Mónica rico
Cuéllar
Lunes, 26 de agosto 2019, 13:11
El segundo encierro del ciclo ciclo cuellarano fue muy rápido en el pinar y con peligro en El Embudo. Un día más los astados salieron con fuerza controlada de los corrales del río Cega, para después continuar el camino por el pinar de ... forma muy rápida. Tanto es así que, un día más, los jinetes no pudieron parar la velocidad de la manada, que en apenas unos minutos había cruzado Las Máquinas, con los bravos en dos grupos de tres. Antes de las 8:20 horas el grupo había cruzado ya la carretera de Cantalejo, donde los caballistas los pudieron parar y realizar un primer descanso de más de veinte minutos.
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La fuerza de la manada imprimió su carácter durante todo el traslado hasta la zona del Embudo, donde varios astados se desviaron en la bajada hacia la zona izquierda, donde se encontraba una gran cantidad de público, por lo que se produjeron momentos de tensión, nervios y peligro. Los jinetes pudieron volver al astado y volvieron cuatro bueyes desde la zona baja del embudo. Ya con el grupo reunido, minutos después consiguieron el descenso del toro arropado por los mansos.
Por las calles se volvió a ver a la manada disgregada, aunque en algunos tramos los corredores pudieron disfrutar de bonitas carreras.
Uno de los astados de la ganadería Hermanos Sánchez Herrero sufrió la rotura de un cuerno, por lo que tendrá que ser sustituido en la corrida de esta tarde.
En la enfermería de la plaza de toros no se atendió ningún incidente por el encierro, aunque sí a un varón que sufrió un mareo en las gradas del coso taurino durante la probadilla.
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