Cuéllar estudiará la posibilidad de reducir días de sus fiestas

El alcalde de la localidad, Carlos Fraile, explicó ayer que han detectado distintas cuestiones en las fiestas de Nuestra Señora del Rosario, como la existencia de días que se pueden denominar 'valle', en los que «vecinos y visitantes se toman un descanso». En las fiestas del pasado agosto, esta circunstancia se produjo, según dijo, tanto el martes como el jueves.

Fraile también expuso que muchos establecimientos hosteleros dan por concluidas las fiestas incluso la noche del miércoles. «La culpa de todo lo que pasa en Cuéllar se achaca a las fiestas», dijo el regidor sobre las críticas al coste de los festejos y el destino alternativo al que se puede destinar parte de esas partidas.

El alcalde reconoció que el equipo de gobierno está dispuesto a reducir o realizar los cambios necesarios tras este periodo de reflexión. Entre las opciones que están sobre la mesa se encuentra tanto la supresión de la festividad de San Miguel o días completos de fiesta. No obstante, dijo que serán cuestiones a analizar por parte del equipo de gobierno, el Consejo Sectorial de Fiestas y los sectores económicos de la villa. «Si los vecinos no demandan tantos días festivos, nosotros no tenemos intención ninguna de hacer actividades que no sean de su agrado y sobre los que posteriormente se emiten quejas, sobre todo en cuanto al coste de los mismos», reiteró.

Pero el estudio no pondrá el foco solamente sobre las fiestas patronales de la villa, ya que Fraile también anunció que el periodo de escucha o debate se puede abrir en el futuro para otro tipo de eventos que se celebran en el municipio «y que suponen un importante coste al Ayuntamiento», como pueden ser las ferias.

Según estimaciones, la repercusión económica diaria de un día de fiestas en Cuéllar supera los 50.000 euros, un impacto económico al que Fraile añadió la imagen que se proyecta «tan positiva de nuestro municipio» y la llegada de visitantes. Fraile subrayó que las fiestas son «el mayor patrimonio y el mayor producto turístico que tiene la localidad». La estimación del coste por vecino es de 51,32 euros.

Como «piedra angular» de la reflexión, el regidor situó las tasas e impuestos municipales, congeladas desde 2013. Durante este tiempo, Fraile señaló un aumento de los costes de casi un 25 «que asume el Ayuntamiento». En este sentido, dijo que las arcas municipales «no dan para más, salvo que recurramos al endeudamiento».

Por todo ello, invitó a reflexionar sobre las fiestas y la repercusión económica que se podría perder. «Es algo que hay que analizar con los sectores económicos implicados». Por el momento no se plantea la posibilidad de realizar una consulta popular, pero sí reunir a todos los sectores ligados al comercio, turismo, hostelería y alojamientos.