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El año 2021 no fue fácil. Bien lo saben las organizaciones que como Cáritas Diocesana o Cruz Roja se dedican a auxiliar a los más desfavorecidos. Una vez pasado el primer mes de este 2022, las dos asociaciones hacen balance y explican los retos que afrontan de cara al futuro. Beatriz Martín, responsable de Marca y Comunicación Provincial de Cruz Roja de Segovia, asegura que el curso pasado «nos ha vuelto a poner a prueba como sociedad». Echando la vista atrás, recuerda que el año comenzó con la esperanza depositada en las vacunas, pero matiza que «la prevención sigue siendo esencial porque millones de personas siguen sufriendo las secuelas de la pandemia, de manera física o psicológica».
En este sentido, subraya la importancia de la solidaridad y añade que, «una vez más, la sociedad segoviana ha demostrado su compromiso y corresponsabilidad, apoyándonos en cada una de las iniciativas que hemos puesto en marcha para estar al lado de las personas que están en situación de máxima vulnerabilidad». Durante el confinamiento y los meses más duros de la pandemia en 2020, Cruz Roja Española atendió a más de 13.000 personas en la provincia. No obstante, Martín alerta de que, aunque ahora esta demanda ha bajado, siempre hay ciudadanos que necesitan ayuda.
Uno de los colectivos a los que han prestado especial atención este pasado año ha sido el de los mayores. De hecho, desde el 1 de agosto la entidad sociosanitaria es una organización prestataria del servicio público de teleasistencia avanzada de la Junta de Castilla y León, una nueva tecnología disponible para las personas más necesitadas destinada a los cuidados en el entorno doméstico. «Se trata de un servicio que aporta seguridad y tranquilidad para que puedan seguir viviendo en su hogar y mantengan su independencia», explica Beatriz Martín.
Además, Cruz Roja cuenta con otros servicios destinados a la tercera edad, como el transporte en vehículos adaptados, los programas de envejecimiento saludable, la atención a personas con funciones cognitivas deterioradas o el fomento del voluntariado en el medio rural.
En el área de medioambiental, por ejemplo, la organización está compensando las 70 toneladas de dióxido de carbono generadas por su actividad con la plantación de más de 2.520 árboles autóctonos, en colaboración con la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta, revela Beatriz Martín.
«La realidad del cambio climático ya afecta a millones de personas y somos más conscientes de la urgente necesidad de reducir nuestro impacto medioambiental por encima de todo, así que debemos seguir trabajando para mejorar la salud de nuestro planeta», subraya la representante de Cruz Roja, que en la actualidad cuenta con 6.960 socios en la provincia, una cifra que ha bajado en un 1,79% con respecto a 2020.
Por ello, con el fin de animar a los ciudadanos a involucrarse, Martín recuerda que cada uno puede «elegir la actividad que le haga sentir mejor». «Para poder seguir adelante con nuestros objetivos, necesitamos más personas socias y voluntarias que nos permitan multiplicar nuestra capacidad de acción», hace un llamamiento la responsable de comunicación en Segovia.
En cuanto a las metas que se ha propuesto conseguir la entidad asistencial en este nuevo año, destacan la de facilitar un empleo a quienes no lo tienen o empoderar a las mujeres que sufren violencia de género para que consigan salir de esa situación, retos en los que Cruz Roja de Segovia ya trabaja desde hace tiempo.
«Las acciones de hoy son decisivas para lograr un mundo más sostenible, más inclusivo y más justo, y todo esto, solo podemos hacerlo con humanidad», esgrime Martín, quien añade que «nuestro objetivo será seguir estando cada vez más cerca de las personas tal y como indica nuestro lema».
Por su parte, Cáritas Diocesana también hace balance del complejo 2021, un año que «ha tenido continuos altibajos» debidos principalmente al coronavirus. «A lo largo del 2021 nos hemos ido acostumbrando a convivir con él y todos los servicios se han ido adaptando», explica Samuel Hernández, gerente de la organización, quien indica que las actividades han continuado funcionando con todas las medidas de seguridad dado el escenario de pandemia por el coronavirus.
Incluso, precisa que en el programa de mayores tuvieron que aumentar un 40% la atención debido a que otras instituciones pararon las acciones grupales con la tercera edad por la covid. «El deterioro cognitivo, emocional y psicológico que estaban pasando los mayores nos animó a no solo priorizar la salud física sino también la emocional», añade. «Eran recurrentes las frases 'prefiero morirme de coronavirus que de pena'», sostiene Hernández.
samuel hernández
Gerente de Cáritas en Segovia
En este escenario, marcado por la crisis sanitaria y por la vulnerabilidad de la sociedad en general y de los mayores en particular, Cáritas decidió poner en marcha nuevas iniciativas centradas en el acompañamiento a este colectivo, pues lo consideraba «de justicia social». Así nació 'Una tablet contra la soledad', un proyecto que pretende aliviar la situación de aislamiento emocional y social no elegido que padecen muchos ancianos debido al miedo que les produce la nueva situación sanitaria.
Según anunció la entidad a finales de este pasado enero, se entregarán tablets gratis y a modo de cesión para aquellas personas de más de 65 años que lo necesiten. El objetivo es ofrecerles un espacio para conectar con la sociedad y al que puedan acceder para trabajar el área cognitiva.
De esta forma, Cáritas responde a una necesidad demandada por los habitantes tanto de Segovia capital como de la provincia, además de reducir la brecha digital que hay entre este grupo social y el resto de la sociedad.
Igual que Cruz Roja, la organización diocesana experimentó un fuerte incremento del número de personas atendidas durante 2020. Creció en un 30% la asistencia prestada a familias. Esa subida se mantuvo en 2021, año en el que esta entidad ha atendido a más de 4.200 personas. Destacan sobre todo las áreas de la tienda solidaria y la de infancia y juventud, donde el pasado curso se incorporó la novedad de trabajar la educación en el tiempo libre con el refuerzo de un integrador social.
Otro de los cambios que, según Hernández, ha traído consigo el ejercicio anterior ha sido la creación de una empresa de inserción de ropa con un doble objetivo. Por un lado, impulsar la creación de puestos de trabajo para personas que padecen dificultades para integrarse laboralmente; y, por otro, contribuir al reciclaje textil a través de un circuito que va desde la selección y clasificación de la ropa hasta el propio reciclaje y transformación y la posterior venta.
Para ello, firmó convenios con los Ayuntamientos de Palazuelos de Eresma, San Cristóbal, Trescasas, La Lastrilla, La Granja, El Espinar, Cuéllar y Cantalejo, así como con algunas de las parroquias de la capital segoviana, como Nueva Segovia, El Carmen, El Cristo o San Frutos, así como con Cáritas de Ávila y Arévalo. La intención es continuar negociando con más entidades locales para aumentar dichos contenedores por toda la provincia, declara Hernández.
Además, el gerente cuenta que la ONG firmó el año pasado un convenio nuevo con el Consistorio de Segovia para apoyar a las personas sin hogar. Este es el primer curso en el que una educadora y un integrador social están trabajando a pie de calle para llegar a todos los ciudadanos «desde su espacio y no desde la burocracia».
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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