mónica rico
Cuéllar
Martes, 1 de junio 2021, 07:45
Desde el año 1924 y hasta hace un año, el santuario de la Virgen del Henar estuvo gestionado por una comunidad de frailes carmelitas, cuya llegada al lugar se debe al empeño y tesón de una mártir cuellarana, la beata sor Martina Vázquez, ... hija de la Caridad. Así lo recuerda una lápida colocada en el camarín, donde reposan sus restos mortales, «por cuya gestión vinieron a este santuario los carmelitas en 1924», reza.
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Sor Martina Vázquez nació en Cuéllar en el año 1865. Sirvió ene l Hospicio y Colegio 'Medalla Milagrosa' de Zamora, del que fue directora. De allí viajó a Segorbe, donde colaboró en escuelas y puso en marcha un comedor de caridad, potenciando la institución La Gota de Leche. Conocedora del deseo de los cuellaranos de que una orden religiosa podría salvar el santuario, que comenzaba a encontrarse en mal estado y casi abandonado, fue la que propuso a los carmelitas hacerse cargo del templo.
Según cuenta el padre Miguel María Arribas en su historia del Henar, sor Martina «no dudó en mover todos los resortes a su alcance», y no dejó nunca de estar pendiente de la llegada de los carmelitas. Fue fusilada en Castellón en octubre de 1936 y sus restos mortales fueron trasladados al santuario del Henar en 1959. En 2010, Cuéllar le dedicó una calle con su nombre y fue beatificada el 13 de octubre de 2013 en Tarragona.
Junto a la beata Martina Vázquez, el santuario custodia también los restos de otro grupo de mártires, varios carmelitas que fueron fusilados junto a las tapias del cementerio viejo de Carabanchel bajo. Entre ellos se encuentra fray Adalberto Vicente, cuellarano nacido en 1916 que se encontraba estudiando Teología en el convento del Carmen de Onda, en Castellón, cuando en un viaje a Cuéllar fue apresado en Madrid y después fusilado.
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Fray Adalberto Vicente vistió el hábito carmelita en el santuario del Henar en noviembre de 1931 y emitió sus votos temporales el 24 de noviembre de 1932. Posteriormente se trasladó a Onda para realizar sus estudios de teología. Fue el primer cuellarano en ingresar en la orden carmelita en el santuario del Henar.
Sus restos, junto con los de varios compañeros, fueron trasladados al claustro del santuario del Henar en 1950. En la entrada del cementerio de Carabanchel una lápida recordaba su fusilamiento. En el claustro, un sepulcro de piedra señala sus nombres, el de fray Adalberto Vicente, fray Daniel García Antón, fray Aurelio García Antón, fray Silvano Villanueva González, fray Francisco Pérez Pérez, fray Ángel Reguilón Lobato, fray Ángel Sánchez Rodríguez y fray Bartolomé Andrés Vecilla. Daniel y Aurelio García Antón vivieron su infancia en la vecina localidad de Vallelado, donde también se profesa una gran devoción a la Virgen del Henar.
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La exhumación de sus restos fue el 3 de junio de 1950 y, en primer lugar fueron trasladados al monasterio de las monjas carmelitas de Nuestra Señora de las Maravillas, de Madrid, para, unos días después, llevarlos hasta el santuario del Henar, donde aún reposan. Todos ellos fueron beatificados en el año 2013 en Tarragona.
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