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Las bibliotecas, el epicentro cultural de los pueblos, han ganado terreno con la pandemia porque el libro cotiza alto en un contexto de aislamiento. Toda una terapia para municipios sin las alternativas de ocio de una capital. El Centro Coordinador de Bibliotecas de Segovia, ... gestionado por la Diputación, cerró 2022 con 12.674 carnés (9.170 adultos y 3.504 infantiles) en los 22 pueblos en los que opera, que suman una población de 52.609 habitantes. Es decir, un 24,09% de sus vecinos son usuarios habituales de sus bibliotecas.
El dato real de lectores se presume mayor, tanto por los que lo son sin surtirse de las bibliotecas como por el número de visitantes que tienen (67.346 en las actividades desarrolladas a lo largo de la provincia el año pasado). En total, se prestaron 52.335 documentos –el dato incluye libros y otro material audiovisual– y las bibliotecas han contado con la participación de 2.700 niños en actividades, talleres y cuentacuentos de la XVIII Campaña de Animación a la Lectura. El colectivo de bibliotecas tiene en su banco 226.749 documentos, de los cuales 128.472 son para adultos y 98.277 para público infantil y juvenil.
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Luis Javier González
Luis Javier González
El Centro Coordinador de Bibliotecas de Segovia fue creado el 27 de marzo de 1956. Las primeras en integrarse fueron las de Cuéllar y El Espinar que ya existían con anterioridad. La última ha sido la de Trescasas, que ingresó en 2021. El ente está compuesto por 22 bibliotecas, todas de gestión municipal salvo la de Fuentepelayo que pertenece a la Fundación Caja Cega. El listado lo completan Ayllón, Cantalejo, Cantimpalos, Carbonero el Mayor, Coca, Hontanares de Eresma, Mozoncillo, Nava de la Asunción, Navalmanzano, Navas de Oro, Riaza, Sacramenia, San Cristóbal de Segovia, el Real Sitio de San Ildefonso, San Rafael, Sepúlveda, Turégano y Valverde del Majano.
No quiere decir que el resto de pueblos no tengan biblioteca. Por ejemplo, La Losa, Santa María de Nieva o Villacastín tienen la suya. El sistema provincial asume las competencias delegadas de la Junta, que plantea unos requisitos de instalaciones, personal o población de cara a autorizar el acceso. Hay excepciones como Sacramenia, con menos de 400 habitantes censados, que lleva en la red desde los 80 y sigue en ella pese a que apenas abra tres tardes por semana. El umbral demográfico está en torno al millar de habitantes, por más que algunas estén dentro sin alcanzarlo. En el otro extremo, Palazuelos de Eresma supera los 5.000 habitantes y solo tiene una modesta sala en uno de sus núcleos, Tabanera del Monte.
La elección del personal corresponde a los ayuntamientos y el perfil de los encargados de las bibliotecas es muy diverso, desde veteranos a nuevas generaciones. El Centro Coordinador compra los fondos con la subvención de la Junta y se encarga de la catalogación. Todas las bibliotecas tienen el préstamo automatizado y cuentan con un carné único para toda Castilla y León; el requisito es devolver el libro en el mismo lugar.
A la hora de juzgar el número de lectores, cada pueblo es un mundo. Cristina Gil, una de las responsables del Centro Coordinador, hace énfasis en las circunstancias. «A veces las estadísticas son frías y un sitio con menos habitantes tiene más lectores». Habla de la ubicación de la biblioteca. «Si está a las afueras, igual no vas». O la figura del encargado. «Lo que se mueva, las actividades que organice y que sea capaz de arrastrar a la gente, a los niños». Por eso existen unos premios de dinamización de la lectura, otorgados por el Gobierno, que se han llevado Trescasas, Navalmanzano, Cantimpalos y Santa María de Nieva.
Las bibliotecas del alfoz tienen más movimiento en préstamo por su cercanía con Segovia. «Aunque sea un poco pretencioso, hay veces que nuestras bibliotecas tienen fondos más actualizados que la propia Biblioteca Pública del Estado». Esto supone un comodín para que un usuario busque el libro que ya está prestado en los pueblos, máxime cuando la población es flotante. Un contexto muy diferente al de Riaza o Ayllón, que sirven de base cultural para una población envejecida menguante que habita un territorio muy extenso.
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