La ermita de San Frutos atrae a alrededor de 100.000 personas al año

De las cerca de 200.000 personas que visitan al año este parque, casi la mitad de pasan por el lugar más transitado del enclave, la ermita de San Frutos, desde donde se observa una espectacular panorámica de los cañones y se aprecian claramente las marcadas curvas que describe el cauce del Duratón a una altura que supera los 80 metros.

En el parque del Riaza, los turistas también pueden seguir unas rutas preestablecidas, como la senda entre puentes, de seis kilómetros; la de las Ternadas de Valdevacas, de 4,5 kilómetros, o la del Cerro el Alto, de menos de mil metros. Por su parte, para recorrer la senda del río y la de la ermita del Casuar es necesario un permiso especial si se pretende hacer en época de reproducción y cría de aves.

Si bien estos parques naturales han tenido siempre una gran afluencia de visitantes, la pandemia del coronavirus ha sido un acicate para aumentar el reclamo natural de estos espacios para el turismo de actividades en contacto con la naturaleza. Este tirón ha hecho que aumentara el número de visitantes. Así lo afirman los responsables de la Fundación del Patrimonio Natural de Castilla y León, que insisten en que estos últimos meses se ha notado una tendencia al alza durante los fines de semana. Se trata especialmente de un público familiar «que antes no acudía a estos entornos con tanta frecuencia».