La Diputación diseña un servicio de bomberos por valor de 10 millones con una docena de parques

La idea de la institución presidida por Miguel Ángel de Vicente es implementar en la provincia un servicio formado por una docena de parques, dos de ellos con bomberos profesionales –los ubicados en Quitapesares y Boceguillas, cuya construcción se espera a lo largo de 2023– y diez más formados por bomberos voluntarios de los ayuntamientos y de las Comunidades de Villa y Tierra. Siete de ellos serán del tipo 3A y estarán ubicados en Cuéllar, Cantalejo, Sepúlveda, Coca, El Espinar, Riaza y en Santa María la Real de Nieva; y otros tres, de tipo 3B, estarán en Navafría, Ayllón y Fuentidueña.

El responsable de Hacienda de la Diputación explicó que, en la práctica, solo habrá parques físicos de bomberos en Boceguillas y en Quitapesares. En los otros diez municipios, se utilizarán instalaciones ya existentes para almacenar el equipo de extinción de incendios. «Se verá si alguna de las naves necesita una mejora, pero cumplen ya con los requisitos», precisó Moral. De hecho, indicó que en varias de estas localidades, como Sepúlveda, ya cuentan con el material y el equipamiento suficiente para poder implantar un parque de bomberos.

El diputado justificó el diseño del servicio provincial de bomberos y las diferencias que éste tiene con lo contemplado en el plan sectorial de la Junta de Castilla y León en una actualización de las circunstancias de la provincia. «Creemos que el servicio que planteamos mejora por cuantía y calidad el actual plan sectorial de la Junta», defiende sobre un proyecto que, a su juicio, «da respuesta a las necesidades de las personas y del territorio».

Como ejemplo, Moral apunta que el plan sectorial elaborado por la Administración autonómica contiene informes realizados en 2007. «La provincia ha evolucionado y eso se recoge en la memoria actual», declara. Por ello, entiende que los parques previstos en Cuéllar y El Espinar, las dos localidades con más población de la provincia por detrás de la capital, no tienen porqué estar formados por bomberos profesionales.

Para el diputado, la mejora de las comunicaciones en los últimos años permite que el municipio espinariego esté cubierto con un parque tipo 3A y con la cobertura del parque profesional de Quitapesares. En el caso de Cuéllar, Moral también considera que la villa queda atendida con un parque 3A y con la cobertura del parque profesional de Íscar, gracias al convenio entre la Diputación de Valladolid y la institución segoviana que también permite hacer uso del servicio de los parques de Peñafiel y de Medina del Campo.

«Hemos apostado por Boceguillas porque creíamos que esta parte de la provincia se quedaba fuera», asevera Óscar Moral. «No tenía sentido dejar sin cubrir más de la mitad de la provincia», añade. Con el servicio diseñado, el viceportavoz subraya que el 99% de la población residente en territorio segoviano estará en tiempos de respuesta bajos ante cualquier incidente que requiera la intervención de los bomberos. De ellos, el 98% son inferiores a treinta minutos, según los cálculos de la institución provincial.

El objetivo es, según Moral, que el 50% de los siniestros pueda ser resuelto en un tiempo inferior a las dos o tres horas. En este sentido, recuerda que la media de siniestros al año registrados en la provincia de Segovia durante los últimos años es de 130, de los que una tercera parte son incendios, otra tercera parte accidentes de tráfico y el resto son auxilios en otros sucesos. «El riesgo de un incendio grave en el ámbito urbano en Segovia es el mismo que el de una inundación en Salamanca», sostiene Moral.

La puesta en marcha del servicio provincial de bomberos ideado por la Diputación de Segovia tiene un coste aproximado de 10 millones de euros, según los cálculos del responsable de Hacienda de la institución. «Ese importe no se puede absorber en uno o dos años por parte de la Diputación», reconoce Óscar Moral. Por ello, asegura que la institución solicitará todas las líneas de ayuda posibles. En esos 10 millones de euros de coste se incluyen la construcción de los parques profesionales de Boceguillas y Quitapesares y la adquisición de los vehículos y el material necesario para el funcionamiento de ambos, así como aquellos que puedan hacer falta en los parques de tipo 3A y 3B. No se incluye dentro de ese gasto la explotación anual del servicio ni los salarios de los bomberos. En total, Moral señala que serán 37 los agentes profesionales que trabajarán en Boceguillas y Palazuelos de Eresma, mientras que en los diez parques restantes de la provincia estarán repartidos hasta sesenta voluntarios.

Con esta idea a punto de llegar al pleno de la institución, Moral comenta que la Diputación no tiene plazos, pero sí prioridades. Éstas pasan por la construcción de las plataformas de Quitapesares y Boceguillas a lo largo de 2023. De hecho, espera que durante la próxima semana pueda salir a licitación el proyecto de la infraestructura que estará ubicada en el término municipal del alfoz. «Una vez estén finalizados esos dos parques vamos a ir revisando todo el material que hay en el resto para ir viendo sus necesidades. Cuando ya los dos parques de tipo 2 estén finalizados y con personal, empezaremos también con la formación», precisa. La intención es que «dos o tres años» después, el servicio provincial de bomberos promovido por la Diputación pueda estar plenamente operativo.

En cuanto a los costes ordinarios que tendrá la prestación una vez esté implantada, Óscar Moral afirma que podrán ser sufragados, en parte, con el dinero que ahorrarán en los próximos cursos del convenio con el Ayuntamiento de Segovia, que ascendía hasta el millón de euros al año. «La Diputación de Valladolid nos cobra 400 euros por salida», compara el viceportavoz. Ese es uno de los motivos por los que también descartaron la posibilidad de construir un parque de bomberos tipo 1.

Por último, Moral defiende que la institución ha tenido «voluntad» para crear un consorcio provincial de bomberos con el Ayuntamiento de Segovia y que el parque de la capital pudiera dar servicio en los pueblos. «No ha sido posible, pero la lógica se acabará imponiendo y con el tiempo llegará», advierte.