Cada uno que elija su Segovia

Hablar de patrimonio en Segovia es tener que sintetizar de tal forma que se corre el riesgo de dejar fuera lo que a usted le gusta o le parece más relevante. Porque cada uno en el género humano tenemos interiorizada una Segovia diferente; por algo es patrimonio de la humanidad desde hace 35 años y, un estado de ánimo su contemplación.

Desde la mágica trilogía de Acueducto, Alcázar y Catedral –por orden de antiguedad, que, insisto, cada uno llevamos dentro nuestras preferencias– hasta la interminable nómina de edificios religiosos o arquitectura civil, de palacios y casas esgrafiadas. O las esculturas de sus plazas.

Los santos Millán, Martín, Esteban, Justo, Lorenzo, Clemente, Miguel, Sebastián dan nombre a iglesias, como también Santísima Trinidad, Vera Cruz y Fuencisla; otros bautizan conventos y monasterios como Vicente, Antonio o José, como lo hacen Dominicas, Corpus, Parral, Carmelitas o Santa Cruz. Tanta construcción religiosa de estilos distintos convive en armonía con las edificaciones civiles, abrazadas por una de ellas, la muralla. La Alhóndiga, el Torreón de Lozoya, la Casa de los Picos o la del Sello de Paños integran parte de ese listado, como los palacios, algunos de cuento, de Mansilla, Conde Alpuente o el Episcopal.

La Casa de la Moneda ya fuera de los muros de la vieja ciudad ha resucitado, como otros edificios recuperados en los últimos años para el disfrute de los ciudadanos, como la ahora Casa de la Lectura, antes biblioteca y mucho antes cárcel. Y no se pueden olvidar los museos, el Provincial o la casa de Antonio Machado; el Rodera Robles o el de arte contemporáneo Esteban Vicente.

Cuestión aparte son los centros de interpretación que jalonan una ciudad, que necesita contar su pasado y que usted, el visitante, lo comprenda. Es mucha información, 'mucha piedra', pero merece la pena pasarse por los espacios informativos de la Judería y de las murallas. Lo cuentan todo, hasta dejarle con resuello, que puede recuperarse con un paseo por el pulmón verde, allá donde vive la Alameda.

Dicen en estos tiempos incomprensiblemente raudos que vista una, vistas todas. Ya, pero eso será para otras ciudades, porque Segovia es tan especial que al final de la visita usted no sabrá a qué monumento quedarse.

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