De cuatro niños en invierno a cuarenta y cinco en agosto
Lovingos multiplica su población durante la temporada estival y esta semana celebra un campamento en el que participan decenas de menores
La entidad local menor de Lovingos, perteneciente al municipio de Cuéllar, es uno de esos lugares que en verano multiplica su población. Los 70 vecinos censados en la localidad crecen con la llegada de la época estival, y aún más en agosto, con la celebración de sus fiestas, en las que se reúnen cientos de personas. En la paellada, uno de los actos más multitudinarios, este año se repartieron más de 300 raciones.
La llegada de los hijos del pueblo, aquellos que viven fuera pero regresan por unos días o semanas, viene acompañada también de los descendientes de estos, lo que supone que multitud de niños llenan las calles de la pequeña localidad. Y este año han llegado más que nunca, o por lo menos se ha batido récord de participación en el campamento que organizan el Ayuntamiento y la Asociación Cultural el Torreón, que esta semana cuenta con un total de 45 pequeños, con edades comprendidas entre los tres y los trece años. Así, Lovingos pasa de cuatro niños en edad escolar durante el invierno a los 45 durante esta semana del verano, aunque algunos de ellos son amigos de los que descienden del pueblo y no tienen vinculación con él, pero la cifra es muy reducida.
Es por ello que es fácil encontrar a los pequeños en los distintos espacios del municipio que se utilizan para desarrollar el campamento, que corre a cargo de la empresa Pinocio y que en esta ocasión cuenta con seis monitores, tres de ellos realizando prácticas, por lo que están como apoyo. Todos ellos se encargan de guiar en las actividades a los niños, tal y como explicó su responsable, Rocío Olmos.
Debido al alto número de niños y las edades tan diferentes entre unos y otros, se han realizado grupos por edades. Los más pequeños, de entre tres y seis años, están juntos y la temática de su campamento será 'Willy Fog', el personaje de animación que daba la vuelta al mundo recorriendo distintos países y culturas. «Es un paseo por el mundo. Van a hacer juegos del mundo con la temática del personaje. A mí me gusta mucho siempre las temáticas basadas en la animación a la lectura, entonces al principio lo que hacemos es la lectura de un capítulo y sobre esa lectura hacen los juegos, las dinámicas y alguna manualidad», detalló Olmos, explicando que son muy pequeños y se hacen para afianzar la lectura y la manualidad.
En el caso de los mayores, que suman una treintena de niños, se han realizado dos grupos por edades, pero ambos comparten la temática de campamento deportivo adaptado a su edad, conociendo y practicando deportes como el rugby, el touchball, el voleibol o el balonmano, entre otros.
Para ello se aprovechan los espacios que tiene el pueblo, especialmente, en estos días de calor, las zonas de sombra, los parques o las praderas, donde también realizan búsquedas del tesoro, especialmente en la zona de la arboleda, una zona que está muy bien para que ellos puedan trabajar o jugar. Los monitores de este campamento son especialistas deportivos y el de los pequeños son monitores de ocio y tiempo libre.
Este campamento de verano en Lovingos se lleva desarrollando varios años, aunque en los dos últimos se optó por no celebrarlo debido a la pandemia. El primer año participaron ocho niños y poco a poco el número ha ido creciendo hasta llegar a la cifra de este 2022 en el que participan 45 pequeños, tal y como apuntan miembros de la asociación cultural.
El campamento, en el que los pequeños realizan actividades de 10:30 a 13:30 horas, se financia a través de la asociación y el Ayuntamiento, al 50%, aunque los participantes pagan una pequeña cuota simbólica para poder llevar un control de los inscritos.
Para el alcalde de Lovingos, Víctor Alonso, «supone una tremenda alegría que haya 45 niños en el pueblo en época veraniega, que van a estar aquí unos días y estamos orgullosos de ello». El regidor apuntó que es habitual que en verano se llene el pueblo y «se ve mucha vida en él», y este año está ocurriendo lo normal, pero de manera notable.
Hace tan sólo unos días concluían las fiestas de la entidad, que «han sido estupendas. Ha sido un año que ha estado hasta arriba de gente en todos los momentos, tanto en la procesión como en las fiestas nocturnas o en los juegos de los niños», destaca Alonso, haciendo un balance muy positivo de las pasadas celebraciones, apuntando que incluso se tuvo que pedir ayuda al servicio de limpieza del Ayuntamiento de Cuéllar.
Las fiestas han sido el punto de inflexión para la llegada de veraneantes e hijos del pueblo, y, por ende, de niños. «Antes de las fiestas no se veían cuadrillas de chicos por las calles, y ahora ya, pasas a cualquier hora y hay grupos de pequeños, si no es en un lado del pueblo es en otro», apuntó el regidor.
Otra cosa que destacan del campamento desde la asociación cultural El Torreón es que no solo pasan esta semana en el pueblo, sino que luego quieren regresar «porque ya se han hecho amigos del resto y están haciendo mucha piña», algo que ocurre desde que se comenzaron a organizar estas iniciativas, por el año 2016. «Se está notando mucho que los chicos quieren venir en verano al pueblo, ahora salen todos juntos, quedan por las tardes para salir y jugar y ya son amigos, a raíz de los campamentos».
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