Espirdo y Brieva se alían para exigir vallados más seguros en las ganaderías de reses bravas de la zona

Por prevención -y no porque corra peligro su vida-, este vecino de la pequeña localidad de Brieva permanece ingresado en observación en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital General de Segovia al sufrir varios traumatismos, informan fuentes sanitarias. Un familiar suyo también resultó herido, aunque con pronóstico leve, cuando acudió en su auxilio y logró retirar la res que la había emprendido con su pariente, según confirma la alcaldesa brievana, María del Pilar Martín.

Aunque hay abierta una investigación por parte de la Guardia Civil para esclarecer los hechos, tanto la regidora de Brieva como su homóloga de Espirdo han solicitado reunirse con responsables de Agricultura del Ejecutivo regional para demandar más seguridad. No es la primera vez que se fugan reses bravas en esta zona ocasiona daños personales.

«Vamos a exigir responsabilidades», a expensas de los resultados de las pesquisas del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) del Instituto Armado, asevera la regidora de Espirdo, María Cuesta, quien al igual que su colega de Brieva reivindica la necesidad de instalar un tipo de vallado seguro y eficaz que evite las escapadas de reses bravas por las fincas cercanas.

«No podemos estar así, se necesita dar seguridad a las personas» que suelen a menudo salir a pasear o andar en bicicleta por los caminos que discurren por este entorno de la provincia entre Espirdo y sus núcleos de población de Tizneros y La Higuera, y los términos municipales de Brieva y Torrecaballeros. «Se tiene que instalar un vallado adecuado al uso al que se destina, porque no es lo mismo una cerca para ganado de engorde que para animales bravos».

Cuesta hace hincapié en que la señalización de advertencia es insuficiente y sobre todo inútil si el vallado ya ha sido destrozado y las reses vagan sueltas por el campo, con la amenaza que suponen para los paseantes o ciclistas.

La alcaldesa de Espirdo lamenta que Castilla y León carezca de una legislación que regule cómo deben de ser estas instalaciones ganaderas en la que se crían reses bravas, ni que ordene cómo se han de realizar los desplazamientos ni las medidas de seguridad obligatorias que se han de adoptar si se trasladan los animales. En otras comunidades con más tradición «te viene hasta el tipo de malla o de poste» que hay que poner, echa en falta la regidora de Espirdo.

La sensación de zozobra sembrada por las vaquillas de la ganadería del Marqués de Quintanar que se escaparon este martes y que propiciaron el incidente en Brieva continuó en la mañana de este miércoles. Cuesta relata que se avistaron dos reses desperdigadas en el camino a Torrecaballeros. Se avisó a la Guardia Civil y se lograron recoger para devolverlas a la finca. Durante buena parte de la mañana, tanto el Ayuntamiento de Espirdo como el de Brieva han mantenido el aviso de peligro y la recomendación de no transitar por los caminos de la zona.

Una persona, por ejemplo, fue recogida por los servicios municipales de Espirdo en la camioneta en la que salieron a primera hora para el entorno y garantizar que ya no quedaban vaquillas diseminadas por el campo. Fue en esa batida cuando descubrieron a las dos últimas reses.

Por su parte, la regidora de Brieva apunta que los heridos de este martes sopesan denunciar los hechos, también a expensas de las conclusiones del informe de la Guardia Civil «para actuar en consecuencia». María del Pilar Martín agradece a la Junta la rápida respuesta a la petición de reunión solicitada por ella y Cuesta porque «Espirdo y Brieva son los dos municipios más afectados» cuando se escapan reses bravas en la zona.