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«Recibo este premio con orgullo y honor, porque Segovia es mi tierra y la Diputación, la máxima corporación pública de la provincia». Rafael Calvo Ortega, de 84 años, recibió ayer el premio especial que la Diputación de Segovia entrega anualmente. La institución reconoce ... así su «prestigiosa trayectoria académica y profesional como abogado, profesor y político». Visiblemente emocionado, el exministro de Trabajo recordó a políticos de la talla de Adolfo Suárez, Fernando Abril Martorell o Julio Nieves, «que tanto me ayudaron en esta provincia», y reivindicó valores propios de Segovia, como la «apertura» y la «integración», ahora que la formidable obra de la Transición está en entredicho y Cataluña ha tomado una deriva secesionista de compleja solución.
«Los españoles y los segovianos –declaró Calvo Ortega tras recoger el galardón– no debemos caer en la desmoralización, en el pesimismo. Nosotros no somos pesimistas, al contrario: estamos dispuestos a luchar por una sociedad en la que de nuevo brote la ilusión. Yo espero que todo se arregle. Hay que hablar, hay que dialogar. Yo estoy dispuesto a hacerlo, aunque me encuentre en la cuesta abajo de mi vida».
Las palabras de Calvo Ortega –uno de los actores clave de la Transición política porque a la historia pasará como padre del primer Estatuto de los Trabajadores– fueron el punto culminante de la gala de los Premios Diputación, que volvió a celebrarse en el salón de actos de la Academia de Artillería. En su sexta edición, estos galardones se han convertido ya en todo un referente de prestigio, como bien recordó el presidente de la institución provincial, Francisco Vázquez. «La relación de distinguidos corrobora que tenemos una provincia con personas, entidades, asociaciones, clubes, empresas, sociedades, con muchas cualidades y potencialidades; una provincia en la que se trabaja por el bien común, por el progreso y por la solidaridad, la mayoría de las veces de manera silenciosa y poco reconocida; un territorio que sus gentes defienden y eligen para vivir y trabajar», subrayó Francisco Vázquez en su discurso.
Los premiados desfilaron por el escenario en el transcurso de una ceremonia a la que asistieron representantes de toda la sociedad segoviana. La artesana Raquel Arranz, propietaria y promotora de La Quesería de Sacramenia, fue la primera en hacerlo, como ganadora del Premio Alimentos de Segovia. En su caso, la Diputación ha valorado «la apuesta por la calidad en el uso de las materias primas, exclusivamente obtenidas de los rebaños de la comarca de Sacramenia», así como «el proceso de elaboración tradicional y el esfuerzo por crear y mantener con su actividad el empleo en el medio rural». La deportista Estela García Rodero recibió el Premio Deportes. Estela tiene a sus espaldas una trayectoria deportiva que la ha llevado a ser considerada la mejor portera del mundo. «Este premio –dijo la futbolista– es una motivación para mí y para muchas compañeras, porque el fútbol sala es un deporte de equipo y no es un campo fácil».
La recuperación vitivinícola de la zona de Nieva no se entendería sin el papel que empezó a desarrollar José María Herrero González cuando asentó allí su bodega. Con su trabajo logró que la comarca fuera un referente en el panorama vinícola a nivel mundial, pasando a producir de 200.000 a 1,5 millones de kilos de uva. Firme defensor de la variedad verdejo, su contribución fue decisiva para que esta uva fuera la representativa de la Denominación de origen Rueda. Ayer, su esposa, Jeanine Vedel, y sus hijos, José María, Juan y Javier, recogieron en su nombre el Premio Empresas que la Diputación ha entregado a la familia Herrero. Fue uno de los momentos más emotivos de la noche.
El Premio Juntos que la Diputación entrega para evidenciar la solidaridad existente entre los pueblos de la provincia recayó en la Mancomunidad de la Sierra, que actualmente presta servicios a veinticinco núcleos de población. La alcaldesa de Prádena, María del Carmen Rey, fue la encargada de recogerlo en calidad de presidenta de la agrupación de municipios. Rey subrayó las dificultades existentes en un medio rural cada vez menos poblado. «Este premio sirve para demostrarnos que no estamos solos», dijo.
El notable incremento en el número de visitantes que ha experimentado el Alcázar de Segovia (en 2017 alcanzó el récord de 681.291 personas) es fruto de la gestión que lleva a cabo el Patronato que rige la conservación y administración del monumento. El resultado registrado durante el último año ha movido a la Diputación a entregar al Patronato del Alcázar la máxima distinción anual en la modalidad de Turismo, convencida de que el órgano gestor trabaja «constantemente» para que la fortaleza sea, año tras año, uno de los monumentos más visitados de toda España». El presidente del Patronato, Íñigo Pareja Rodríguez, fue el encargado de recibir un galardón que, según sus palabras, supone un verdadero «estímulo» para los rectores del Alcázar.
El premio en la modalidad de Cultura ha recaído este año en la Banda de Música de Coca, que en 2017 cumplió cien años de existencia. Fundada por un entusiasta grupo de doce vecinos, ha demostrado que, además de una agrupación musical, es un elemento dinamizador sociocultural muy importante en la vida de los vecinos de Coca. Actualmente, el Ayuntamiento tutela la banda y raro es encontrar una familia caucense que no haya tenido en ella a alguno de sus miembros. El presidente de la Asociación Banda de Música de Coca, Agustín Villagrán, y el director del grupo, Asier Doval, destacaron el papel de la agrupación como símbolo de cultura.
La Fundación Caja Rural ganó en la categoría de Sociedad. La Diputación ha apreciado en este organismo su ánimo de generar valor en las zonas en las que se implanta, con una clara vocación sociocultural. Sus valores se fundamentan en el compromiso social, la colaboración, el cooperativismo, el conocimiento, la coherencia y la cultura de alianzas, según el jurado. Su presidente, Félix Moracho, subió al estrado para recibir el galardón. Moracho dejó claro «el compromiso» que la Fundación Caja Rural tiene con la provincia y subrayó uno de sus grandes valores: aprovechar muy bien los recursos.
El presidente de la Diputación cerró la ceremonia agradeciendo a los galardonados su trabajo por la provincia: «Les aseguro que no fue tarea fácil la del jurado poder decidir los distintos galardones ante el nivel y los méritos de las candidaturas presentadas», dijo tras dar las gracias a la Academia de Artillería por la hospitalidad. «Es el escenario perfecto para la entrega de los Premios Diputación», señaló Francisco Vázquez.
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