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Segovia
La Escuela de la Casa de los Picos se abre a la ciudad para divulgar sus ciclosLa Escuela de Arte Superior y Diseño de la Casa de los Picos quiere expandir unas enseñanzas minoritarias, llegar a un espectro de población más amplio y abrir las puertas de su icónico edificio a la sociedad para que su actividad no pase desapercibida. Aunque ... el volumen de estudiantes de Bachillerato se mantiene estable en torno a la centena, su aspiración es difundir la oferta de ciclos formativos y aprovechar la ubicación como imán para atraer alumnado. «Estamos en el centro de la ciudad y a veces no se sabe lo que se está estudiando en la escuela», apunta su directora, Isabel Gómez. Por eso el centro ha renovado sus redes sociales o su página web, organiza actividades de puertas abiertas y plantea incorporar nuevos estudios.
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«Estamos intentando renovar poco a poco la escuela y estabilizar lo que tenemos», declara la persona que lleva las riendas de la institución académica desde el año pasado. Logros como un proyecto de autonomía para el Bachillerato de Artes con optativas propias –Introducción al Arte en primer curso más otras dos, Textiles Artísticos y Volumen Cerámico, en el segundo–, algo que el centro reivindica. «Con tanta reforma en las leyes, se perdió la especificidad de este Bachillerato, podía pasar por uno de Humanidades. Queríamos recuperar toda esa parte que tiene una escuela de arte, de talleres, que no teníamos».
Un ejercicio de divulgación constante. Por ejemplo, unas jornadas de la creatividad que tendrán lugar el 24 y 25 de este mes de abril. «Son actividades con los alumnos, pero también para abrir la escuela a la ciudad, que puedan ver lo que se está haciendo», reitera Gómez, quien habla del carácter minoritario de estos estudios como su gran traba a la hora de buscar la difusión. «Es para gente que esté muy interesada en el arte», añade. Y luego está la propia circunstancia de su fachada. «Está muy bien, pero al final puede más el edificio que lo que hay dentro; cualquier turista o segoviano va a conocer la Casa de los Picos, pero nos quedamos en la puerta». El reto es invitarles a dar ese paso, a conocer los talleres de primera mano.
«El Bachillerato se conoce más. Como son estudios posobligatorios, las familias están más pendientes; pero ya con los ciclos cuesta más. Se nos confunde con la formación profesional, que no somos. A veces estamos en tierra de nadie», explica la directora, que también esgrime la condición de enseñanzas artísticas. Por eso reivindica el arte «en la vida de cualquier ser humano» como una formación transversal y una forma de sumar alumnos. «Nos enriquece, nos hace mejores a todos», incide. Gómez subraya que el arte no está reñido con la empleabilidad. «Los estudiantes que tenemos salen con trabajo, muchos se quedan en el centro donde han hecho las prácticas, la mayor parte de ellos está trabajando».
El grado superior de Diseño de Producto cuenta este curso con 33 alumnos, solo superado por el superior de Ilustración, que posee 42 matrículas. El otro ciclo superior, Arte Textil, tiene 16, por los 15 del grado medio de Revestimientos Murales y los 95 alumnos de Bachillerato de Artes para un total de 202 estudiantes. El dato apenas varía respecto al curso pasado (208) y mantiene la ligera caída de los últimos años.
Las matrículas subieron de 233 a 250 en el curso 2019-20; se mantuvieron el siguiente pese a la pandemia (253), y han menguado desde entonces. Hay un ciclo de grado medio en extinción, Tapices y Alfombras –solo queda un alumno– sustituido por su superior, Arte Textil.
La escuela no solo pone en valor la empleabilidad, sino la calidad. «Estamos contentos porque tenemos alumnos trabajando en estudios reconocidos de Madrid o Valladolid», ensalza la responsable del centro. Salidas laborales como la ilustración, tatuajes o interiorismo. El perfil del alumnado cambia según los estudios –en Bachillerato hay más mujeres que hombres–, pero es más vocacional. «Antes había un perfil que derivaban de otros centros porque creían que el nivel era más bajo, algo que no era real. La gente que viene está muy motivada y se ve en las evaluaciones, están sacando muy buenas notas».
El perfil de los ciclos es muy heterogéneo, con cada vez más alumnos de otras provincias. «En un ciclo de Ilustración hay gente más joven, más variopinta, que eso está bien para una escuela. Y en los de Murales o Arte Textil hay alumnos más mayores que han terminado hace tiempo los estudios y se reenganchan», expone la directora. Quieren recuperar su gusto por los oficios, por trabajar con las manos.
La aspiración de la escuela es aumentar su alumnado en ciclos como el superior de Arte Textil. «Nos gustaría que fuera tomando más peso porque solo está en León y Segovia. Y quedan muy pocos en España», defiende Gómez. Pero el edificio exige un crecimiento sostenible. «Es una escuela pequeña, no podríamos subir demasiado, no daríamos los talleres como se debe. Son grupos pequeños, hay que estar muy pendientes de ellos. No podemos tener clases de 25 ó 30 personas», afirma. Una docencia en familia que tiene ventajas. «Al ser pocos, hay muy buen ambiente. Hay mucha práctica, se colabora mucho, no tenemos problemas de 'bullying'». Y fija población en Segovia. «Tenemos muchos que pasan por Bachillerato y luego se enganchan a ciclos. De primeras, a lo mejor cuesta entrar, pero luego la gente no quiere irse», apostilla.
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