Un donante segoviano de récord: «No he faltado a ninguna cita en 40 años»

Ahora tiene 74 años y fue conductor de camión de profesión. El poco tiempo libre que le permitía tener el volante lo empleaba en ser partícipe de un gesto solidario y altruista. Conoce la fecha exacta de su primera donación: 18 de julio de 1979. Por aquel entonces, no había concienciación ni sensibilización sobre la necesidad de que existieran reservas suficientes de sangre. Su iniciación tuvo lugar en el hospital Policlínico y lo hizo porque operaban a un familiar en los días posteriores y «a lo mejor hacía falta transfundirle sangre».

Hasta 1981 no fue consciente de la importancia que tenía esta acción. Ese momento coincidió con el traslado del centro de donaciones a su ubicación actual. A partir de esa fecha, «fue todo constante», asegura orgulloso Rodríguez. «No he faltado a ninguna, incluida la donación de plasma», subraya. Sobre este último procedimiento, recuerda que antes había técnicas muy rudimentarias que tardaban hasta hora y media en llenar una bolsa de unos 400 mililitros. «Ahora, con las nuevas máquinas, apenas tardas unos minutos», afirma sorprendido.

Un primer cálculo sitúa el recuento aproximado en más de 160 contribuciones. La última de ellas fue el 24 de abril de 2019, a pocos meses de cumplir los 70 años. «Después intenté donar en el mes de julio y ya no me dejaron por exceso de edad», determinó. Pero el compromiso no acabó aquí. Además de convencer a su hermano, que también lidera la estadística de donaciones de la provincia, ha infundido su legado en su hija, a la que recuerda acudir a donar si se le olvida.

«Me ha costado convencerla», bromea, a la vez que traslada esta motivación al resto de jóvenes segovianos. «Que no esperen, es un bien para todo el mundo que se necesita muchísimo; yo empecé con casi 30 años, por lo que podría haber donado más», sostiene Rodríguez. Nunca se ha mareado y presume de ser rápido a la hora de llenar las bolsas. «Tardaba muy poco, luego siempre tenía la guerra con las enfermeras porque nunca bajaba a tomar un café después de la extracción», sostiene.

El segoviano récord en donaciones nunca necesitó mayor incentivo que «salvar vidas» para llevar a cabo esta práctica. Uno de los consejos que transmite a los interesados en convertirse en donantes asiduos es, sobre todo, seguir las instrucciones de las enfermeras. En caso de que tengan miedo o impresión, afirma que «pronto te acostumbras».