Doce policías y diez guardias civiles están confinados en Segovia con síntomas del coronavirus

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado no han sorteado la expansión del nuevo coronavirus en la provincia. Doce policías nacionales y al menos diez guardias civiles se encuentran en situación de aislamiento al presentar síntomas compatibles con la infección. Con el fin de impedir contagios en el desempeño de sus funciones, permanecen confinados hasta que se les hagan las pruebas oportunas para determinar si existe o no infección por Covid-19.

Precisamente, la tardanza en la realización de las analíticas empieza a desesperar a las plantillas, que continúan con su quehacer diario de vigilancia y salvaguarda en las calles de la ciudad y en los pueblos de la provincia. Las cuarentenas dejan huecos en el personal, pero lo que más inquieta en la Comisaría y en la Comandancia es la rapidez con que se propaga la enfermedad, mientras tanto las pruebas de los casos en aislamiento no llegan.

En el caso de la Guardia Civil es más complicado de manejar por la naturaleza de su servicio, en un ámbito territorial muy amplio y disperso y con puestos muy ajustados en cuanto a la dotación de medios humanos.

De seguir el ritmo de contagios que está registrando la provincia, se corre el riesgo de que haya puestos de la Benemérita en el medio rural que se ven abocados al cierre provisional debido a que sus miembros han podido infectarse por el coronavirus y no ha habido confirmaciones de sus respectivos estados de salud, por lo que tengan que prorrogar sus aislamientos.

De momento, en la Guardia Civil no se ha detectado ningún positivo; sin embargo en la Comisaría Provincial de Segovia sí ha habido un primer diagnosticado. Uno de los agentes en plantilla que presentaba síntomas y que vivía una situación personal de riesgo de contagio se sometió a la prueba y dio positivo. El policía tiene fijada su residencia en Ávila y viene y va todos los días. Allí permanece en su domicilio. Su mujer también presenta contagio y su suegro está ingresado por la misma razón en el hospital de la capital abulense.

Además de este caso, en la plantilla de la Comisaría, que dirige ya Miguel Ángel Martínez desde hace unos días, hay otros doce agentes en situación de confinamiento por un posible contagio, aunque al igual que ocurre con la Guardia Civil, se hallan a la espera de que se les practique la analítica que determinará si están infectados por el nuevo coronavirus o si lo descarta y se trata de otras patologías.

Fuentes consultadas de la representación de los trabajadores de la Comisaría aseguran que, de momento, las tareas de vigilancia y seguridad ciudadana se están llevando a cabo «con normalidad» dentro de la contingencia extraordinaria en la que desarrollan su labor desde la entrada en vigor, el pasado domingo, del estado de alarma; pero crece la impaciencia ante la veloz propagación de la infección y sus posibles consecuencias en la plantilla y en el desempeño diario.

Por eso, también reclaman una mayor celeridad a la hora de que disponer de los resultados de las analíticas realizadas a los casos sospechosos. Asimismo, demandan que se les equipare con otros colectivos, como los profesionales sanitarios, en cuanto a su acreditación como personal de alto riesgo, máxime cuando su trabajo se lleva a cabo a pie de calle y requiere el contacto con la ciudadanía.

Entre las medidas que sí se están ejecutando para tratar de impedir en lo posible los contagios entre los agentes, la Comisaría se asegura de que los vehículos policiales estén desinfectados. Asimismo, se ha adoptado la solución de que vaya un policía por coche zeta en la patrullas que efectúan por la ciudad.

Al igual que ocurre con otros colectivos, los policías nacionales también arrastran déficit de material de protección frente al nuevo coronavirus. «Faltan equipos individuales, mascarillas de los tres tipos; aunque nos dicen que llegarán en los próximos días», apuntan fuentes sindicales, que confían en que se cumpla la provisión lo antes posible.