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El arsenal aéreo ataja el fuego que amenazaba el Parque Nacional de GuadarramaLa columna de humo hacía presagiar lo peor; pero con el paso de las horas y gracias a la coordinación y al denodado trabajo del ... operativo desplazado al lugar, la tensión de las primeras horas se ha tornado en un alivio vigilante por la noche porque, aunque estabilizado, el fuego aún prendía vegetación. El foco del incendio forestal que ha hecho saltar la alarmas en torno a las seis de la tarde de este jueves, en pleno Parque Nacional de cumbres de la Sierra de Guadarrama, se localizaba en el paraje de la garganta del río Moros, un enclave dentro de los límites de El Espinar de enorme valor ecológico, no solo natural, sino porque está declarada zona de protección para el buitre negro y el águila imperial.
Vecinos e instituciones difundieron a través de los altavoces de las redes sociales la amenaza del fuego. La humareda proveniente de la ladera serrana ubicaba el incendio en una cota bastante alta de la cadena montañosa. Urgía intervenir para atajar el avance de las llamas. A su vez, la Policía Local del municipio segoviano llamaba a la colaboración ciudadana para apoyar al dispositivo desplegado para controlar el fuego. Decenas de voluntarios se concentraron en la plaza del Caño del núcleo de La Estación de El Espinar cuando aún no eran ni las siete de la tarde. Acudieron con sus vehículos, pero sobre todo con víveres y bidones de agua para reforzar la logística.
Mientras tanto, la lengua de fuego devastaba la superficie de pinar por la que se propagaba. El hecho de que la vegetación estuviera muy verde ha impedido que progresara más veloz y voraz. Pese a ello, la Junta de Castilla y León declaró el nivel 1 de riesgo que establece el plan de actuación precisamente por la afectación de masas arboladas de más de 30 hectáreas.
El Infocal, servicio de información de la Administración regional en esta época de incendios forestales, actualizaba cada poco tiempo los medios materiales y humanos que participaban en unas labores de extinción que exigieron un esfuerzo extra para abrir un camino que no existía hasta donde ardía la ladera serrana. Los bomberos, agentes y voluntarios que han subido al monte tuvieron que dejar los vehículos en una explanada de la que les separaba todavía un ascenso a pie de entre dos y tres kilómetros para hacer camino y al mismo sofocar las llamas que se encontraban a su paso.
La coordinación de las avanzadillas terrestres ha sido una de las claves para retener las llamas y frenar la devastación de un paraje que, según ensalzan algunos buenos conocedores de la sierra de Guadarrama y del Parque Nacional que la protege, posee un valor mayor que el monte arrasado hace cinco años menos tres días en las inmediaciones de La Granja de San Ildefonso.
Fotografías del incendio en la sierra de GuadarramaVer 13 fotos
Hacía falta más para doblegar la propagación destructiva del incendio. Ese refuerzo ha llegado vía aérea con un abundante despliegue de medios que han reforzado la batalla que se libraba a ras de suelo. Siete helicópteros han participado en el operativo desarrollado durante varias horas: los dos segovianos de las cuadrillas helitransportadas con base en Las Casillas y Coca; otros tres de la Junta, dos de ellos llegados de Ávila, y el tercero perteneciente al puesto de Quintanilla, en Valladolid, más otros dos movilizados por la vecina Comunidad de Madrid (Navas y Valdemorillo). Asimismo, han acudido dos aviones tipo anfibio. Con el cielo 'ocupado', por tierra los grupos de agentes medioambientales, los bomberos forestales, las cuadrillas terrestres, además de dos autobombas y un bulldozer han atacado el frente de llamas a ras de suelo.
Este abordaje desde el aire ha sido clave para impedir que el fuego continuara su camino y acelerar los trabajos de extinción mediante el lanzamiento de agua desde las cubetas. El origen del incendio se ubicaba en un entorno muy agreste de roca y pinares. De hecho, fuentes consultadas por El Norte de Castilla aseguran que no hay una senda perfilada y despejada de acceso hasta el lugar donde han empezado las llamas. De ahí que la respuesta aérea haya sido crucial.
La investigación para esclarecer las causas del incendio está abierta, aunque los primeros indicios recabados a partir de las propias intervenciones de estabilización y extinción llevadas a cabo sobre el terreno apuntan a que el origen puede estar en un rayo caído durante una tormenta el pasado martes, el cual prendió en el suelo sin que hasta este jueves se divisara el fuego.
Pasadas las diez de la noche, voluntarios y equipos de Protección Civil respiraban algo más aliviados después de haber conseguido estabilizar el peligro que acechaba al Parque Nacional de Guadarrama después de haber quemado unas treinta hectáreas, según los primeros cálculos.
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