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Hilera de vehículos llegan procedentes de Madrid llegan al control instalado este lunes en el alto de Navacerrada.

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Hilera de vehículos llegan procedentes de Madrid llegan al control instalado este lunes en el alto de Navacerrada. Antonio Tanarro

La desescalada de Madrid se queda al otro lado de la sierra

Segovia entra en la fase 1 ·

La Guardia Civil vigila las conexiones con Segovia, como en Navacerrada, donde este lunes decenas de madrileños tuvieron que dar la vuelta para cumplir con la restricción de movilidad

Martes, 26 de mayo 2020, 07:18

Son las 10:43 horas del primer día de la fase 1 de la desescalada tanto a un lado como al otro de Guadarrama. Misma situación, pero diferentes provincias. Una furgoneta blanca aminora la velocidad, tal y como le indica la Guardia Civil. Se para a la altura de la agente que le ha dado el alto en uno de los tres circuitos de conos dispuestos en el alto de Navacerrada. Viene de la falda madrileña. El conductor baja la ventanilla. A la pregunta de cuál es su destino, contesta que se dirige a Segovia. Explica que es por trabajo; pero la palabra no basta.

La agente le pide la documentación que lo acredite. Tiene que tener el certificado de la empresa que justifique esos motivos laborales, le indica al chófer, que revuelve unos enseres que llevaba en el asiento vacío del copiloto y entrega unos papeles. En la furgoneta viaja otro hombre en la parte de atrás, que también presenta una documentación.

Con las órdenes contenidas en del estado de alarma en la mano, no está claro que puedan proseguir el viaje. Para evitar un atasco, los agentes le conminan a estacionar en el centro de la intersección donde las balizas forman una especie de círculo para proteger a las patrullas y retener, si es necesario, a los vehículos más dudosos. Allí, otro agente comprueba la documentación y tras unos minutos de conversación ordena que dé media vuelta. A la furgoneta no le queda otra que acatar, desandar el camino y regresar por donde había venido. No podía pasar a Segovia.

Goteo continuo

No todos los vehículos que en la mañana de este lunes se encontraron con este control desplegado por la Guardia Civil para garantizar el cumplimiento de la restricción de la movilidad entre provincias pasaron por un examen tan exhaustivo. Eso sí, todos, absolutamente todos, tanto los que se desplazaban desde la Comunidad de Madrid como los que llegaban desde el Real Sitio de San Ildefonso o los residuales (principalmente autobuses de línea madrileños) que circulaban por la carretera SG-615 procedentes de Cotos, todos tuvieron que parar para justificar ante Guardia Civil el viaje.

Hasta los ciclistas que aprovechaban el debut de la fase 1 para hacer una ruta por un paraje acostumbrado a este deporte tuvieron que dar explicaciones y cumplir con la norma de no traspasar las fronteras.

El goteo de tráfico por el alto de Navacerrada fue continuo durante las primeras horas de la fase 1, sobre todo desde la vertiente madrileña, y discurrió con fluidez, sin incidentes y desde luego sin los colapsos que conoce este punto de la red viaria donde se juntan la vertiente serrana segoviana y la madrileña, la CL-601 y la M-601, donde cada vez que la nieve hace acto de presencia se llena de visitantes.

Distintos momentos del control de la Guardia Civil de Segovia en el alto de Navacerrada, este lunes. Antonio Tanarro
Imagen principal - Distintos momentos del control de la Guardia Civil de Segovia en el alto de Navacerrada, este lunes.
Imagen secundaria 1 - Distintos momentos del control de la Guardia Civil de Segovia en el alto de Navacerrada, este lunes.
Imagen secundaria 2 - Distintos momentos del control de la Guardia Civil de Segovia en el alto de Navacerrada, este lunes.

En dos horas, alrededor de ochenta vehículos transitaron procedentes de Madrid, aunque pocos fueron los que cambiaron de provincia. A diferencia de la furgoneta blanca, los que cruzaron el límite territorial sabían la lección y llevaban a mano el justificante que la Guardia Civil exigía a cada coche, camión y motocicleta.

«A dar una vuelta»

Aproximadamente ocho de cada diez vehículos controlados por el dispositivo en el puerto procedían de Madrid. Muchos admitían ante los agentes que habían subido a «dar una vuelta»; otros aludían que se dirigían a su residencia en la sierra y revelaban el destino: Rascafría, El Paular, Lozoya... Todos dentro de los límites uniprovinciales de Madrid, por lo que pudieron seguir su camino por la SG-615 que enfila hacia Cotos sin adentrarse en territorio segoviano.

Los agentes informaron también a los que más dudas planteaban sobre qué supuestos están permitidos, siempre que se acrediten oportunamente: si el desplazamiento es por una cita con el médico, si va a cuidar a algún familiar o si el traslado es por exigencias de trabajo. Sin embargo, el goteo procedente de Madrid daba fe de que las intenciones eran, sobre todo, ociosas.

La llegada a la fase 1 animó a decenas de madrileños a querer disfrutar de la matinée del estreno en la sierra, pero los que quisieron cruzar la frontera provincial con Segovia tuvieron que volverse. Muchos motociclistas, sin embargo, hicieron caso a las indicaciones de los agentes y continuaron la excursión hacia Cotos sin pasar de comunidad.

El paso de cebra, no el cartel

Además, la Guardia Civil hizo labor pedagógica con algunos de esos conductores que solicitaban información para saber por dónde tenían que ir sin que les cayera la multa. «En esta fase todavía no se pueden mover entre provincias, caballero, así que no puede pasar». Los agentes incluso aleccionaron sobre los límites territoriales, porque «aunque el cartel de Castilla y León esté allí (indicaba el agente a uno de los conductores), esto ya es Segovia».

Unos motoristas preguntaban entonces dónde está la separación porque ellos siempre la habían ubicado en la señal verde que da la bienvenida a Segovia y a la comunidad castellana y leonesa. «El límite está en el paso de cebra», respondía el guardia civil mientras señalaba el cruce que hay a la altura de los restaurantes que ayer permanecían cerrados en Navacerrada, para chasco de algunos que confesaban haber subido a «tomar un café».

El tráfico desde el lado segoviano hacia Madrid fue mucho menor y todos los vehículos que llegaron al control acreditaron el motivo del viaje. En torno al 70% esgrimió y enseñó el documento que confirmaba sus consultas en hospitales madrileños.

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