto amurallado de Segovia. Pese a permanecer abierta, su situación es muy diferente a la de cualquier otra primavera. Durante los meses de marzo, abril o mayo, el establecimiento lograba el cien por cien de ocupación –y si no, estaba cerca– gracias al buen tiempo y a las actividades que se desarrollaban en la ciudad, que atraían a miles de turistas. Pero ahora, sin turismo y sin movilidad entre provincias, apenas tiene «tres o cuatro habitaciones» ocupadas a la semana.
Miguel Espinosa, su propietario, incluso ha desviado el número de teléfono de la hostería a su móvil particular para poder atender posibles reservas los días de la semana que las doce habitaciones de la hostería están vacías. Porque además de reducirse las reservas, la duración de las estancias son mínimas. «La gente está solo un día o dos», confirma Espinosa.
La evolución de la demanda de habitaciones no ha sufrido muchas variaciones desde la declaración del estado de alarma. Espinosa comenta que ha permanecido durante estas semanas con esas tres o cuatro reservas a la semana, y que tan solo durante el periodo de tiempo en el que se detuvieron sectores como la construcción la demanda de habitaciones fue incluso menor.
En cuanto al tipo de cliente, explica que son todo trabajadores. Algunos sanitarios, todos de fuera de la provincia que debían trabajar en Segovia (no ha tenido casos de sanitarios segovianos que no querían regresar a sus casas por miedo al contagio), pero también trabajadores del sector de la construcción (algunos obreros de la SG-20) u otro tipo de empleados que debían desarrollar sus trabajos durante unos días en la provincia.
El lado positivo de tener dos terceras partes de la hostería vacía es que la limpieza y desinfección del establecimiento es mucho más sencilla. «Cuando se marcha un cliente se puede dejar su habitación varios días en cuarentena tras haberla limpiado y desinfectado», comenta Miguel Espinosa. Por otra parte, y para reducir el riesgo de contagio, en las estancias que duran más de un día son los propios clientes los que se encargan de la limpieza y mantenimiento de sus habitaciones, a las que no entra ningún empleado durante su permanencia en la hostería.
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