La donación de sangre es una tradición más en su hogar. Cuando era niña, veía a su padre asistir sin perder oportunidad a la cita trimestral para realizar esta labor solidaria. Su madre se convirtió poco tiempo después en delegada de la Hermandad de Donantes ... de Sangre de Segovia para captar interesados en Coca en un tiempo en el que todavía no existían las redes sociales o internet. Ahora, su hija Cristina Bernardos sigue sus pasos. Incluso recientemente ha sido premiada al ser la mujer segoviana que mayor número de donaciones anota en la franja de los 26 a 45 años. «No me lo esperaba», asegura.
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Los tiempos han cambiado. En las últimas dos décadas, la medicina ha avanzado con pasos agigantados. Pero las donaciones de sangre siguen siendo sumamente necesarias para cualquier procedimiento quirúrgico, para salvar las vidas de decenas de personas que han sufrido un accidente o, simplemente, para que una madre pueda dar a luz a su bebé sin tener consecuencias fatales. «Nunca pensamos que podemos tener una hemorragia, pero sucede», advierte.
La caucense, que ha contribuido a mejorar las marcas provinciales, está muy sensibilizada con el sinfín de situaciones que pueden acarrear la necesidad de trasfundir sangre. «A la mayoría nos puede hacer falta algún día y no nos damos cuenta», subraya. En su propio entorno conoce donantes fieles desde hace años. «Es algo que he vivido siempre en casa», asegura Bernardos.
Todo comenzó cuando, hace casi medio siglo, «hubo un accidente y a un familiar mío, al que yo no llegué a conocer, le tuvieron que poner muchas transfusiones de sangre», añade. En aquella época, los procedimientos no eran tan simples, no había concienciación ni facilidad para donar. Por tanto, se tuvo que pedir colaboración a vecinos y allegados, que acudieron a la llamada sin pensarlo, según tiene conocimiento la segoviana a través del relato de sus padres.
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A partir de ese día, todo cambió. La desgracia dio a conocer la parte más solidaria de decenas de personas y también se consolidó una estirpe familiar de fieles donantes. Ya fuese a través del pinchazo o regalando tiempo y acompañamiento a aquellos interesados en subir al autobús cada vez que hace parada en el muncipio caucense para contribuir a la colecta.
El Centro de Hemoterapia y Hemodonación de Castilla y León digitalizó el sistema de contribuciones a partir de 2003. Cualquier habitante de la región puede conocer las veces que ha contribuido a salvar vidas desde esa fecha. En el caso de Bernardos, «me tienen cifradas 19 donaciones de sangre», a lo que se suman dos de plasma y una de plaquetas. No obstante, la cifra se eleva si se tiene en cuenta que la caucense empezó a frecuentar esta práctica cuando cumplió la mayoría de edad en 1999. No se contabilizan tampoco las extracciones que, por circunstancias de la vida, realizó en Extremadura y Madrid.
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Aun así, este número le ha permitido alzarse como la mujer que ha participado en más colectas en la franja de edad de entre 26 y 45 años, con reconocimiento incluido a cargo de la central castellano y leonesa a finales de 2023. «Me hizo mucha ilusión; es algo que hago de manera totalmente desinteresada y que te premien por ello es algo bonito, te motiva», reconoce. Solo se ha dado un respiro en esta práctica «cuando he estado embarazada y con lactancia o de forma muy puntual, cuando tenía bajos algunos niveles», puntualiza.
Ya ha retado a su familia para ver «quién es el siguiente» galardonado por realizar este bonito gesto. Su pareja ha decidido unirse al desafío. «Antes de conocerle no era donante y, desde que está conmigo, se ha enganchado a este mundillo», se enorgullece.
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Bernardos también reflexiona sobre lo olvidados que están los donantes en el día a día. En las redes sociales, se comparten muchos vídeos con retos «sobre tonterías que no van a ningún lado», que ignoran lo que verdaderamente es importante. «¿Por qué no hacer uno sobre la donación de sangre?», se pregunta. No descarta embarcarse en el desafío.
España ha batido récord de trasplantes en 2023 y ya encadena 32 años como líder mundial. «Nadie imagina la cantidad de sangre que es necesaria para realizar estas intervenciones», destaca, por lo que anima a la población dar el paso para conseguir que estas marcas históricas tengan también reflejo en las donaciones.
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A lo largo del pasado año, Segovia anotó un total de 6.465 extracciones, de las que 6.030 son de sangre y 435 de plasma, lo que se traduce en un aumento del 2% respecto a 2022, según la Junta de Castilla y León. Es la única provincia de la comunidad autónoma que ha experimentado un incremento, ya que se acerca poco a poco a los datos registrados en el periodo prepandemia. En 2019 se registraron 6.729 donaciones y, tras la llegada de la covid, se produjo un notable desplome.
Como delegada de la Hermandad en Coca, Bernardos no pierde ocasión para subir al autobús cada vez que visita su pueblo. O para colocar carteles, correr la voz, ya sea en la calle o en redes sociales, y captar gente nueva. «Aquí es fácil encontrar gente interesada, muchos de los alumnos de la Escuela de Capataces Forestales de Coca participan», indica. Las charlas informativas que se llevan a cabo en el castillo empujan a muchos estudiantes que son mayores de edad, a trabajadores y a sus conocidos a sumarse a las colectas.
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Hace tan solo un mes, se pidió más colaboración ante la disminución de reservas sobre todo de los grupos 0-, 0+ y A+. Los hombres pueden donar cada tres meses y las mujeres, cada cuatro. Antes de la extracción, las personas interesadas tan solo deben rellenar un formulario de entre veinte y treinta preguntas, superar una entrevista con el médico y extender un dedo para que, por medio de un «pinchacito», se puedan medir los niveles.
Cuando llega la hora de la donación, el truco de Bernardos es relajarse y distraerse. «Es un momento, no se nota», aclara. A diferencia de los análisis de sangre, no hay que acudir en ayunas. Es recomendable ingerir algún alimento previo como el desayuno y, después de la extracción, beber abundantes líquidos. Tomar medicación no siempre es un impedimento y es compatible con el tabaco o la menstruación. Asimismo, es posible donar sangre con tatuajes, piercing o manicura entre cuatro y seis meses después de su realización.
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