«Diez años después habrá sentencia, esperemos que haya justicia»

El próximo 23 de julio se cumplirán nueve años de la tragedia que truncó la vida de la familia García-Liras para siempre. A lo largo de todo este tiempo de estéril búsqueda de justicia, de puertas cerradas, de oídos sordos y de bocas calladas, los afectados, constituidos en la plataforma de víctimas del accidente del Alvia, han exprimido su dolor y sus energías. Muchos no lo han soportado y se apearon en el tortuoso camino; a otros directamente la vida les ha llevado por delante sin ni siquiera haber visto juzgada la causa. «He tenido que asistir al entierro de Lola [compañera de fatigas en la plataforma de víctimas], que se ha ido sin saber lo que ocurrió» aquel 23 de julio de 2013, se lamenta Javier García Municio.

«¿Qué esperanza de justicia tenemos que tener cuando los gobiernos del Partido Popular y del Partido Socialista se han negado a hacer un estudio independiente como lo pide la Unión Europea?», ahonda en su desconfianza. El padre segoviano alimenta ese recelo al señalar que «cuando se constituye la comisión de investigación, están sentados los responsables de seguridad de Adif y de Renfe, que tenían que estar imputados». Javier García Municio recuerda la apreciación del juez, que ya habló de un informe «de parte».

Con estos antecedentes, prácticamente todos palos en las ruedas de las víctimas, insiste en sus dudas sobre si el juicio «será una pantomima». Y es que el informe técnico sobre las causas del descarrilamiento «está sin hacer». Hasta ahora, «lo único que se hizo es el paripé que dice que el único responsable es el maquinista». El padre de Curro reitera que esa no fue la causa del siniestro, sino «la consecuencia de un comportamiento negligente e irresponsable de cargos de Adif, Renfe y Fomento».

La batalla de los familiares y amigos de los ochenta fallecidos y 144 heridos del Alvia de Santiago ha encontrado muy pocos resquicios para albergar una esperanza cierta en que se haga justicia. «Europa, solo Europa nos ha apoyado», subraya el afectado segoviano. Instituciones y partidos han minado sus fuerzas. Javier García Municio recuerda este respecto que «el primer cierre de la instrucción judicial se hizo según lo concluido en el informe de la CIAF (Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios)»; sin embargo «llegó Europa y dijo que no determinaba las causas» que estaban detrás de la tragedia. La Unión Europea descartaba que solo hubiera un fallo humano. La desazón que corroe a los familiares de las víctimas se agravaba al ver cómo el desvío de la atención y de las responsabilidades eran premiadas en vez de ser castigadas.

Javier García Municio asegura que lo que les mantiene en pie en esa persecución de la verdad es «el coraje y la rebelión ante la injusticia». «Pasamos por un calvario de lucha por arrojar luz donde todos quieren poner sombras», sentencia. Esa batalla aspira a que la tragedia de Angrois «no vuelva a pasar, que no se repita» el dolor que, por otra parte, mantiene viva la llama, aunque sea tibia, de la esperanza en que se haga justicia.