Operación realizada en el Hospital General de Segovia para la extracción de órganos de un donante. El Norte
Clara Riesgo, mujer de un donante de órganos

«Son conversaciones que crees que no vas a tener que vivir nunca»

Afirma que la decisión de donar los órganos se tiene que tomar con plena conciencia y que la familia debe estar convencida

Lunes, 30 de enero 2023, 06:51

Luis Eduardo Izquierdo, policía local cuellarano fallecido en 2021 por los traumatismos que sufrió al colisionar con un vehículo durante un tiroteo en Valladolid, donde estaba destinado, le trasladó a su esposa, Clara Riesgo, que quería donar sus órganos. «Lo habíamos hablado en esas conversaciones ... que crees que no vas a tener que vivir nunca». Cuando los médicos le comunicaron la muerte de su esposo, ella trasladó ese deseo antes de que interviniera el equipo de trasplantes. «Pienso que el cuerpo es algo físico que se queda ahí, no aporta nada a nadie. De la otra manera, puedes cambiar la vida a otra persona. Por lo menos, de algo malo sale algo bueno para otras personas. Para el que se queda, da cierta satisfacción».

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Clara habla de un consuelo «puntual» en un proceso de luto complejo. «Espero que a alguien le haya mejorado la vida». Relata un proceso «duro» que pone a prueba al entorno. «Yo lo tenía claro desde el primer momento y así lo dije. Pero son días. En mi caso, tres, desde que sabes que no hay nada que hacer hasta que el proceso ha acabado. Y eso muy duro para la familia». Lo dice conociendo el contexto. «Yo entiendo que es una cosa muy compleja y que se tienen que coordinar con muchos sitios, porque parte fue al extranjero. Creo que habría tomado la misma decisión, pero me hubiera gustado saberlo. Estaría bien que te adviertan que va a ser así».

El equipo de Trasplantes reunió a la familia para explicar el procedimiento. Su recuerdo es vago porque lo traumático de la situación no favorece retener información, pero las nociones fueron simples. Es una lucha a contrarreloj y muy difícil de prever. Lo que en principio iba a ser una extracción a las 5, después fue a las 8 y luego al día siguiente. «Tú estás ahí esperando para poder transitar eso. Yo quería decírselo a mis hijos cuando ya estuviera todo hecho, no esperar tres días. En esos momentos no es que te arrepientas, pero dices: 'jo, qué complicado'».

El deseo de su esposo se cumplió y casi todos sus órganos tuvieron segunda vida. Tras gestionar su voluntad, su esposa da algunos consejos para tratar a una familia en esas circunstancias. «Sobre todo, tiene que haber muchísimo respeto ante la decisión. Y que no sea para nada coaccionada. Que se transmita la información, que podría beneficiar a otras personas, pero sin ninguna presión. La decisión se tiene que tomar con plena conciencia y que la familia esté convencida. Y transmitir que no es un proceso exacto, que no se pueden asegurar los plazos».

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Tras vivir la experiencia, Clara relativiza su deseo de ser donante y cree que esa voluntad debe congeniar con la tolerancia de la familia, partícipe a partes iguales de ese gesto solidario. «A mis familiares les diría que a mí me gustaría, pero si para ellos va a ser peor, pues no. Que hagan lo que consideren. No lo pondría como una exigencia. Es una decisión que toma la persona antes de que le pase, pero es un trago muy complicado para el que se queda».

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