Con el depósito lleno de incertidumbre

«Lleno, por favor». Era una de las frases más escuchadas en las gasolineras, también en las segovianas. Yse sigue diciendo, pero acompañadas también con algún que otro comentario sobre el precio de los combustibles, un día al alza y al otro también. Llenar el depósito sale caro, es palpable (sobre todo en el bolsillo), pero también lo es el no hacerlo. La invasión de Rusia a Ucrania también afecta a un sector que trataba de recuperarse (como otros) de los efectos de la pandemia.

Los hay que prefieren llenar antes de que los precios suban más y los hay que prefieren seguir echando diferentes cantidades, precisamente porque los preciso están por las nubes. Las costumbres no cambian, pero hay un elemento común. Todos ellos miran de reojo el monolito en el que se reflejan los precios o bien buscan comparadores en diferentes páginas webs para encontrar la estación de servicio más barata. Los conductores tienen muy presente la estación de servicio a la que acuden para repostar (si es de autoservicio, si no lo es, si es de bajo precio...). Estas gasolineras de 'low-cost' también notan una mayor afluencia durante estos días. «Es normal, están subiendo mucho los precios y la gente busca lo más económico», manifestó Juanma, de la gasolinera Llorsoil, en Valverde del Majano.

«Al subir mucho lo precios, hay como emergencia de comprar», añadió. En lo que ha notado muchos cambios es en los hábitos de los clientes. «Se mantiene el típico cliente que echa diez, veinte, cincuenta euros... Eso no ha cambiado por el momento», aunque en ocasiones tengan que soportar algún que otro comentario. Un tema más de conversación. Ya no se habla solo de fútbol.

En la gasolinera que hay en Ezequiel González, también se nota más movimiento, debido fundamentalmente «por el miedo que hay a la subida», manifestaron. Y no ocultan su preocupación por lo que pueda venir. Muchas dudas e incertidumbre. Nadie sabe qué va a pasar en el futuro, y no tan lejano precisamente. La escalada frenética del precio de los carburantes no parece tener un punto y final.

La gasolina y también el gasóleo siguen batiendo récords prácticamente a diario. y temen un descenso del consumo. Tampoco han detectado un cambio sustancial en los hábitos y costumbres de los clientes. «El que dice que le pongas 20, 30 o 50 euros lo sigue haciendo, aunque lo que pasa es que antes a lo mejor lo hacían cuando marcaba la reserva, y ahora lo hacen antes». Incluso en ocasiones (sobre todo más durante los primero días) se sintieron señalados, «y nosotros somos tan perjudicados como ellos», manifestaron.

Desde la gasolinera que se encuentra en Padre Claret se destaca un cambio en esa tendencia. «Parece que, precisamente porque está más cara, la gente procura echar lo menos posible», comenta Raúl González. «Los hay que prefieren llenarlo, por temor a lo que pase al día siguiente y otros que no tienen para hacerlo y prefieren echar lo justito, hasta que se acabe».

Comparte esa preocupación. «A nosotros también nos perjudica. Hay quien se cree que estamos ganando un pastizal y no es así», comentó. También se sintió señalado, sobre todo durante los primeros días. «Alguno nos echaba la culpa. El precio de compra ha sido mayor y llegó un momento que nuestro margen se le comió el precio de venta. Nosotros compramos al precio que nos marca la petrolera cuando hacemos el pedido, de un día para otro, porque no le puedo encargar de hoy para mañana».

Los márgenes de beneficios se quedan cortos y de esas cantidades hay que pagar la luz, el personal, el transporte del carburante desde la refinería, los seguros… Temen que si los precios siguen así, muchas estaciones de servicio no van a poder seguir comprando carburante y se van a ver abocadas a cerrar, algunas temporalmente y otras definitivamente, advierten.

Y es que con lo altos precios de los combustibles, las estaciones de servicio también sufren las consecuencias. Baja el consumo, baja la facturación, crece el temor y la incertidumbre. Así lo pone de manifiesto Luis Miguel González, presidente de la Asociación Segoviana de Estaciones de Servicio. «Nos viene muy mal que los precios estén tan altos. También somos víctimas», indica el presidente de la patronal de las estaciones. Por alguna razón, lo veía venir. Estaba seguro que iba a haber guerra y los precios de entonces ya los veía «ridículos» en comparación a cómo se iban a poner. «Yparece que esto no ha hecho nada más que empezar. Es terrorífico para nuestro sector».

Es probable que haya un punto de inflexión y puede que incluso haya personas que se cuestionen la movilidad en los coches. «Nos ha pillado de sopetón; no nos ha dado tiempo a asumirlo, pero claro que tendrá repercusiones». ¿Qué pasará? Es la pregunta del millón. «Creo que para que se vean los efectos pasará un poco tiempo. Tendremos que darnos unas semanas más para ver si por ejemplo la gente opta por dejar los vehículos en casa y por cambiar; en vez de irse un fin de semana al medio rural con el coche, quedarse en casa y gastar menos». Considera que es pronto para saber qué efectos va a tener a equis meses, pero ninguno bueno, eso lo puedo garantizar. No hace falta estar en el ministerio para saber que lo que viene no es nada bueno».

En Segovia, según los datos del comparador komparing.com, los precios más baratos del carburante que marcaban las estaciones de servicio oscilaban entre los 1,819 euros por litro de la estación de servicio en la carretera de San Rafael (N-603 km. 87) y los 1,839 de la de la calle Guadarrama en el caso del gasoil, los 1,859 del de la calle Guadarrama y los 1,869 del de la carretera Soria, La Lastrilla para el Diesel +, los 1,848 en la calle Fresno, en Valverde del Majano y los 1,849 para el surtidor de la carretera de San Rafael para la gasolina 95, mientras que la 98 oscilaba entre los 1,979 en la estación del parking del supermercado de La Lastrilla y los 1,989 euros/litro del que hay en el polígono industrial El Cerro (Luz de Castilla).

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