Tres menores caminan consultando sus respectivos teléfonos móviles. Antonio de Torre

Segovia

Una escuela municipal de familias tratará la educación sexual en adolescentes

El acceso temprano al móvil expande la pornografía, algo que el sistema combate con charlas en los centros y formando a los docentes

Domingo, 28 de enero 2024, 10:45

Ante la amenaza que supone la pornografía, un referente en educación sexual para muchos adolescentes, las redes educativas buscan métodos para formar a los padres. Es uno de los grandes retos del sistema educativo que la Junta gestiona a través de programas de sensibilización en ... los centros, un grano al que también se suma la Diputación en los pueblos. Pero la clave está en las Ampas, aún divididas sobre un tema que muchos padres consideran tabú. Las crecientes denuncias han fomentado la apertura de los progenitores a escuchar y el Ayuntamiento de Segovia prepara una escuela para padres en la que el sexo será un pilar central. Psicólogos para tratar el tema y talleres sobre el uso del móvil.

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Entre las actividades que el Ayuntamiento de Segovia presentó el miércoles sobre juventud hay talleres sobre educación afectivo-sexual para la Casa Joven, que ha formado en los últimos años a grupos de en torno a la veintena de educadores, tanto de educación reglada como monitores de tiempo libre o de actividades deportivas. Temáticas como 'Amor romántico y relaciones adolescentes' o 'Amor en tiempos de Covid: una propuesta de educación sexual para la pandemia'. Un informe de Save The Children señala que el 68,2% de adolescentes consume pornografía de forma habitual a partir de los 12 años.

El siguiente paso que promete el concejal de Juventud, Sergio Calleja, profesor en Maristas, es lanzar el próximo curso una escuela de padres. «Las familias manifiestan la dificultad de acompañar a sus hijos en este ámbito». En tabú en algunas casas que se rompe con pedagogía. «Es un tema que hay que explicar bien. La dimensión sexual no tiene nada que ver con adoctrinar, es educar en libertad». Su diagnóstico en los últimos años es claro: «Se ha infravalorado, deteriorado y desvirtuado la dimensión sexual del ser humano. Un adolescente no percibe que la sexualidad sea algo donde se la juega, donde radica su intimidad. Creen que tener una relación sexual es como tomarse un café».

68,2%

de los adolescentes consume pornografía de forma habitual a partir de los 12 años, según recoge un informe de Save The Children. Y el 95% de alumnos de los centros educativos sabe que el porno es malo cuando llega a sus manos.

Calleja habla de la pornografía como un tema que «supera a las familias, colegios o institutos» y apela a «grandes mecanismos» como el Gobierno –el presidente, Pedro Sánchez, se ha comprometido a regular la materia– «para combatir al monstruo». Duda de las posibilidades de cortar el acceso porque «es poner vallas al campo» y aboga por educar antes que prohibir. «La gran asignatura pendiente en los colegios es trabajar en serio desde Primaria». Desde los cinco años, para anticiparse al monstruo. «Si el primer contacto con lo sexual es la pornografía, ese será su maestro». Y pone el ejemplo exitoso de las drogas. «El 95% de los alumnos sabe que un porro es malo cuando llega a sus manos».

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Otro aliado y enemigo es la tecnología. Javier González imparte charlas sobre el uso de redes sociales con la Diputación de Segovia en el proyecto 'Enredados' a alumnos de primero a tercero de Secundaria en los institutos de la provincia salvo los de la capital, Riaza, Coca y Ayllón. «Han entrado nuevos centros porque tienen muchos problemas en las aulas, el uso del móvil se ha despendolado. Los chavales no saben lo que son las redes sociales». Por eso se presenta, da datos íntimos, espera a que sus alumnos hagan los mismo y les dice que era falo. Su respuesta: «¡Qué cabrón, nos ha mentido!» La lección: «Esto es el día a día de las redes sociales». Son tres horas por clase para un total provincial de unas 150.

«La pornografía es algo que supera a las familias, colegios e instituciones», señala el concejal de Juventud

La metáfora de González es que la sociedad ha dado a los jóvenes una herramienta –el móvil– sin enseñarles a usarla. «Las familias delegan en ellos como seres autónomos con 11 y 12 años. Hemos encontrado el botón del off para que nos dejen en paz cuando queremos tomarnos una caña. Desde ese día, empiezan a ver pornografía ¿Quién les enseña? Absolutamente nadie. Así que aprenden a ensayo-error. Puedes liarla muy gorda y te la pueden liar muy gorda». Responsabiliza al tutor legal de supervisar ese móvil. En parte porque la pornografía llama directamente a su puerta por ese mal uso. Telgram, una aplicación que define como un paso intermedio hacia la 'deep web' (el internet 'oscuro') permite, por ejemplo, piratear Spotify o un partido de fútbol, algo que lleva complemento: «Te van a aparecer muchachas de Uzbekistán en pelota picada que quieren rollo contigo».

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Así empiezan los malentendidos, venganzas sin límite, con stickers «brutales» con «decapitaciones, escenas de zoofilia, porno a saco» editados con la cara de la víctima. Tener una foto de un menor es pornografía infantil, aunque el propietario sea otro menor. «Yo he visto casos de unas chavalas que se les ha ido la pinza, se han quitado la ropa en una fiesta del pijama y se han hecho una foto delante del espejo. O fotos de parejas desnudas. Así empiezan los chantajes o la venganza porque me has dejado», añade González

La edad mínima para una red social está en los 14 años y los adolescentes se vanaglorian de falsificarla

Y esos dramas llegan a TikTok: la edad mínima para una red social está en los 14 años y los adolescentes se vanaglorian de falsificarla. «El problema es que sus padres lo saben son cómplices». Y aun sí, proliferan los titulares para burlar el Family Links, la aplicación de control parental. «El chaval que lo piratea te lo enseña, igual que un vídeo porno o a pasarte el videojuego». Invitaciones a chats masivos de WhastApp con material pornográfico o alumnos que normalizan decirle al compañero que se van a acostar con su madre en la casa donde hacen juntos los deberes. El porno como guion para la vida.

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