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Que la sexta ola es menos mortífera que las primeras andanadas de la pandemia de coronavirus que estalló hace prácticamente dos años lo dicen los números de la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León. Que ha sido más contagiosa, también los ... datos oficiales dan fe de esa elevada y vertiginosa capacidad de transmisión comunitaria, que por otra parte parece remitir y perder el potencial infeccioso demostrado por la variante ómicron durante su propagación durante los pasados diciembre y enero.
Sin embargo, esas mismas cifras de la Administración regional revelan que, a pesar de no matar tanto como lo hicieron las primeras olas hasta que se toparon con la inmunización de las vacunas, el primer mes del año ha acabado con diecinueve personas fallecidas con covid en el Hospital General. En esa huella mortal dejada hasta ahora por la sexta ola en lo que va de 2022, cuatro pacientes de residencias de ancianos han perecido por los estragos fatales de la infección en sus organismos.
La tragedia de la covid persiste y el sufrimiento de las familias, allegados y amigos que pierden a un ser querido por esta enfermedad también. Las vacunas, con más del 82% de la población residente con las dos dosis iniciales de la pauta completa puestas, y con el 46% de los segovianos llamados a la inoculación del suero de refuerzo recibido, han sido el antídoto contra la pandemia. Las 317.659 inyecciones administradas desde el inicio de la campaña de vacunación, allá por enero de 2021, han construido el dique que ha contenido la expansión mortal del coronavirus. Marzo de 2020, 77 fallecidos; abril de ese mismo año, 118 muertes de enfermos con covid; enero de 2021, 56 víctimas de la enfermedad infecciosa, y febrero de 2021, 32 defunciones como consecuencia del coronavirus. Son los meses más trágicos, al que ahora por desgracia sigue enero de 2022.
Así pues, los números, con su fría objetividad, colocan al primer mes del presente año como el quinto más mortífero en la provincia desde el detonante de la crisis sanitaria, allá por marzo de 2020. Casi dos años después, la guadaña de la covid-19 ha segado 1.028 vidas en Segovia, 448 de ellas de residentes de centros geriátricos o de entidades que cuidan a personas con discapacidad. En ese mismo tiempo de veintitrés meses, la provincia ha lamentado en total 4.130 defunciones por las más diversas causas. Por lo tanto, una de cada cuatro muertes lloradas durante la coyuntura de pandemia se han producido en personas que se habían contagiado del coronavirus.
Otra demostración de la capacidad de matar de la sexta ola es que solo en el pasado enero han fallecido más personas con covid en Segovia que en los últimos siete meses del año anterior, ya que entre junio y diciembre de 2021, ambos inclusive, los óbitos relacionados con la infección ascendieron a dieciocho.
Este primer mes del curso también deja tras de sí 147 nuevos ingresos en el Hospital General a causa de la infección. Diagnósticos que, sin ser graves, requerían la atención especializada en el centro sanitario, que debido al aumento de estos casos ha tenido que habilitar el ala derecha de la cuarta planta para poder asistir y cubrir el crecimiento paulatino de enfermos con covid experimentado desde diciembre. La presión asistencial ha aumentado, aunque no ha apretado tanto como en oleadas anteriores que no contaban aún con la alianza de la vacunación. Aquel marzo de 2020, cuando el coronavirus era un perfecto desconocido que se propagaba inmisericorde acabó con 310 personas hospitalizadas en planta y 23 más en la UCI.
No se han dado aquellas ocupaciones que pusieron en jaque la capacidad del Complejo Asistencial. Sin embargo, la sexta ola de la pandemia echó el cierre a enero con 45 enfermos ingresados en planta, el triple aproximadamente que los que había cuando este 2022 empezó a descontar días. La cima de ocupación en planta en el mes inaugural del ejercicio se alcanzó los días 24 y 25, cuando 49 camas estaban dedicadas a pacientes con coronavirus, según se extrae de los datos de la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León.
La Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), por su parte, ha mantenida la misma presión, sin alcanzar la de oleadas anteriores que también pusieron al equipo al límite y que obligaron a la aplicar planes de contingencia que habililtaban el área de Reanimación para poder acoger la cantidad de tratamientos intensivistas que requerían los casos de infección por covid. Hace un año, por ejemplo, además de las 133 personas que estaban hospitalizadas en planta, había catorce más en la UCI. Durante todo el pasado enero, la ocupación de la unidad ha oscilado entre los dos pacientes que hubo el 18 de enero y los cinco que había al principio del mes y con los que también ha pasado el testigo a febrero.
Enero ha dibujado una constante curva descendente en la incidencia, tanto a siete como a catorce días. El intento de los equipos sanitarios, y en especial los servicios epidemiológicos, de contener las ondas expansivas del estallido descontrolado de la sexta ola de la pandemia se deja notar en esos datos fríos pero ilustrativos de la evolución que sigue el coronavirus. La capacidad de realizar pruebas de detección a la población segoviana se ha multiplicado. En enero se han llevado a cabo 33.455 analíticas en total, de las que salieron 11.108 positivos en contagio por covid-19. Es decir, una de cada tres pruebas efectuadas arrojó la existencia de infección, lo que supone una media diaria de 358 nuevos casos diarios, lo que da una idea del potencial contagioso adquirido por la sexta ola en la provincia y en el resto de España.
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