Las empresas podrán instalarse en el CAT a partir de abril tras una década de obras

El concejal de Desarrollo Económico y Empleo, Jesús García Zamora, ha precisado que lo que queda por ejecutar en el edificio de emprendedores son «retoques». Aunque el también portavoz del grupo socialista en el gobierno del Ayuntamiento elogia la infraestructura, a su vez admite que «los materiales» elegidos para la ejecución del proyecto «han complicado» los trabajos finales. Esos flecos que restan se localizan en la parte de las escaleras. Asimismo, la elección del vidrio como uno de los elementos predominantes en la estructura del centro también dificulta ese anhelado acabado, según ha revelado el edil.

Por otro parte, García Zamora enumera algunos de los recintos que ya están finalizados o casi, como «el salón de actos, el aparcamiento o la planta baja, que está muy avanzada». Con este diagnóstico a vuelapluma encima de la mesa y las tareas de limpieza que se efectúen para adecentar el lugar, el concejal anticipa que «a partir de abril las empresas podrán instalarse».

El último empujón a las obras del edificio de emprendedores del CAT le ha salido caro al Ayuntamiento, que el año pasado tuvo que aprobar una facturación a mayores para finalizar los trabajos de casi 2,8 millones de euros, no sin la consiguiente polémica por el rechazo de la bancada de la oposición, que en sus cálculos eleva por encima de los 25 millones de euros el coste total que ha acarreado el proyecto, cuyo ideólogo fue el anterior alcalde, Pedro Arahuetes, y al que Clara Luquero dio continuidad en sus dos mandatos como una de las iniciativas estrella de los planes de desarrollo de Segovia y la bandera de la apuesta de la ciudad por la diversificación económica mediante «la atracción de empresas de innovación tecnológica». Entre las experiencias que se asentarán en este complejo «sigue en pie», pese a los retrasos, el centro de innovación digital del sector agroalimentario, ha afirmado Jesús García Zamora.

El concejal añade que a lo largo del año pasado el Ayuntamiento ha continuado con los contactos con empresas que han mostrado su interés por 'habitar' el CAT. Durante 2019 el Ayuntamiento presentó nueve firmas interesadas y esta semana, a raíz de la celebración de un foro de inversores, ha habido otras dos compañías que han contactado con los responsables municipales para preguntar por esta ubicación.

Pese a lo avanzadas que se encuentran las obras de construcción del edificio de emprendedores, el edil guarda discreción sobre el plan de gestión. Este documento «está hecho desde la pasada primavera; pero no tenemos que pecar de ingenuos porque hay proyectos similares en otras ciudades que son competencia» del Círculo de las Artes y la Tecnología. «Tenemos que diferenciarnos, así que hay que especializarse y no abarcar mucho», ha bosquejado Jesús García Zamora, quien no ha desvelado bazas como el precio del metro cuadrado para los potenciales inquilinos, ni ha detallado los servicios o funciones con las que van a poder contar cuando las compañías se decanten por instalarse en este centro.

Aunque el contenido principal del plan de gestión es, de momento, un secreto que se trasladará a los grupos municipales cuando finalicen los retoques que quedan, los cálculos de los responsables del Ayuntamiento de Segovia pasan por empezar el proceso de licitación de los alquileres en el momento en el que acaben las obras. Es decir, que si este mes la constructora entrega el edificio al Consistorio, en ese momento se podrá en marcha la maquinaria administrativa para arrendar los espacios del CIDE a las empresas que estén interesadas.

Cuando la actividad llegue al edificio de emprendedores habrá acabado un periplo tortuoso y plagado de polémicas, de rescisiones de contratos, de incumplimientos de plazos y de inversiones extra para enjugar los gastos sobrevenidos. En diciembre de 2009, el entonces alcalde, Pedro Arahuetes, colocó la primera piedra del ambicioso Círculo de las Artes y la Tecnología, proyecto que se ganó desde el minuto uno el calificativo de «faraónico» por parte de sus muchos detractores.

Sin embargo, la historia del CAT se retrotrae aún más atrás en el tiempo. En 2004 es cuando se alumbró la idea de empezar a construir «la Segovia del siglo XXI», como dijo el propio Arahuetes en el acto simbólico de la primera piedra. El Círculo de las Artes y la Tecnología quería ser, con la financiación del Ministerio de Industria, que aportó unos diez millones de euros a través de una ayuda directa y de un crédito, «la bandera de la ciudad y su imagen de marca a nivel nacional e internacional». Tanta ambición requería un 'hogar' a la altura. El Ayuntamiento convocó un concurso internacional para alojar aquellas altas expectativas, y el ganador fue el afamado arquitecto británico, David Chipperfield.

Hoy, quince años después de aquella declaración de objetivos y con la subvención ministerial devuelta por incumplir la convocatoria del convenio, el complejo sigue vacío y sin actividad.