Los daños de las tormentas obligan a reparar diecisiete carreteras provinciales

La inestabilidad meteorológica ha obligado a los equipos de la Diputación a estar alertas por este tipo de situaciones prácticamente desde febrero. Desde entonces, han contabilizado hasta 17 intervenciones, normalmente por incidencias ocasionadas por crecidas de cauces, desbordamientos, desprendimiento de taludes o movimientos de tierras.

Entre las actuaciones más relevantes en el último mes se encuentra la que se realizó en la carretera entre Boceguillas y Campo de San Pedro en las inmediaciones de Bercimuel el pasado 2 de junio. Allí, la fuerza del agua causó grandes socavones en la carretera a la altura del puente del ferrocarril, poniendo en riesgo la circulación por uno de los carriles. Los servicios del Área de Acción Territorial de la Diputación, que dirige Basilio del Olmo, acudieron al lugar, donde el tráfico se tuvo que cortar entre las ocho de la tarde y las doce de la noche, restableciéndose la circulación tras limpiar la vía por un carril hasta que se procedió al refuerzo de las cunetas, lo que se hizo con hormigón a fin de que la actuación fuese más duradera y segura. En las labores de retirada de lodo y barro también intervino un camión de la Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda.

Ese mismo 2 de junio, en otra carretera cercana a la anterior, la de Riahuelas, la virulencia de la tormenta motivó una crecida importante del río Riaguas; los restos de vegetación arrastrados por la corriente obstruyeron el puente y el agua inundó la vía, que hubo de ser cortada durante toda la noche, no pudiéndose reabrir hasta la mañana siguiente. Para evitar nuevas inundaciones, los servicios de Infraestructuras y Obras también procedieron a limpiar con una máquina retroexcavadora los ojos del puente en este río, retirando una gran cantidad de restos de maleza, ramas y hasta un tronco de grandes dimensiones.

En Carrascal del Río, el 28 de mayo, tuvo lugar otro de los episodios más virulentos ocasionados por las tormentas, que afectó sobre todo a la carretera de San Miguel de Bernuy a Burgomillodo a su paso por la localidad; la intensidad de la lluvia produjo importantes arrastres procedentes de caminos que acabaron en la carretera provincial, lo que obligó a cortar el tráfico durante varias horas mientras se efectuaban las labores de limpieza.

Y en la carretera que une La Velilla con Pedraza, los equipos de la Diputación tuvieron que intervenir el pasado 25 de mayo para despejar la vía, que había quedado cortada por un corrimiento de tierras de un talud, que cedió debido al desbordamiento de un emisario de aguas cercano.

Estas fueron las actuaciones más destacadas en las últimas semanas, pero además los operarios del servicio de Infraestructuras y Obras han estado atendiendo otras incidencias por tormentas y otras inclemencias durante los últimos meses. En todas ellas se realizaron labores de señalización, limpieza y control para restablecer el tráfico durante las operaciones. El 28 de febrero se intervino en la carretera de Migueláñez a Nava de la Asunción y de Santa María la Real de Nieva a Balisa, con tres operarios; el mes de marzo registró tres salidas: el día 10 en la Travesía de Espirdo, en la Carretera de Pedraza a la Velilla y en la carretea de Cantimpalos a la CL-601; el 10 de abril se intervino de nuevo en esta vía y en la que discurre por Barbolla; y el 16, en la Carretera de Carbonero de Ahusín y en Carrascal del Río, donde hubo que cortar la carretera por crecida del cauce. En mayo a las actuaciones reseñadas anteriormente se sumó otra el día 29 en Carbonero de Ahusín.