La ciudad de Segovia recibirá en los próximos tres años 7,4 millones de euros de los fondos europeos para actualizar su traje de gala: el turismo. El gran motor económico de la ciudad tiene asignaturas pendientes, desde aumentar la estancia del visitante a ... cuidar el entorno del Acueducto o mejorar la movilidad. Juan Vicente Calle ha diseccionado las tripas turísticas de la ciudad en su tesis doctoral ('Las Ciudades Patrimonio de la Humanidad como destinos turísticos inteligentes', con las universidades de Málaga, Alicante, Sevilla y Rey Juan Carlos) con un análisis específico de Segovia. Familiar de hosteleros y siempre vinculado al turismo, argumenta que «ahora hay dinero» y resume el objetivo: «Hacer mejores lugares para vivir».
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Calle preguntó a los técnicos responsables de la planificación turística –uno por cada una de las 15 ciudades– sobre cómo ven el modelo e hizo un estudio minucioso de Segovia con 25 entrevistas a vecinos, comerciantes, hosteleros, empresarios, hoteles de todo tipo o guías turísticos. La primera idea de destino inteligente es la importancia de la digitalización y la tecnología, pero a él le sorprendió que hubiera tantas menciones al conocimiento o a la gobernanza. «En las ciudades se dice que es el sector el que no quiere participar y desde la otra parte dicen que no se les escucha lo suficiente».
Segovia fue de las últimas del club en sumarse al modelo de Destino Turístico Inteligente. «Frente a otras ciudades, Turismo de Segovia tiene recursos humanos, áreas de gestión y perfiles técnicos; otras ciudades que llevan más tiempo trabajando andan más escasos». La urbe aún no tiene el diagnóstico por parte de la Sociedad Estatal para la Gestión de la Innovación y las Tecnologías Turística como sí tienen otras ciudades, pero Calle destaca cómo está trabajando su parte digital. Los actores a los que entrevistó demandaban al Ayuntamiento «liderazgo» en aspectos como la formación, premiar a los que lo hicieran bien o ayudas en materia de accesibilidad. «Todas las asociaciones pedían más participación. Una de las críticas es que era un modelo pensado de arriba abajo».
Calle subraya que un destino turístico competitivo es sostenible y tiene en cuenta a la población local. Por eso pide consolidar el esqueleto, las estructuras de gestión, a través de un consorcio en el que participen todas las administraciones, como ocurre en Toledo o Santiago, que lleva en vigor desde 1992. Pide más inversión; por ejemplo, en aparcamientos disuasorios. «En Toledo no están a 20 minutos del centro, están más o menos cercanos. Que te puedas plantear dejar el coche e ir andando». O los puntos de llegada de los excursionistas. «Hay que separar más dónde descargan los autobuses. No tiene sentido que haya tres o cuatro autobuses en Vía Roma que están colapsando la acera. Esto tiene que resolverse». También pide una solución a la campa del velódromo. «Se hizo en 2003 y esto no se ha solucionado».
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Habla de repensar el modelo de ciudad y de «dignificar» el entorno del Acueducto. «El tráfico tiene que salir de ahí de una manera bien gestionada. Los planes de movilidad de hace dos décadas ya hablaban de desdoblar San Gabriel y hacer un túnel». Una idea ambiciosa que requeriría una aportación de todas las administraciones, de ahí la idea del consorcio como instrumento de inversión. «Hay proyectos de la plaza de Artillería de hace bastantes décadas. El primer sitio al que lleguen los turistas debe ser peatonal, que no haya problemas de convivencia y que se resuelva de una vez la comunicación entre las dos zonas de la ciudad».
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Calle pone ejemplos de edificios desaprovechados como la Casa Museo de Antonio Machado. «San Quirce lleva reclamando dinero desde hace tiempo para invertir de una manera holgada. Y no es la Casa de la Moneda, es un sitio que está en pleno recorrido turístico». Pone el ejemplo de Cáceres, con un museo de referencia en arte contemporáneo que sirve de modelo. «Podemos mirar al Palacio de Enrique IV, que está ahí sin darle una alternativa». Una de sus conclusiones es que las actuaciones para incentivar el patrimonio fuera del eje Acueducto-Catedral-Alcázar no han tenido los resultados esperados en cuanto a volumen de visitantes. «El tema del Diablillo está muy bien, pero la gente va hasta allí y a nadie se le ocurre avanzar porque la estructura de la ciudad prioriza al autobús o al tráfico rodado frente al peatón». Así que San Juan de los Caballeros queda como uno de los tesoros ocultos.
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Es complejo ir contra la historia del turismo, centrada en símbolos, en lugares que lo resumen todo. «Reposicionar la ciudad no es fácil. A mí me preocupaba ver a gente que se iba después de dos horas diciendo que ya había visto la ciudad. Ahí estamos haciendo algo mal». Aunque la estancia media va en aumento, la ciudad mantiene el tópico de ser un lugar que se ve en unas horas. «Si luego las infraestructuras de acogida no son las más correctas, tampoco se llevan buena imagen. ¿Qué se está haciendo para traer más inversores y que haya más oferta hotelera? Sigue habiendo edificios importantes en el centro que podrían tener ese uso». Apunta que no hay ninguna gran cadena nacional, dejando a un lado Eurostars: AC, NH, Meliá. «Te vas a Toledo o Salamanca y están». En esa lucha por hacer más atractiva la estancia en la ciudad habla de las licencias de taxi. «Ya no solo los fines de semana, la gente pierde el Ave porque no hay taxis». Y reorganizar la plaza de Artillería para que sea atractivo llegar al centro. «Que invite a entrar». Y a no salir.
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