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Un repaso somero a la crónica anual de sucesos arroja una evidencia: los accidentes de tráfico –algunos mortales–, las reyertas y los actos criminales empezaron tras el final del estado de alarma. Casualidad o no, el crimen de Aldea Real dejó sin habla a toda la provincia. Ocurrió la noche del 28 de junio, víspera de San Pedro. Un joven de 26 años mató a puñaladas al marido de su prima, de 49, y se entregó a la Guardia Civil quince horas después, en la cercana localidad de Veganzones, sin oponer resistencia alguna. La agresión debió de ocurrir durante el transcurso de una cena. Por motivos que no trascendieron, el agresor cogió el cuchillo que había sobre la mesa y se abalanzó sobre la víctima.
En Cuéllar también se desencadenaron varios sobresaltos durante el verano. A finales de junio, la Guardia Civil detuvo a un individuo, vecino de la villa, como presunto autor de la muerte de un hombre de 37 años al que asestó varias puñaladas en el abdomen y en el rostro. El fallecido era natural de Salamanca, aunque residía en Cuéllar desde hacía varios años. En la villa tenía pareja y trabajaba en una empresa del sector hortofrutícola, en el turno nocturno, pero la noche de autos no llegó a su puesto de trabajo. En ningún momento trascendieron las causas que motivaron el crimen. Casi un mes después, también en Cuéllar, la Guardia Civil detenía a un hombre por agredir a otro y robarle el teléfono móvil, y a finales de agosto, durante la celebración de unas fiestas que no fueron tales por las restricciones todavía vigentes, una reyerta nocturna acababa con un individuo herido y varias denuncias por agresión. También hubo un apuñalamiento durante una reyerta entre vecinos, motivada por una deuda, ocurrida en mayo en la localidad segoviana de Valverde del Majano.
Por otra parte, las carreteras segovianas se cobraron la vida de cuatro personas en apenas dos meses, entre finales de junio y principios de septiembre, en tres accidentes distintos. La primera muerte se produjo el 24 de junio, en la CL-605, a las puertas de Santa María la Real de Nieva. Un hombre falleció tras sufrir un accidente en el acceso al restaurante Avanto. Apenas un par de semanas después, un joven de 21 años perdía la vida tras salirse el vehículo que conducía de la vía. El siniestro se produjo en la carretera que une las localidades de Fuentepelayo y Aldea Real. El 1 de septiembre, de nuevo en la CL-605 pero a la altura del puente Oñez, el choque entre un camión, una furgoneta y un turismo dejaba dos fallecidos, un hombre de 83 años y una mujer de 75, y tres heridos, uno de ellos de gravedad. «Es el peor accidente en años», afirmaba el jefe provincial de Tráfico, Pedro Pastor. Otras dos personas murieron atropelladas, una en Nava de la Asunción y otra en Torrecaballeros.
Completan la crónica de sucesos el incendio en un piso del Peñascal que obligó a desalojar un edificio entero y a hospitalizar a varios vecinos por inhalación de humo, y el accidente de la retroexcavadora que demolía un edificio en el paseo de Ezequiel González y acabó empotrada en un supermercado.
En los juzgados, la Audiencia Provincial de Segovia condenó a trece años de prisión a un joven que agredió y violó a su prima en Turégano y a dos años de cárcel al hombre que abusó sexualmente de Valeria Quer, hermana de Diana Quer, la joven asesinada en Galicia en 2016. También se sustanció el juicio por la explosión de gas de la calle Coca, que mató a un matrimonio en el verano de 2016. El tribunal condenó al acusado de provocar la explosión a dos años y medio de cárcel y a otros dos años y medio de libertad vigilada.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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