Demostración de oficio para volver a ganar fuera

Comenzó el equipo extremeño dominador ante una Gimnástica Segoviana que buscaba el juego directo con Dani Segovia. La estrategia, que dejó buenas sensaciones ante el Talavera, no terminaba de funcionar con el delantero madrileño, que no era capaz de dominar ninguno de los balones que caían cerca de su zona de influencia. Sí lo logró Hugo Díaz, menos vigilado como segundo punta. El gallego, con su lesión de rodilla completamente olvidada, bajó al piso un despeje de Silva. La jugada, que continuó tras un regate fallido de Borrego, se prolongó en una buena transición al costado derecho. Silva, omnipresente, centró al area y Javi Borrego, tocado por la varita en Cáceres, envió a la red una volea tras el toque previo de Robador.

El salmantino, que terminó el partido ovacionado por la afición local, marcó su primer gol de la temporada en el mismo estadio en el que el año pasado realizó una exhibición. Suponía, además, poner por delante a la Segoviana, una de las premisas que Ramsés reclamaba durante las semanas de zozobra de los azulgrana.

Pero los gimnásticos no disfrutaron de su posición de fuerza con el 0-1. El Cacereño respondió de inmediato con un disparo a la escuadra de Iván Fernández que devolvía las tablas al marcador y las dudas a un equipo que no pudo coger velocidad con el poco tiempo que tuvo el viento a favor. Tocaba sufrir de nuevo ante un rival que dominaba y llegaba con claridad al campo rival, aunque sin pólvora en los metros finales del campo.

Fue Silva el que lideró la reacción azulgrana. Demostró al resto del equipo que debían subir su intensidad para cambiar el rumbo del choque y permitió a la Segoviana manejar los tiempos del encuentro. La Gimnástica ya ganaba duelos, Segovia participaba en el juego –aunque lejos del área– y Fer Llorente y Manu se hacían grandes en el centro del campo. Entre líneas, esa zona del campo sin brillo durante las últimas semanas en el juego azulgrana, apareció un Hugo Díaz capaz de ser el punto de unión del equipo en fase ofensiva.

La reacción visitante permitió encontrar al Javi Borrego con más brillo del curso. El 'diez' intentó repetir el golazo de la temporada pasada con una diagonal desde la izquierda y un disparo al palo largo. Su lanzamiento se convirtió en centro, pero el remate en el segundo palo de Astray quedó inhabilitado por el juez de línea.

La ocasión supuso la demostración del giro del partido. La Gimnástica ya dominaba y cada combinación entre Hugo Díaz, Fer Llorente y Javi Borrego tenía la velocidad necesaria para inquietar a la poco contundente defensa extremeña. Rubén lo demostró con el segundo gol azulgrana, logrado desde la frontal al aprovechar el segundo rechace a un balón colgado al área por Silva en un saque de banda.

El guión del duelo era prácticamente idéntico al de la temporada pasada –acabó 2-2 pese a que los gimnásticos se pusieron dos veces por delante en el marcador–, pero esta vez la Segoviana parecía controlar mejor las ofensivas de un Cacereño que tan solo lo intentaba con centros laterales. Los visitantes, muy seguros y solventes, mandaban en cada parte del campo y pudieron marcar el tercero en un remate de cabeza de Astray en el que se pidió un posible penalti por mano dentro del área.

El ambiente en el Príncipe Felipe, con pitos a su equipo al final de la primera parte, provocó que el Cacereño saliera con más intensidad en la segunda parte. Iván Fernández avisó con un disparo lejano, pero la Sego pronto se sacudió el dominio local con Llorente, Astray y Segovia dando una lección del denominado 'otro fútbol'. También Carmona, apercibido desde la primera parte ante su parsimonia para sacar de portería.

Pasaban los minutos y la Sego no sufría, pero estaba a una equivocación de perder el control del choque. La lesión de Rubén trastocó los planes visitantes, a quienes les faltaba una amenaza en velocidad para poder sentenciar a la contra. Juan de la Mata aportó tranquilidad a un equipo que se quedó sin la gasolina de Borrego y de Segovia, con Javi Marcos y Abel solventando cada ataque de un Cacereño que solo inquietó con un disparo lejano de Viñuela.

El partido parecía controlado, sobre todo al hacer Segovia el 1-3 en una buena jugada entre Borrego y Juan de la Mata. Pero el Cacereño aún tenía algo que decir. Jorge Barba hizo el 2-3 en una jugada aislada y llevó los nervios a la Segoviana y la esperanza al Príncipe Felipe con más de diez minutos todavía por disputarse. Pero la Segoviana resistió. No concedió un solo disparo e incluso tuvo la oportunidad de sentenciar con un remate de Segovia en el 98. No hizo falta. Sufrida sabe incluso mejor.