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Desde este sábado y hasta el próximo jueves, los cuellaranos vivirán sus días más especiales, los que llevan esperando todo un año, sus fiestas en honor a Nuestra Señora la Virgen del Rosario, patrona de la localidad, en las que se incluye el desarrollo de los tradicionales encierros, los más antiguos de España, declarados de Interés Turístico Internacional, que comienzan el domingo, cuando, una vez más, la puerta verde de los corrales situados junto al río Cega, donde se guardan los astados, se abrirá para dar paso a un rito ancestral.
Desde muy temprano, en torno a las 7:00 horas, los corrales, un lugar situado entre pinares y río, donde habitualmente reina el silencio, comenzarán a llenarse de gente y albergar un pequeño bullicio llegado de los vehículos, el público y los caballos que se van acercando hasta el lugar, donde también se pueden degustar unas ricas sopas de ajo que ayudan a templar el cuerpo del frescor de la madrugada.
Convertido en epicentro de actividad, miles de cuellaranos y vecinos de la comarca se van situando en sus inmediaciones para disfrutar de uno de los espectáculos más impresionantes de las fiestas: la suelta, un momento único en el que los animales, bravos y mansos, salen del lugar donde permanecen guardados, toman velocidad y son recogidos por los caballistas, que los esperan unos metros por delante. Ellos tratan de parar la carrera, bajar el ritmo y que la manada pueda realizar al paso el trayecto por el pinar, donde se incorporarán decenas de jinetes, que esperarán en la zona de la cañada.
El trayecto continuará hasta el paso de Las Máquinas, un estrecho pasillo que supone el cambio del pinar al campo abierto, y en el que los caballistas vuelven a imprimir velocidad a la manada, para tratar de conseguir llevar a la manada unida en este punto y en el cruce de la carretera que se realiza tan solo unos metros después.
Si todo va bien, los astados descansarán ya en la zona de las rastrojeras, unidos, para realizar a continuación el paso bajo el túnel de la autovía, otro de los puntos complicados del trayecto y realizar un nuevo descanso, en el que no suelen faltar las tradicionales pastas y el aguardiente, con lo que acabar de templar el cuerpo durante las frías mañanas cuellaranas.
En torno a una hora y media después de la salida, los caballos iniciarán la última carrera, el descenso del Embudo, la zona que marca el paso del campo con las calles. Allí imprimirán fuerza a los astados que comenzarán el encierro como tal, un recorrido por la villa, donde cada día decenas de corredores esperan para medir su velocidad junto a los bravos, un espectáculo que miles de personas disfrutarán desde las talanqueras.
Unas talanqueras que ya desde hace unos días han ido cambiado la fisonomía habitual de las calles del municipio, ocupando su lugar en el recorrido, y haciendo ver que las fiestas y los encierros llegarán en tan solo unos días. No es la única señal, pues los vecinos y visitantes ya han podido ver cómo algunos escaparates se van adornando con los tradicionales pañuelos rojos, un símbolo festivo que además este año es en buena medida protagonista del cartel anunciador de los encierros, una obra de la empresa cuellarana Alea Comunicación, en la que se reflejan, a través de imágenes, algunos de los momentos más esperados por los cuellaranos, como es el encierro o el baile de la rueda, que cada mañana aporta música, alegría y colorido a las calles, haciendo menos tensa la espera de la llegada del encierro.
Durante estos pasados días tampoco han faltado otros previos que anuncian las fiestas, como la llegada del programa oficial a las casas, la ronda a la corregidora o los actos litúrgicos, que comenzaron el miércoles con la procesión con la imagen de Nuestra Señora la Virgen del Rosario portada en andas desde la iglesia de San Miguel hasta la capilla de Santo Tomé, pequeño templo que también ha albergado el triduo en honor de la Virgen, y que será el punto de partida de la procesión que se desarrollará durante la tarde del sábado, en la apertura oficial de las fiestas, que comenzará con el repique de la campana del Ayuntamiento convocando a concejo a todos los vecinos y vecinas de Cuéllar.
Será el punto de partida a seis días llenos de actividad, en los que no faltarán los festejos taurinos populares, las actividades infantiles, la música, la alegría y el color, que tendrán su punto álgido en los actos inaugurales de la tarde del sábado. Con la llamada de la campana de la Casa Consistorial, cientos de vecinos acudirán hasta la plaza Mayor, epicentro de la actividad en esta jornada.
Mientras los cuellaranos se reúnen en ese lugar, otro punto neurálgico de actividad será la plaza de Santo Tomé, desde cuya capilla parte la procesión en honor a la patrona, que será portada en andas por miembros de las peñas oficiales, y estará acompañada de autoridades civiles y religiosas, la corregidora, las damas, miembros de las peñas y pandas y la Banda Municipal de Música de la localidad.
La comitiva recorrerá el trayecto hasta la Plaza Mayor, donde miles de personas esperarán ya su llegada para dar inicio a las fiestas. Parte del grupo acompañará a la Virgen hasta el interior de la iglesia de San Miguel, donde se celebra la ofrenda flora, mientras que el grueso de los peñistas compartirá la alegría y los cánticos que se suceden en esos instantes previos al inicio oficial de las fiestas en el exterior.
La actividad se traslada después al balcón central del Ayuntamiento, con uno de los actos más emotivos de las fiestas, el nombramiento oficial de la corregidora de las fiestas de los encierros de Cuéllar 2023, cargo que recae en Lucía Polo Pedriza, y de las damas de honor, Marta Pascual Ferreiro y Sandra González Quintanilla. A continuación tendrá lugar el pregón inaugural, que este año corre a cargo del artista cuellarano Alfonso Rey Senovilla, que concluirá sus palabras con el tradicional grito de 'Cuellaranos, a por ellos', con lo que la alegría estallará en la plaza, al mismo tiempo que la Banda Municipal de Música de la localidad interpreta la tradicional jota 'A por ellos', las seguidillas que se han convertido en un himno de las fiestas del municipio, compuestas por Cecilio de Benito.
Tras unos minutos de algarabía y jolgorio, llega el momento del desfile de peñas y pandas con sus madrinas, y acompañantes, Alicia Pascual y Sergio Rodríguez de El Embudo; Malena Martín y Mario Esteban de El Pañuelo, Clara Olmos y Pablo Olmos de El Soto y Ainara Velasco y Samuel Galán de La Plaga. Todos ellos, junto a las peñas no oficiales, formadas por decenas de grupos de amigos, descenderán por la calle San Pedro hasta la plaza de los Coches y calle Parras, con el bullicio habitual de unas fiestas que ya habrán comenzado.
Este será el punto de partida a una noche y cinco días de intensa actividad, con bailes de rueda, macrodiscotecas, orquestas, djs, dianas, pasacalles, encierros, probadillas, gigantes y cabezudos, chateos populares, concursos, bingos, festejos taurinos mayores, teatro, conciertos y muchas actividades organizadas por las peñas y pandas, que no dejarán ni un minuto libre para el aburrimiento.
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