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El calendario dice que faltan tres días para la sesión de constitución de la nueva corporación del Ayuntamiento de Segovia, y los gestos, guiños, sonrisas y escuetas declaraciones de los protagonistas de la trama de suspense en la que se ha convertido la formación del ... gobierno municipal del próximo cuatrienio hacen pensar que no habrá sobresaltos y que Clara Luquero será investida alcaldesa de la ciudad. Otra cosa será la composición del organigrama que dirigirá los designios de la capital a partir del viernes.
¿Se ocuparán de concejalías los dos ediles electos de Izquierda Unida o ejercerán la oposición? Y Podemos-Equo, ¿entrará en ese gobierno presidido por la regidora socialista?
Estas incógnitas se mantenían al ocaso de este martes con unas dudas añadidas. Las que alberga Izquierda Unida en su seno, según ha quedado demostrado en la última asamblea celebrada por la coalición, en la que prácticamente firman las tablas los partidarios de que el acuerdo programático con los socialistas vaya aparejado indefectiblemente a la entrada directa en el equipo de gobierno con la asunción de responsabilidades en la gestión de la ciudad a través de la dirección de determinadas concejalías.
Al otro lado de este debate interno en el que se encuentra IU están quienes desconfían, recelan y descartan firmar un acuerdo de gobernabilidad como el que suscribió Luis Peñalosa con Pedro Arahuetes para favorecer la investidura del independiente enrolado en las filas socialistas.
Estos militantes simpatizan más con la idea de seguir en la oposición con la ganancia con respecto al mandato que termina de haber duplicado su representatividad y de haber trabajado en las últimas semanas de negociaciones en un programa encaminado a constituir un gobierno de izquierda progresista, como sentaron las tres partes implicadas en la base de los contactos.
Dichas propuestas, además, ya serían conocidas por el PSOE, por lo que consideran que se habría ganado tiempo, amén de las cuestiones en las que ambas fuerzas políticas han encontrado espacios en común y en las que podría influir Izquierda Unida desde la bancada de la oposición.
Galindo, concejal electo de la coalición, calificó de «división sana» ese empate técnico en el seno del partido entre los partidarios a entrar en el próximo equipo de gobierno del Ayuntamiento. Los cierto es que esa «división total» hace que el freno de mano siga echado a la hora de ultimar el posible acuerdo con el PSOE.
Por lo tanto, el acercamiento existe. Hay posturas coincidentes que se han alcanzado en el vaivén de documentos programáticos corregidos, ampliados, rectificados y detallados. Pero también existen conocidas divergencias, como por ejemplo en torno al Plan Especial de Áreas Históricas (Peahis) al que IU, y en particular Galindo, se ha opuesto como concejal durante los últimos años. Tal y como está concebido, el edil electo ha dicho en reiteradas ocasiones que el planeamiento favorece la especulación urbanística.
La diferencia entre este martes y hoy miércoles en las negociaciones entre PSOE e IU para el Ayuntamiento de la capital es que ha pasado un día y, por lo tanto, «el tiempo apremia», como reconoció el propio portavoz de Izquierda Unida, para quien el consenso sobre el programa ha de ser claro y conciso y estar concretado en medidas singulares. Algo en lo que coincide con el tercer protagonista de esta negociación, Podemos-Equo, cuyo representante, Guillermo San Juan, ha insistido siempre en la necesidad de concretar el acuerdo en proyectos o iniciativas con nombres y apellidos.
Por su parte, Galindo expresa sus «dudas» sobre «la mejor forma de influir» en la política municipal. Tanto él como Ana Peñalosa, la concejala electa que le acompañará este mandato venidero en la corporación, siguen «escuchando a los compañeros para que nos ayuden a tomar una decisión». Además, matizaba en la mañana del martes el representante de Izquierda Unida, el pacto con el Partido Socialista continuaba sin estar cerrado del todo, y apostillaba con cierta ironía que «hasta las doce del mediodía del viernes se pueden hacer muchas cosas».
Por el momento, el proceso para la constitución de la nueva corporación vivió este martes uno de sus trámites más emotivos, el llamado pleno de actas, tras el cual los 25 concejales que acabaron el mandato entregaron su acreditación. Acto seguido, y en un ambiente muy distendido propio del final del curso, se dirigieron a la Sala Blanca de la Casa Consistorial para firmar en el Libro de Honor.
Solo ocho de esos 25 repetirán y regresarán a partir del viernes a ocupar los escaños logrados en las urnas. Por el PSOE, además de Clara Luquero, están Jesús García, Claudia de Santos, Marian Rueda y Andrés Torquemada; por el PP, volverán a tomar posesión Azucena Suárez y José Luis Huertas; y en IU, repite Ángel Galindo.
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