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Llevan tres años echando las redes sobre tres arcos del Acueducto en un pequeño tramo de la calle Almira. Los mismos sillares, las mismas artimañas y los mismos vencejos. No están todos los que son, ni mucho menos; pero este tipo de operativos ... ayuda al colectivo de ornitólogos segovianos a avanzar en la elaboración de un censo aproximado de estas aves, que por cierto están protegidas. Esteban Casaux no se atreve a cifrar la cantidad de vencejos que anidan en el monumento que es santo y seña de la ciudad. «Ahora mismo es una utopía calcularlo», confiesa.
Lo que sí tiene controlado es que desde que empezó el programa, hace tres años, han capturado 120 ejemplares a los que han colocado un anillo individual para apuntalar la capacidad de realizar un seguimiento más exhaustivo que permita arrojar conclusiones sobre sus características. Los ornitólogos segovianos cada vez poseen más datos que les acercan a un conocimiento más completo y preciso sobre el comportamiento individual y colectivo de estos pájaros, que son unos vecinos más de la ciudad.
No en vano, Segovia acoge la colonia de vencejos más numerosa de España y posiblemente de Europa, aseguran los especialistas. Y más concretamente el Acueducto, que por la formidable cantidad de oquedades es un hábitat idóneo para su nidificación y reproducción, añade Javier de la Puente, técnico del programa Migra que desarrolla la organización SEO/Birdlife sobre diferentes especies, entre las que se encuentra el vencejo.
javier de la puente, técnico del programa migra
A diferencia de otras sesiones de observación y marcaje que se han llevado a cabo en esos mismos tres arcos del Acueducto de la calle Almira, este domingo el proyecto daba un paso más gracias a la incorporación de las nuevas tecnologías en geolocalización para detallar los movimientos de estas aves en sus migraciones. De hecho, es la primera vez que en España que se instalan dispositivos GPS en vencejos comunes.
La jornada empezó temprano. A las cinco de la mañana los voluntarios empezaron a colocar las mallas antes de que la salida del sol despertara a las aves y éstas abandonaran su monumental hogar. La observación se alargó hasta bien entrada la mañana dominical y consiguió sus frutos. Se capturaron 34 vencejos, apunta Casaux.
Veinte aves cuentan ya con un altímetro para precisar cuánto se elevan estos pájaros. Según el ornitólogo segoviano, se ha llegado a registrar algún vuelo a algo más de 3.000 metros de altura. Estos sistemas también permiten a los expertos obtener información de lo que hacen los vencejos durante la época reproductora, además de medir la luz, por lo que pueden aproximarse más a perfilar la duración y los itinerarios seguidos en los trayectos por estas aves migratorias.
Sin embargo, el técnico del programa Migra matiza que el margen de alejamiento con respecto a la posición real del vencejo se halla entre los 200 y 300 kilómetros. Al extrapolar estas inexactitudes, Javier de la Puente subraya que «se pierden entre treinta y cuarenta días en los que no se sabe dónde ha estado».
Otros nueve ejemplares transportan un pequeño dispositivo de geolocalización remota. Mediante algoritmos matemáticos, los ornitólogos descifran la información recopilada en el aparato. Descargan los datos y acceden a detalles como las fechas de inicio y finalización de sus migraciones, los lugares donde hicieron parada, las principales áreas de invernada y dispersión o si varían de rutas de un año a otro. El margen de error de estos sistemas es de entre 70 y 100 kilómetros, calcula Esteban Casaux. Y además, necesitan que vuelvan para recuperarla infromación almacenada.
Sin embargo, desde este domingo hay diez vencejos segovianos, inquilinos todos del Acueducto entre los meses de mayo y agosto aproximadamente, que van a proporcionar información más precisa a los participantes en el programa Migra de la organización ecologista. Los aparatos GPS que portan pesan un gramo, apunta el ornitólogo. «Se les ha colocado un arnés en la espalda» donde llevan el diminuto dispositivo tecnológico de geolocalización.
Cada uno de estos artilugios cuesta unos 400 euros. Gracias a estos aparatos «vamos a tener una localización más exacta al contar con una mayor precisión en las coordenadas», apostilla el técnico de SEO/Birdlife. El radio de error en este seguimiento remoto es de entre diez y quince metros, detalla Javier de la Puente.
Por su parte, Esteban Casaux subraya la importancia de que haya sido Segovia el primer lugar en el que se pone en marcha este sistema de geolocalización y da la bienvenida a la creciente capacidad de fabricar dispositivos cada vez más pequeños al servicio de la biodiversidad.
esteban casaux, voluntario de seo/birdlife en segovia
Aunque las nuevas construcciones no son propicias para la acogida de colonias de vencejos comunes por ser «totalmente impermeables» y carentes de oquedades para que las aves puedan anidar, el ornitólogo aprueba la gestión que el Ayuntamiento de la capital está llevando a cabo para la conservación de un hábitat que, por un lado, posee una enorme relevancia patrimonial y monumental, y, por otro, tiene en cuenta el entorno natural.
En este sentido, Casaux subraya que se cuente con «la implementación de medidas correctoras a la hora de hacer una rehabilitación» en edificios históricos. Ya no solo por la protección de los vencejos comunes, sino también de otras especies que tienen en Segovia uno de sus lugares preferidos de nidificación, como la chova piquirroja o el cernícalo primilla, e incluso murciélagos.
Solo en el entorno urbano de la ciudad hay más de cuarenta estaciones de control, localizaciones donde el seguimiento efectuado confirma la existencia de nutridas concentraciones de vencejos o que, por las características de las construcciones, son potenciales lugares de anidamiento. Por ejemplo, el actual centro de creación e innovación cultural de La Cárcel, aunque según especifica Esteban Casaux, la reforma que se ha llevado a cabo ha mermado de forma sustancial su capacidad de nidificación.
Hay otras zonas en los barrios de Nueva Segovia y El Carmen; en el casco antiguo, e incluso en algún polígono, ya que las naves más antiguas reúnen las condiciones para dar cobijo a los vencejos, donde la presencia de estos pájaros es más abundante.
esteban casaux, voluntario de seo/birdlife en segovia
El voluntario segoviano también llama la atención sobre la «fidelidad» de esta especie a sus hábitos y lugares de cría, lo que facilita la labor de captura y recaptura para controlar el seguimiento. El ejemplo es 'Titirimundi', un vencejo bautizado así en homenaje a un aficionado a la ornitología como era el fallecido director del festival, Julio Michel, que regresó el 19 de mayo de 2018 al mismo hueco del Acueducto del que había partido el 4 de agosto de 2017.
El papel que juegan los ornitólogos segovianos añade cercanía e inmediatez a los estudios que desarrolla el programa Migra. Son algunos de los trescientos colaboradores que participan en este proyecto, tanto en España como allende las fronteras nacionales.
El mes de agosto es el de la desbandada. Desde Segovia levantan el vuelo y recorren unos 20.000 kilómetros. Bordean la costa atlántica de África hasta Senegal o Mauritania y luego se dirigen hacia el centro del continente, pasando por países como Kenia, Uganda o Tanzania hasta alcanzar el lago Victoria. El corredor de retorno es algo diferente al de la ida, ya que cruzan el golfo de Guinea hasta la costa de Liberia para luego seguir subiendo por el continente africano, cruzar el Atlántico y adentrarse en la península. Destaca la rapidez a la que pueden llegar a volar. Los vencejos comunes son capaces de cubrir rutas de 3.000 kilómetros en tres días, a una media de mil kilómetros por jornada de vuelo.
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