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Participantes en la jornada de deporte adaptado en Segovia. Antonio de Torre
Un embajador de la capacidad y un día de deporte sin barreras

Segovia

Un embajador de la capacidad y un día de deporte sin barreras

José de Luna asume en el Pedro Delgado el papel de estrella de cine y de héroe para muchos deportistas

Jueves, 1 de febrero 2024, 00:22

La medicina dice que José de Luna tiene una discapacidad del 70% por una encefalopatía, causada por una hemorragia cerebral cuando tenía 48 horas de vida. Pero su historia es la de alguien cuyas capacidades superan a las carencias. Un crack con la tecnología, un virtuoso de la música –toca el cajón flamenco, el piano o la batería– y un jugador de pádel con proyección. Una vida rompiendo barreras que le convirtió en Josete, uno de los protagonistas de 'Campeones', la película que llevó al deporte adaptado a la primera fila mediática en España. Es difícil que alguien pueda expresar más con tan pocas palabras. Este miércoles se dio un auténtico baño de masas con decenas de 'sellfies' en la pista del Pedro Delgado en la segunda edición de 'Imparables', una actividad organizada por la Asociación Segoviana de la Prensa Deportiva.

Edu Luky es algo así como el intérprete de Josete, su compañero en Doscapacitados, un dúo humorístico que llevan por toda España y que hace parada el sábado en Riaza, una información que su socio compartió en cuanto pudo. Teatros donde un sinfín de personas le agradecen que haya visibilizado a un colectivo. «Les ven como héroes. Han demostrado que son capaces o más. Nosotros decimos en nuestro show que todos tenemos discapacidades. La única diferencia es….». Y le pregunta: «¿Cómo es la tuya?» Él responde: «Homologada». Aunque el baloncesto le llevara al estrellato, no lo ha practicado lejos de las cámaras. Tampoco el atletismo. Sí practica videojuegos como el Fortnite.

Mientras Luky extiende sus respuestas –él atiende y corrige si es necesario– decenas de deportistas calientan en el parqué segoviano con balones de fútbol o baloncesto. Lo que ocurre en las siguientes dos horas es la escena que lleva un lustro viviendo. «Mogollón de gente me ha dado las gracias». A falta de frases largas, el lenguaje no verbal vale un mundo. Ese apretón de manos, esa sonrisa, ese guiño. Acudieron deportistas de un amplio tejido social: Aspace Segovia, Autismo Segovia, los Hermanos de la Cruz Blanca, Down Segovia, Amanecer Segovia y el CAPDI (Centro de Atención Primaria para el Desarrollo Infantil) Los Juncos.

Mario Calvo es un puente ideal hacia el deporte normalizado. El que fuera técnico de Aspace y ganador en dos ocasiones de la Carrera de Fin de Año, la cita más popular del atletismo segoviano, habla de la actividad física como un medio de inclusión incalculable para niños con diversidad funcional. El evento contó con una casuística transversal, pero el beneficio del deporte, tanto en lo social como en la parte motriz, es universal. Unas jornadas sin padres, un aspecto clave para el atleta, crítico con la sobreprotección. «Con ese 'mi niño no quiero que se haga daño', les aislamos en una burbuja y estamos siendo contraproducentes. Al final, la mayor barrera somos nosotros mismos».

Otro obstáculo está en los propios deportes. Calvo aboga por invitar al atleta con discapacidad a superarse en lugar de rebajar la dificultad de la disciplina. Pone en ejemplo del bádminton: «Muchas veces le bajan la red y le ponen en una esquina en vez de incentivar que esté con el resto de niños». Su relato es que no complica la dinámica colectiva. Y lo argumenta en un niño con parálisis cerebral al que asistió. «Era una maravilla ver cómo le apoyaban el resto de niños».

La tecnología ha ayudado a la causa. La tarde de ayer sirvió de demostración de baloncesto en silla de ruedas, una disciplina extendida. El atletismo es otro deporte sencillo de adaptar en una ciudad referencia para los campeonatos para ciegos. Lo mismo ocurre con el fútbol, el pedestal de la normalización. «Es muy sencillo adaptar cualquier deporte. Basta con un poco de imaginación y cualificación profesional».

La ingeniería ha dado pasos de gigante como la Jolette, una silla de ruedas todo terreno monorueda para practicar senderismo. La Federación de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo de Castilla y León tiene al menos una en cada provincia y dejará la suya en el centro de interpretación Boca del Asno al servicio de cualquier usuario del Parque Nacional. La rueda está situada bajo la persona que va sentada y requiere de tres personas para su manejo ideal: un guía delantero de carga que dirige y tira, uno trasero que equilibra y otro en un lateral para detectar obstáculos. «Al tener una sola rueda, realmente puede pasar por cualquier sitio. Esta silla ha subido al Kilimanjaro», subraya Óscar Reñón. Y a lugares aislados de Picos de Europa como Collado Jermoso. O, más cerca, Peñalara.

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