Tras de dos años de parón, Mata de Cuéllar volvió a festejar a su patrón, San Esteban, y lo hizo con diversos actos multitudinarios, como el ya tradicional cocido solidario que congregó a más de 160 personas. Por su parte, el festival folklórico de dulzaina ... y tamboril Agapito Marazuela cumplió su vigésimo cuarta edición.
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Las dulzainas volvieron a sonar en una cita marcada en rojo en el calendario por muchos músicos y que suele congregar a una veintena de grupos. La mayoría, de la comarca, pero también de otros lugares más lejanos como Cercedilla (Madrid) o Burgos o Saldaña (Palencia). En dúos, tríos, cuartetos o conjuntos más numerosos, el festival consiguió reunir a más de un centenar de tamborileros y dulzaineros.
La edición de este año tuvo momentos para el recuerdo. La cita se abrió con un fuerte aplauso en recuerdo del folklorista Librado Rogado, uno de los dulzaineros habituales a este festival. Con el aplauso también se recordó a todos aquellos dulzaineros y aficionados que habían fallecido en los últimos dos años.
Después, uno a uno, los grupos fueron subiendo sobre el escenario para interpretar dos temas cada uno de ellos.
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