Isabel Montero Investigadora aeroespacial del CSIC
«El espacio nos da un baño de humildad»Isabel Montero Investigadora aeroespacial del CSIC
«El espacio nos da un baño de humildad»Isabel Montero (12 de mayo de 1955) colabora con la Agencia Espacial Europea para proteger a los satélites frente a radiaciones energéticas extraterrestres procedentes del sol o de rayos cósmicos. Lo hace en un laboratorio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
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Tras una carrera ... vinculada al espacio, la investigadora nacida en Segovia dibuja la Tierra como un lugar privilegiado y habla con vértigo de las distancias.
–¿Por qué estudia el espacio?
–Empecé con proyectos de investigación después de terminar el doctorado. Fui a congresos internacionales y las empresas contactaron conmigo. Proyectos de la Agencia Espacial Europea y contratos como los de Airubus, el principal fabricante de satélites de Europa. La vida me ha conducido hacia ello, no era algo en lo que pensara desde que era una niña.
–Una vida protegiendo cosas.
–[Ríe]. Sí, es verdad. Si hubiera estudiado Medicina, me habrían interesado las enfermedades degenerativas para intentar frenarlas. La covid demostró lo importante que es la investigación. Y si no tenemos comunicaciones, no se pueden salvar vidas. Los satélites están relacionados con el bienestar de la humanidad.
–¿Es una cuidadora?
–Nunca me había fijado en ese detalle, pero soy bastante protectora en la vida real. Con las demás personas o con los estudiantes en la universidad. No iba a pillar.
–¿Por qué son importantes los satélites?
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–No sé qué haríamos sin ellos. internet permite que nos podamos comunicar unos países con otros. Wifi, televisión, telefonía, radio. Es esencial.
–¿El sol es nuestro aliado y enemigo al mismo tiempo?
–Sin el sol no habría vida, pero tiene sus inconvenientes, como la radiación. Hablamos de los rayos uva en la playa; eso no es nada comparado con otros fotones de espacio extraterrestre. Nosotros estamos protegidos por la atmósfera, que los absorbe. También hay radiaciones muy energéticas; son como proyectiles de verdad, con más de 10.000 voltios, que chocan contra el satélite y se incrustan. Es muy importante saber cómo van a reaccionar los materiales. Eso es lo que simulamos en el laboratorio.
–¿Cómo se protege un satélite sin atmósfera?
–Hay que conseguir que los materiales de su superficie tengan una cierta conductividad eléctrica, que la carga pueda disiparse. Y reflectores para disipar el calor de los rayos infrarrojos del sol. Que no se caliente. Al contrario que los invernaderos, que buscan optimizar al máximo toda la energía. Son materiales muy sofisticados; en una décima de milímetro hay una multicapa de metales muy bien seleccionados.
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–¿Cómo definiría el espacio?
–Es maravilloso, nosotros estamos viajando en él, es nuestro hábitat. Tenemos que estar muy contentos de estar donde estamos y que no venga ningún cometa a colisionar con nosotros. Nuestro planeta azul es un milagro. A ver si lo conservamos bien.
–¿Qué piensa cuando ve una película del espacio?
–Son fantasiosas, pero tienen un componente bastante real. Lo más tremendo es salir al espacio y no saber si vas a volver; si vas a tener energía suficiente en el dispositivo. Siempre está la incertidumbre al final de todo de si volverás a tu casa o no. Da muchísima sensación de peligro, estás sometido a muchísimos riesgos. Lo importante es que tengamos la mejor formación desde pequeños y no pasen cosas como los terraplanistas. ¿Pero cómo pueden pensar que la Tierra es plana? Si es que lo ves con tus propios ojos.
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–¿Encontraremos otro planeta igual?
–No, por lo menos a corto plazo. Lo cual no quiere decir que no lo haya, pues una premisa de la ciencia es no negar nada. Pero estará tan lejos… Las distancias que usamos en el espacio son espectaculares, da vértigo. Nuestra vida es demasiado corta y somos muy insignificantes. El espacio nos da un baño de humildad. No descarto que el ser humano llegue a otro planeta, pero no en unas condiciones tan cómodas. Es que esto es un paraíso. No valoramos todo lo que tenemos. Esto de poder respirar sin estar metido en una escafandra. Tendríamos que disfrutar muchísimo más de estar vivos, de tener oxígeno y agua.
–¿Le gustaría salir de la Tierra?
–No me gustaría ir a explorar otros mundos porque ya no tengo tiempo de vida, pero me encantaría verla desde fuera, sin la más mínima duda. Pero hasta para hacer eso tienes que estar en plena forma física y soportar condiciones de ingravidez. Sería muy emocionante.
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–¿Encontrará el ser humano vida en otros planetas?
–Yo creo que sí, es probable.
–¿Qué vida se imagina?
–No veo imposible que haya un mundo exactamente igual al nuestro, depende de cómo haya evolucionado. Podrían ser muy inteligentes o mucho más torpes. Ahora nos creemos muy listos, pero la gente de la antigüedad era inteligentísima, tenían cerebros prodigiosos.
–¿Le frustra morir sin tener la respuesta las preguntas por las que está trabajando?
–Creo que lo que más me va a afectar en esos momentos finales de mi vida son las relaciones humanas. Es lo primordial cuando te despides de este mundo.
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–¿La exploración espacial es una prioridad para el ser humano?
–Hay países con un interés enorme en la conquista del espacio, pero tiene que estar de acuerdo todo el planeta. Los satélites también son importantísimos para la defensa militar. La investigación espacial tiene que continuar porque de ello va a depender que se avance en otros campos y defendernos de los propios humanos.
–¿Es más probable que nos destruya un cuerpo celeste o que lo hagamos nosotros mismos?
–Es más probable que alguien lance una bomba nuclear a que nos choque un cometa porque les tenemos controlados, sabemos por dónde van, son muchísimo más nobles. La protección militar que nos dan los satélites, la información que transmitimos en milisegundos, es fundamental para saber lo que nos va a venir.
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–¿Podríamos desviar un cometa?
–Yo creo que sí. Hay que tener en cuenta la masa; si es enorme, le haces cosquillas. Podría acabar con nosotros. Por lo menos, en la zona en la que colisione. Daría un golpe en un sitio, nos puede trasladar, eso se puede calcular muy fácilmente. Pero podemos estar tranquilos, eso no lo vamos a ver. Los satélites nos dan mucha información de todo lo que pasa, pero hay que saber elegir muy bien a los que nos dirigen.
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