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La Gimnástica Segoviana celebró que su lateral derecho titular, Juan Silva, no tiene roto el ligamento cruzado de la rodilla con su primera victoria de la pretemporada. Un resultado meritorio por el rival, un Rayo Majdahonda habituado a categorías superiores, y porque tiene casi ... una decena de efectivos entre algodones fuera de la convocatoria. Su técnico, Ramsés Gil, puede quedarse con la solvencia de la línea defensiva con la que arrancará dentro de tres semanas el sueño de Primera RFEF y con el primer gol de su nuevo delantero centro, Davo.
El suplemento del abono de tribuna no salió rentable un sábado de agosto con más de 30 grados en el termómetro: apenas había tres filas hábiles, libres del sol, mientras el grueso de público que fue llegando en número creciente con el partido empezado disfrutaba de las comodidades –sombra y hasta una cierta brisa– de la grada general. Con esa estampa salió la Segoviana, con 19 convocados –seis menos que el Majadahonda– y sus jugadores convalecientes haciendo recuperación en el gimnasio de las pistas de atletismo aledañas. Piezas de peso como Carmona, Astray, Hugo Díaz, Diego Gómez, David López o Juan Silva, sonriente tras recibir como regalo de cumpleaños el diagnóstico de que el crujido de su rodilla derecha en Ávila no era rotura sino un esguince de ligamento.
Segoviana
1Li, Hugo Marcos, Abel Pascual, Sergi Molina, Rubén, Juan de la Mata, Rodrigo Ibañes, Fer Llorente, Javi Borrego, Tellechea y Davo. También jugaron: Oliva, Manu, Fernán, Javi Cuenca, Jere, Guille, Picho y Mario del Cura.
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Rayo Majadahonda
Fernández, Ebea, Arribas, Teje, Expósito, Pina, Pascu, Cayena, Guti, Hugo Esteban y Samu. Hugo Mantecón, Emi, Villalón, Ramos, Ato, Simeone, Rubí, Salama, Hugo García, Kevin, Guille, Aarón, Batán y Rodri.
GOL: 1-0 (min. 16) Davo, al disparar desde el punto de penalti un balón suelto tras una falta lateral.
El salto sideral de la Segoviana entre los 82 mejores equipos de España creó un escenario impensable hace apenas unos años, cuando el Rayo Majadahonda daba la talla en Segunda División: que los de azulgrana estén una categoría por encima de los madrileños, descendidos el curso pasado a Segunda RFEF. Pero su nuevo encaje no ha encogido la personalidad de un equipo dominador, que quiere amasar los partidos a través de la posición y acumula efectivos en campo rival. Con ese enfoque salió al campo, combinando con peligro en las postrimerías del área local, con jugadores desequilibrantes como Ebea: la arrancada de un velocista con el aguante para el cuerpo a cuerpo y el talento para filtrar un pase peligroso.
Un buen rival para la Segoviana más sólida de la pretemporada. La tranquilidad que transmiten Sergi Molina y Abel Pascual no se ha perdido en el verano, dos centrales con la colocación por castigo y la capacidad para filtrar pases entre líneas para saltar la presión. Hugo Marcos respondió a la responsabilidad que le espera en el comienzo de liga como titular del lateral derecho con hechuras y desplazamiento en largo. Así habilitó la primera carrera de Davo, que ganó la pugna a su primer defensor con el cuerpo, pero llegó muy forzado a su cita con el portero y estrelló un tiro que ya se presumía desviado en la cobertura de Teje.
Dos equipos propositivos sin demasiadas reservas para un partido con momentos de ida y vuelta. Porque apenas pasaron segundos desde que Cayena no acertó a resolver una conducción en área azulgrana con no pocos efectivos desplegados a la espera de su asistencia –se metió hacia el punto de penalti en busca de un contacto que no fue punible– y la contra posterior, conducida por Borrego por el carril derecho: el salmantino no terminó de ver el pase de la muerte y se quedó sin opciones según fue acercándose a la línea de fondo.
Tuvo que ser el balón parado el que abriera el melón, la suerte en la que más mejoró la Segoviana del curso pasado rumbo al ascenso. El primer aviso lo daría el Majadahonda con una falta desde la frontal de Hugo Esteban que se marchó alta. Pero el fuego real lo puso Davo instantes después al engatillar desde el punto de penalti un balón que quedó suelto tras una falta lateral servida por Fer Llorente. Un gol que asentó a los de Ramsés Gil, que pudieron ampliar la cuenta en un testarazo de De la Mata en un córner que se marchó alto.
Tras unos minutos de cierta conmoción, el Majadahonda recuperó sus prestaciones en el tramo final de la primera parte y Hugo Marcos tuvo que hacer un corte salvador en un disparo cargado de pólvora. Sus compañeros despejaron a córner un saque de portería de Fernández que se complicó y Li hizo su única estirada del primer tiempo –no tuvo ningún disparo entre palos– en otra falta de Hugo Esteban que lamió el travesaño. Como no estaba abierto el bar de la grada general, los aficionados peregrinaron al otro extremo a por la cerveza de rigor, un tránsito en el que uno de los abonados perdió su carné: un alma caritativa lo recogió y se lo llevó al asiento.
Cuando Héctor Oliva recogió el testigo bajo palos, se encontró con más tráfico, la consecuencia de un rival que había cambiado de jugadores como quien coge una muda nueva del armario, incluido Gianluca Simeone, hijo de Diego Pablo, entrenador del Atlético de Madrid. Manu se hizo con la batuta del centro del campo tras otra titularidad solvente del juvenil Rodrigo Ibañes y Javi Borrego cambió a la banda izquierda, ayudando a Rubén con buenos repliegues. Y el partido llegó sin grandes incidentes al cambio de guardia azulgrana, cuando De la Mata, Davo y Molina se marcharon entre aplausos para dar paso a la chavalería: Javi Cuenca, Guille y Pichu.
A diferencia de algún partido de pretemporada reciente ante rivales madrileños como Las Rozas que terminó en paz armada, el duelo fue de guante blanco. Incluso como Guille se trabó en un lance desafortunado con Simeone, ambos reemprendieron la marcha con un gesto claro de dejarlo pasar. El dibujo final de la Segoviana, con Fernán como jugador creativo y Cuenca como falso nueve, dio aire a los locales, que pasaron sin apuros la meta volante de la pausa por hidratación y parecieron disfrutar de un final tranquilo.
Pero no. La Segoviana aún tuvo que trabajarse la victoria porque una mala transición dejó a Simeone en mano a mano con Oliva, que tiró de reflejos y sacó una manopla salvadora. No terminaron ahí las hostilidades, pues Guille tuvo la segunda bala en un tiro cruzado que desvió la defensa a córner. Así que bastaron un par de conducciones de Borrego y Manu para embolsar la primera victoria de una pretemporada tan compleja como la categoría en la que aspiran a mantenerse.
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