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La escuela de porteros Stopgol es uno de los muchos huéspedes de pabellón Pedro Delgado, pero pocos tienen su franja horaria más constreñida. El calendario ... de actividades extraescolares de los 30 niños de 5 a 16 años que participan está tan saturado que el mejor hueco para todos es la tarde del viernes; también el día menos cotizado en la instalación: de 7 a 8. Por eso y por la logística –requieren de seis porterías y ocho monitores– no pueden reubicarse de un día para otro. Su responsable, César Arcones, agradece el usar el recinto, pero se muestra dispuesto a aceptar otro si es necesario para no cancelar sesiones, tres en lo que va de curso, la última el pasado viernes por un campeonato de esgrima. «Somos los daños colaterales, por eso me gustaría que hubiera una previsión un poquito más a largo plazo Llevamos casi 15 años y organizamos la temporada desde octubre».
La respuesta de Arcones será añadir las sesiones canceladas a final de curso, que en principio debía acabar a finales de mayo, pero prefería haberlo sabido para ajustar las tarifas a los padres. «Cuando me pasan este tipo de cosas me quedo desarmado porque los presupuestos se van al carajo y yo no vivo de esto. Entiendo al Ayuntamiento, tampoco voy a hacer un drama de esto, pero sí que me gustaría que se tuviera un poco más de contacto con los clubes». La Gimnástica Segoviana, heredera de muchos canteranos de fútbol sala, vive una situación parecida. Porque el entrenador no se opone en absoluto a los eventos que le han quitado su franja. «Al final está genial para la ciudad que venga la selección española o que haya un evento de esgrima, pero en lugar de hacerlo a toro pasado, podemos hacerlo a priori».
Porque su margen de maniobra es más limitado. «No es lo mismo que reubicar a un benjamín. ¿Cómo haces un trabajo específico para 30 porteros?» Todo su almacén está en el Perico, a escasos diez metros de la cancha. «Para trasladar una sesión, que me ha tocado alguna vez, tengo que llevar casi un camión». Con porterías portátiles para un apaño. Algo que no puede hacer de un día para otro, pero sí con más tiempo. Tras probar en los inicios los miércoles o los lunes, vieron que la mejor opción era los viernes para no competir con otros entrenamientos de sus alumnos. «No olvidemos que esto no lo pagan los clubes, sino los padres que han tenido la desgracia de que sus hijos sean porteros», sonríe Arcones, con una variada nómina de jugadores de toda la provincia o de clubes de Madrid; ahora tienen a uno de Inter Movistar. «Queremos dar un servicio de calidad».
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El compromiso horario con los padres es más importante casi que la instalación, pues a partir de ahí programan, por ejemplo, el inglés. Por eso no se puede cambiar la franja, quizás sí el recinto, con previsión. «En dos o tres meses se va a saber qué puede haber. Un evento tampoco se organiza en 15 días». Arcones entiende otro factor que concurre: la saturación de los pabellones municipales: «Están petadísimos». Y contempla alternativas como buscar en pueblos cercanos o cambiarla a un sábado sin competiciones. «Somos afortunados porque estamos en un pabellón que cumple todos los requisitos para una escuela de porteros, pero entiendo que también es el sitio ideal para mucha gente. A mí no me importaría irme un viernes al mes al Emperador Teodosio si se hace con tiempo, al contrario, no me siento dueño del Pedro Delgado».
Nadie como César Arcones, que vivió desde dentro el partido de la selección española de fútbol sala ante Portugal hace 17 años para valorar lo que significó la vuelta del combinado nacional al Pedro Delgado ante Suiza del pasado 11 de marzo. Todo un ejercicio de nostalgia. «Fui con mi hijo, que no había visto nunca a la selección, y estaba yo más contento que cualquier niño que hubiera por ahí». Se disputaba muy tarde para algunos de sus alumnos –a las 21:00 horas–, pero subraya el valor simbólico de la ocasión. «Estas cosas son únicas, hay niños que no lo van a olvidar en la vida. Al final, la manera de transmitir deporte es a través de referentes. Segovia está como está en fútbol sala porque no tenemos referentes; el fútbol está mucho mejor porque está la Sego».
Su escuela de porteros gestó a alguno de esos referentes: Elena González, elegida mejor portera de Primera División, o Álvaro Carrión, que ya ha debutado con ElPozo de Murcia. La excepción. «El fútbol sala se ha saltado una generación en Segovia y eso es complicado retomarlo». Una reflexión que saca tras el homenaje a Lin en el España-Suiza. «Seguramente, muchos niños no saben quién es. Ya no te digo otros ídolos como Luis Amado y Orol». Un corte que establece en el Caja Segovia de 2011 que se quedó a un partido de ganar la liga, precisamente con Jesús Velasco en el banquillo, actual seleccionador nacional. «A un niño de diez años le preguntas por Matías Lucuix, que es Dios, y no sabe quién es». Algo que no palió la etapa final del Segovia Futsal. «Los últimos coletazos fueron todo problemas, aunque hubo buenos momentos.»
Y no ve fórmulas mágicas. «Yo soy partidario de seguir creciendo desde la formación. Segovia tiene jugadores de calidad, pero somos 50.000 equipos y cada uno quiere tener a los mejores para progresar por sí mismo. Es entendible, pero así es más complicado». Él dirige al Valverde sénior, con el objetivo de ascender a Tercera División, con gente de la casa. «El 80% son chavales que empezaron con cinco y seis años. Y nosotros somos felices».
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