Las defensas bajas de la Segoviana

No era el escenario más improbable antes de visitar al Numancia. El único central de pleno derecho de la convocatoria llegaba apercibido y vio su séptima amarilla –hay dos que no cuentan para el ciclo porque desembocaron en una expulsión–, algo que entraba en cálculos en un duelo de la máxima exigencia. El tiempo dirá hasta cuándo continúa de azulgrana, pues esta semana se resolverá su oposición como Policía Local. El aprobado supondría su ingreso en la Academia de Ávila. El proceso marcará unas fechas que ni club ni jugador conocen. La filosofía de Ramsés era no ponerse la venda antes de la herida: prefiere buscar a un sustituto a toda prisa que fichar a otro central y no usarle si el segoviano finalmente se queda. Pero es de esperar que se haya anticipado a la búsqueda.

En realidad, la Segoviana lleva con una bomba de relojería en su defensa desde la rotura fibrilar de Abel Pascual el último domingo de noviembre en Badajoz. Todo parte de una precariedad impuesta en la posición por los problemas en el pubis de David López, apartado desde casi el inicio de temporada. Tanto club como jugador han optado por tratamientos conservadores: lejos de precipitar su regreso, han dado tiempo para una recuperación segura. Pero los tratamientos no dieron con el diagnóstico hasta finales de año: la dolencia afectaba a una zona más amplia.

Ramsés no acelera regresos y reitera el lema de que ninguna victoria vale la salud de un jugador. La incógnita de cara al domingo será hasta qué punto López está preparado para volver a competir, con la responsabilidad de hacerlo de inicio y sin la compañía de Javi Marcos o Abel Pascual, aun recuperándose de una zona sensible del cuádriceps. Le acompañará Juan de la Mata, el central de emergencias que ya tiene galones tras disputar con solvencia seis partidos consecutivos. Pedro Astray, al que Ramsés ha utilizado en el centro de la zaga incluso con centrales sanos –ocupó la plaza de Javi Marcos ante el San Fernando, en la víspera del duelo de Copa del Rey–, cumplirá ante el Navalcarnero el segundo de sus tres partidos de suspensión tras su expulsión en Illescas. El conejo de la chistera podría ser Hugo Díaz, que puede hacer las veces de central por envergadura y dominio del juego aéreo. No es algo ajeno para él.

Sea cual sea la zaga, la plantilla azulgrana hizo autocrítica en Soria tras encajar dos goles a balón parado, tanto por defender sin contundencia las faltas laterales como por el hecho de concederlas. A su favor está que el Navalcarnero no es precisamente la máquina más goleadora de la categoría. Lleva diez partidos sin ganar, suma tres puntos de los últimos 30 y no ha marcado en sus últimos 369 minutos. La Segoviana cayó tras seis partidos sin conocer la derrota. ¿Los Pajaritos cambió la flecha?