Dieciséis bares que ocuparon aparcamientos por la covid renovarán la licencia

No es sencillo en una ciudad que presume de la declaración de Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco. Tampoco es fácil recomponer y adecuar los hábitos asumidos tras la pandemia de la covid-19. Por ejemplo, el salir de los bares y preferir el consumo a pie de calle antes que la barra o el comedor, a pesar de las inclemencias meteorológicas, animó la expansión de las terrazas, que representan hasta el 70% de los ingresos de buena parte de los negocios, como calcula la Asociación de Hostelería y Turismo de Segovia, Hotuse.

La ampliación de estas instalaciones para compensar las mermas de aforos por las restricciones que se aplicaron durante la doble crisis sanitaria y económica del coronavirus dejó la herencia urbana de una parte de la hostelería que extendió, con la autorización municipal, las sillas y las mesas en convivencia con los peatones y con el propio tráfico rodado. Y es que algunos negocios recibieron la 'bendición' de la administración local para ocupar plazas de aparcamiento.

La covid amainó, la normalidad recuperó el pulso, las restricciones decayeron y se imponía recuperar espacios cotidianos. Hace poco más de un año, con el anterior equipo de gobierno del PSOE en el Consistorio de la ciudad, se abrió el debate sobre la continuidad de algunas terrazas. Pasada la amenaza y sin los condicionantes de la pandemia, se planteó denegar la renovación de algunas licencias.

En torno a una veintena de bares se veían empujados al cierre si se les cercenaba el consumo al aire libre. De hecho, una modificación de la ordenanza introducida en 2015 prohibía la ocupación de aparcamientos. En ningún caso las terrazas deberían ocupar más del 10% de las plazas que hay en un vial.

La administración del Partido Popular que tomó el relevó al timón del Ayuntamiento tras las elecciones de hace un año heredó este dilema. ¿Dar continuidad o no a las terrazas habilitadas en plazas de aparcamiento a ras de calle? La futura normativa trata de resolver este y otros interrogantes.

El concejal de Obras, Servicios e Infraestructuras, Comercio e Industria, José Luis Horcajo, aseguraba hace medio año que la Policía Local había avisado a los bares que tenían la espada de Damocles: tenían que guardar sus mesas, sillas, veladores y sombrillas. El edil se amparó, además, en el informe del propio cuerpo municipal, que advertía del riesgo para la seguridad vial de las instalaciones a pie de calzada.

Aquella decisión no cerró las puertas a la negociación. La asesoría de Hotuse, los propietarios y el Ayuntamiento han ido acortando las diferencias durante los últimos meses para facilitar una solución a esos negocios afectados. Dieciséis establecimientos que ven la luz.

El concejal confirma que había diecisiete locales en la disyuntiva, con matices. El que se queda fuera es porque usaba estacionamientos regulados por la zona ORA. Asimismo, en la resolución a la problemática planteada, Horcajo distingue entre dos tipos de terrazas. Unas, las de establecimientos que ya contaban con la autorización de asentar las suyas en la calzada antes incluso de la pandemia; y otras, las que se concedieron para paliar los estragos de la covid-19 en esos negocios.

El responsable del área de Obras, Servicios e Infraestructura del Consistorio afirma que se va a renovar la concesión a los bares que ya contaban con el permiso para colocar sus sillas y mesas en plazas de aparcamiento antes de que se desatara la pandemia; aunque se les va a exigir la adopción de medidas de seguridad para evitar riesgos para los peatones y los vehículos. Así, estos negocios hosteleros tendrán que acotar el área de sus terrazas en los aparcamientos que ocupen a pie de calzada mediante algún tipo de obstáculo que amortigüe el posible impacto de un vehículo, como maceteros pesados que hagan esta función.

Horcajo matiza, además, que estos bares están ubicados en «calles que habitualmente soportan poco tráfico», por lo que amenaza de un incidente disminuye. Son locales situados en barrios con Nueva Segovia, El Cristo del Mercado o la Albuera y no tanto en el centro histórico de la capital.

Está previsto que la nueva ordenanza entre a articular estas situaciones, apostilla el concejal. En esa regulación tiene cabida la medida consistente en que «a aquellas terrazas ampliadas en aparcamientos a causa de la pandemia se les va a renovar la licencia en la zona de acera».

En la ciudad, tal y como indica José Luis Horcajo, hay 169 terrazas, sumadas las nuevas y las que cuentan con el permiso de ampliación concedido por el Consistorio. De ellas, ocho se expandían por una parte a lo largo de la acera y también disponían de plazas de aparcamiento para atender el consumo al aire libre. Estas instalaciones pasarán a estar ubicadas solo en el área peatonal.