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«El mundo cambia con tus actos, no solo con tus ideas». Es el lema de la organización de voluntarios Covid-19 Segovia, acuñado por uno de su medio centenar de miembros, que han empezado estos días el reparto de alimentos o fármacos a personas en riesgo. Se trata del embrión de una red asistencial que pretende extenderse a lo largo de toda la provincia para paliar la propagación del coronavirus. «Si me quedara en casa y comprara comida para tres meses, me aseguraría de que no me voy a contagiar, pero hay mucha gente en riesgo. La vida de las personas nos importa. Queremos ayudar a la gente y evitar al máximo las consecuencias de este virus», señala uno de los voluntarios.
Los repartidores deben tener entre 18 y 40 años, aunque hay gente de más edad encargada de otro tipo de actividades domésticas. El grupo ha comprado geles hidroalcohólicos y costea la gasolina para repartir carteles o kit sellados. Aunque el dinero no es prioritario, han lanzado un grupo de crowfunding con la meta de alcanzar los 1.500 y cubrir gastos. Si no fuera posible, los asumirían personalmente. Las excepciones al decreto por el que se establece el estado de alarma permiten operar al colectivo como asistencia a personas dependientes.
La idea está inspirada en un estudiante de intercambio de Wuhan (la región china donde surgió la enfermedad) que repartía comida a domicilio. Así llegó la pregunta: ¿Por qué no formar un grupo de voluntarios? Hubo un núcleo embrionario de tres fundadores –un ingeniero industrial, un sanitario y un estudiante de ingeniería electrónica– que lanzaron una cuenta en Instragram (Covid19_Segovia) y la distribución de carteles por Segovia y los pueblos de alrededor.
Llegaron enseguida un montón de voluntarios: «La gente está deseando ayudar en sus casas, pero no sabe qué hacer», señala uno de los fundadores. La tarea, centrada en el reparto de alimentos y fármacos a personas mayores, tiene también otras funciones como coordinar zonas o atender llamadas. «No hace falta que salgas de casa y pongas a nadie en riesgo». De hecho, el grupo no permite hacer repartos a personas que convivan con perfiles de riesgo.
Los fundadores quieren mantener el anonimato por el riesgo personal en caso de contagio. Este segoviano vino de Alemania, donde vive desde hace años, para un viaje corto, pero canceló su regreso, aunque tenía el billete de vuelta comprado. El grupo, con 21 voluntarios confirmados y más de 130 solicitudes en proceso, termina la semana con medio centenar de personas activas. El formulario incluye identificación a través de DNI o fotografía, por si el interesado lo solicitara a la hora de abrir la puerta.
El reparto se realiza andando o a través de vehículo. Hay cuatro números de teléfono en función de la zona: 610808280 (Palazuelos de Eresma, Hontoria, Tizneros y San Cristóbal de Segovia), 634604923 (San Millán y casco antiguo), 635464516 (San Lorenzo y Santa Eulalia) y 622038804 (Cristo del Mercado y Nueva Segovia). Entre los planes de distribución, el grupo plantea pegar sus carteles en los supermercados y repartir octavillas en las farmacias, sirviéndose de su personal como intermediario.
El voluntario adelanta el dinero y entrega la compra con la máxima prevención. El protocolo incluye llamar al timbre, alejarse unos dos metros e identificarse. «Lo recomendable es que la persona introduzca la compra en casa, pero si tiene necesidades, se le ayudará a meterla . En ese caso, hay que mantener la distancia de seguridad y salir inmediatamente del domicilio. Una vez estás fuera, ya si quieres echas la charla a dos metros». Tras varias pruebas durante la semana, se han puesto en marcha durante el fin de semana. El grupo, que tiene el objetivo de expandirse por toda la provincia de Segovia, valora añadir otros servicios como el paseo de mascotas.
El objetivo es claro: «Evitar que la gente mayor salga de casa y frenar la curva de afectados». El destinatario esencial será este perfil vulnerable, bien por edad o por patologías previas, pero el grupo no discriminará. «En lugar de salir una persona mayor, sale una persona joven mucho más preparada. Si llama alguien de 20 años, también se le va a llevar. Con nuestro protocolo, es más seguro que lo hagamos nosotros a que lo haga él. Sobre todo hay que disminuir el contagio entre el resto de personas que están en la calle».
El grupo relata su filosofía y agradece el esfuerzo colectivo. «En las crisis, sacas lo mejor de ti mismo. Y lo están demostrando, tanto los voluntarios como las personas mayores que se están quedando en su casa. Nadie se quedaría encerrado, ni aunque le pagaran, así que el esfuerzo de la gente es monumental».
El grupo va más allá de las directrices de la Organización Mundial de la Salud del uso de mascarillas, higiene en las manos o ponerse guantes. «Estamos esforzándonos al máximo por diseñar los procesos más higiénicos, seguros y meticulosos posibles para que no haya ninguna posibilidad de contagio». Por ejemplo, entregar desinfectado el dinero, desde hervir las monedas a bañarlas en una solución alcohólica. Están investigando cómo hacer algo similar en los billetes.
Antes de salir a la calle, cada voluntario se pone la mascarilla con las manos limpias. También es importante tener el móvil desinfectado antes de salir de casa o llevar siempre encima un gel hidroalcohólico. «Vas a tocar alimentos o cosas. Tienes que asegurarte que después de hacerlo te lavas los guantes con el gel para desinfectarlos».
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Óscar Beltrán de Otálora, Gonzalo de las Heras e Isabel Toledo
José María Díaz | Palencia y Francisco González
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