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Multitud de personas visitan los expositores de la feria.

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Multitud de personas visitan los expositores de la feria. Antonio Tanarro

El escaparate rural que exhibe las riquezas provinciales

Prádena celebra la duodécima edición de la Feria de Muestras con el propósito de visibilizar el potencial de los productos de proximidad

Lunes, 5 de agosto 2024, 19:52

La provincia de Segovia esconde riquezas que en muchas ocasiones tan solo son conocidas a nivel local. Platos deliciosos, espléndidas joyas y otros productos hechos a mano sin mayor instrucción que la que aporta la tradición se quedan muchas veces en el olvido.Por ello, Prádena se ha propuesto recuperar las costumbres y servir de escaparate más allá de la comarca para visibilizar los artículos más destacados que elaboran artesanos que comparten sello segoviano. «Queríamos hacer algo diferente y, después de doce ediciones, la feria sigue siendo un éxito», asegura el alcalde del municipio de la sierra, Ismael Masedo.

La colocación de un techado conformado por hasta 3.000 flores de papel, que tiñen de blanco la plaza del pueblo y que son elaboradas a mano por las vecinas durante el invierno, sirvió para anunciar la llegada de la Feria de Muestras. Como su propio nombre indica, es una iniciativa que pretende dar a conocer los productos de proximidad a los vecinos de toda la comarca. Dos maniquíes vestidos con el traje regional segoviano dieron la bienvenida a los recién llegados, ya que Prádena recibió a lo largo del fin de semana un goteo de cientos de visitantes «sobre todo de los municipios de alrededor» que querían deleitarse con nuevos gustos y experiencias.

El evento se ha convertido ya en un referente en el calendario de celebraciones de la zona, como sucede con el Mercado del Acebo, celebrado a principios de diciembre en el mismo escenario. En esta ocasión, ni las elevadas temperaturas ni la coincidencia con festejos en otros pueblos cercanos hicieron mella en la afluencia de público. «Es una feria para disfrutar de nuestro pueblo, de lo que tenemos aquí cerca», insiste el regidor.

Masedo mide su éxito a partir de los expositores que llenan el centro neurálgico del pueblo. En la primera edición, la cifra se situaba en una veintena de puestos. «Ahora contamos 35», se alegra. Aello se suma la variedad de procedencias que acoge, ya que incluso se invita a artesanos de otras comunidades autónomas.«Este año la gran mayoría eran productores locales», explica.

Mirada al pasado

Todo ha cambiado mucho desde los inicios. Cuando la feria se puso en marcha por primera vez, hace doce años, Masedo era concejal. «Siempre hemos buscado dinamizar un poco el día a día de Prádena», defiende el ahora alcalde. De ahí que el mercado —que reunió gastronomía, cerámica, bisutería o carpintería— conviva ahora con otras actividades, como es un desfile de gigantes y cabezudos, conciertos, ambientación callejera —con dulzainas protagonistas—, catas y visitas teatralizadas a las fraguas que existían en el pasado, en las que trabajaban los herreros.

La mirada al pasado también estuvo presente a través de un taller de esgrafiado, la técnica ornamental arquitectónica utilizada para decorar fachadas y muros, que recabó una amplia participación. Otra de sus señas de identidad son las exposiciones, que abordan disciplinas artísticas como la pintura hasta la literatura. Precisamente, en una de las muestras se rindió homenaje a Rafael Matesanz, sacerdote nacido en la localidad serrana y poeta místico. «Hemos querido honrar la memoria de uno de nuestros vecinos», sostiene.

El regidor celebra que se haya podido recuperar una exhibición de cetrería. «Hacía años que no venía», relató, y que sorprendió a pequeños y mayores. El propósito es seguir creciendo, tanto en visitantes y atractivo como en el gusto por la tradición.

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